Quién me iba a decir que hoy,
domingo, volvería a estar ante el portal del domicilio de la Consejera de
Educación, Dolores Serrat.
A las 11 de la mañana un
maravilloso gentío nos hemos convocado en la Plaza de España para acompañar a
la Marea Blanca y especialmente a las trabajadoras de la limpieza
sanitaria de los centros públicos de
salud en Aragón. Han sido momentos gloriosos de encuentros, saludos, ánimos y
abrazos.
Después hemos bajado hacia la
plaza del Pilar por ¡la calle Alfonso !, donde tiene el domicilio la Consejera.
El ruido, como de costumbre, ha sido ensordecedor, y los gritos y consignas
salían del corazón de todas y de todos.
Unos minutos antes, he
consultado con algunos organizadores y algunas mujeres que manejaban la
megafonía si era posible detenernos y lanzar unos saludos recordatorios a la
Consejera. Así ha sido. Les ha parecido bien corear dos consignas que les he
entregado en un papel escrito deprisa y corriendo: “Consejera-Dimisión” y “Más
educación y menos religión”. No han coreado un tercero: “Menos recortes y más
educación”, pero lo han suplido con otro, de su propio coleto: “Menos maderos y
más lapiceros”. Han sido cinco minutos intensos y muy emotivos para mí.No tengo fotos de ese momento, porque, además de estar en pleno ajo, como voy motorizado, me falta perspectiva para fotografiar algo más que espaldas y piernas.
Después la manifestación ha
discurrido hasta la plaza misma del Pilar
para finalizar ante la Delegación del
Gobierno.
Allí las trabajadoras de la limpieza sanitaria han volcado sus
enormes ganas de reivindicar un convenio justo. Tres compañeros, especialmente
el colaborador en El Periódico de Aragón, Fernando Rivarés, han enardecido a
las/los manifestantes con palabras encendidas y claras. Eso sí, me he
preguntado por qué si las mujeres constituyen la inmensa mayoría del colectivo no
han hablado principalmente ellas.
Finalmente, mi amiga Marga y yo
hemos tomado, de vuelta a nuestras respectivas casas, un pequeño aperitivo.
Hasta mañana.
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