viernes, 10 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 161

Persiste la niebla y el frío ha sido muy intenso. Se nos han hecho larguísimas hoy las dos horas en el portal de la Consejera de Educación.
He decidido contar los meses en el portal por meses naturales y no por meses de cuatro semanas (como venía haciendo hasta ahora). Por ello, el perroflauta motorizado está en la primera semana del octavo mes en el portal de la Consejera (el 3 de junio de 2013, lunes, fue el primer día).
Ayer mi buen amigo y excelente persona, Rafa García Almazán, dedicó una magnífica entrada en su blog KABILA al perroflauta motorizado y compañer@s tod@s que se dan cita cada mañana en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, que puede leerse en
Marisol y el perroflauta han sido acompañados pronto por Adrián en el portal. Después han ido viniendo Jesús, Jorge y Patricia. Maite nos ha hecho más llevadera la mañana con un rico chocolate con churros.

Por la calle Alfonso va el perroflauta motorizado. Conoce ya cada tienda, cada bocacalle. Por eso suele tener los ojos solo abiertos para no tropezar contra una farola o una persona.  El perroflauta motorizado suele mirar hacia adentro siempre que puede, siempre que le dejan. Allí es donde recobra fuerzas y ajusta sus pasos interiores.
Hoy Kant ha ido a su encuentro. Asoma en un bolsillo de su levita un libro escrito por él (Lecciones de pedagogía), que el perroflauta motorizado ha leído en muchas ocasiones. ¿Cómo es posible que un hombre tan denso en sus escritos, tan monótono en su vivir cotidiano, haya sido capaz de escribir esa maravilla de libro? ¿Cómo serían las clases del profesor Emmanuel Kant en su cátedra de Könisberg?
Ambos se saludan con cariño. El perroflauta motorizado no puede disimular su admiración por Kant, que deposita en su mano “Lecciones de pedagogía” (Über Pädagogik):
- Lee, anda, desde el principio –le dice Kant.
Y el perroflauta motorizado abre el libro y lee en voz alta el primer párrafo, que casi conoce de memoria:
“El ser humano es la única criatura que ha de ser educada. Entendemos por educación el cuidado (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción, además de la formación. Debido a ello, el ser humano es niño pequeño-  alumno–aprendiz. Se entiende por cuidado, la solicitud de los padres para que sus hijos no hagan un uso perjudicial de sus fuerzas. (…) Por su parte, la disciplina convierte la animalidad en humanidad. Un animal lo es y lo hace ya todo por su instinto, pues una razón ajena le ha provisto de todo. Pero el ser humano necesita una razón propia; no tiene ningún instinto, y ha de construirse el mismo el plan de su conducta. Pero como no está en disposición de hacérselo inmediatamente, sino que viene en barbecho al mundo, se lo tienen que construir los demás. El género humano debe sacar poco a poco de cada uno, por su propio esfuerzo, todas las disposiciones naturales a llegar a ser plenamente humano. Una generación, pues, educa a la otra…”.
El perroflauta motorizado dejó de leer y de  pensar, en conexión directa e inefable con Emmanuel Kant. Veinte minutos había durado ya el intercambio de fulgurantes ideas y sensaciones, veinte minutos de gloria y de dolor, pues el perroflauta motorizado veía con claridad que en 2014 aquellas ideas sonaban para una mayoría a desvencijados cacharros inútiles.
Kant señaló con su dedo índice tres líneas del libro, unos párrafos más adelante:
 “El ser humano tiene por naturaleza una inclinación tan grande a la libertad, que cuando se ha habituado por algún tiempo a ella, lo sacrifica todo por ella (lo ofrece todo a ella)”.
Y el perroflauta motorizado lloró.
Kant se fue alejando después lentamente entre la niebla de la calle Alfonso. El perroflauta motorizado vio entonces que a su lado estaba su amigo Toni. Y ambos se sintieron más aliviados.

Hasta el próximo día.





1 comentario:

  1. No digo que no habra quienes consideren estas palabras de Kant "desvencijados cacharros inútiles" pero mucho me temo, Antonio querido, que ellos no leen tu diario.
    A éste que sí lo lee y con fruición las encuentra de una lacerante actualidad.
    Un abrazo. Abrígate

    Fernando

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