Dos mujeres me llegaron especialmente al alma.
Ayer por la mañana, en los Juzgados de la
plaza del Pilar, asistendo al juicio de Khalifa, sorprendente e
injustamente acusado de agresiones a un policía. Por la tarde, asamblea
de la Plataforma de Afectados por los Desahucios en la Gran Vía de
Zarahoza, frente a la sede del PP.
Dos mujeres me llegaron especialmente al alma. El "yo" de una confesó públicamente en la asamblea que no tenía miedo de morir, sino de levantarse cada día por las mañanas. El "superyo" de la segunda nos aleccionó con su fuerza y sus permanentes ganas de luchar. Con ella estaban su marido y su hijo de nueve años.
¡Gracias!
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