domingo, 20 de julio de 2008

Los jueves, milagro

Cuando Ingrid Betancourt fue a Lourdes a agradecer a la Virgen su liberación y pedir la libertad de los aún rehenes de las FARC, esperé unos días por si se producía algún prodigio. Simultáneamente, me he ido preguntando si la señora Betancourt no se habrá planteado alguna vez por qué el supuesto milagro de su liberación ha tardado seis años en llevarse a cabo, en vez de forma inmediata; igualmente, si en esto de beneficiarse de los milagros existe algún tipo de favoritismo, pues sigue habiendo rehenes de las FARC, algunos desde hace más de diez años.

De hecho, tenemos de vez en cuando noticias sobre apariciones en los lugares más insospechados y a sujetos de lo más variopinto, pero finalmente casi todas acaban en la recomendación de edificar iglesias y santuarios en el lugar (todo acompañado de un opíparo negocio turístico) y –antaño- en mensajes sobre la conversión de Rusia y de los países comunistas (nunca, por ejemplo, sobre los estragos económicos del neocapitalismo liberal o sobre la carrera de armamentos). De paso, los presuntos testigos del portento hablan a veces de luces, mantos refulgentes, soles giratorios y lágrimas de sangre en algunas estatuas, lo cual hace sospechar lo ociosos que deben de estar en la corte celestial, pues parece que no tienen otra que hacer que ir por algunos pueblos apareciéndose para congregar a unos cuantos devotos y devotas y, de paso, sacarles hasta los entresijos de sus cuentas bancarias.

Digo yo que, puestos a hacer milagros, lo tendrían bastante fácil, pues les bastaría con solucionar el desempleo de muchos y las dificultades para afrontar el pago de los créditos hipotecarios de muchísimos. Podrían también llevar unos cuantos bidones de agua a las pateras donde están muriendo subsaharianos como chinches y, de paso, obrar el portento de solventar el problema de raíz: escuelas, hospitales, carreteras, fábricas, ganado y agua potable para todos. Mas no, prefieren contentarse con que unos cuantos vayan monte arriba a rezarles el rosario y con que el negocio de Lourdes siga tan boyante como siempre. Y es que en el más allá tienen un sentido de la economía algo extraño: sus mensajes han sido desde hace muchas décadas claramente antirrevolucionarios y ultraconservadores, pero jamás han abierto aún la boca para hablar de justicia social, redistribución de la riqueza y de la tierra en el mundo, o de revolución social a favor de los pobres y los desfavorecidos.

La cosa es que cuentan las crónicas periodísticas que Ingrid Betancourt, acompañada del obispo de Lourdes, puso las manos en la pared de la gruta, como habitualmente hacen los peregrinos, y rezó dos decenas, o sea, veinte avemarías por los rehenes y su libertad. Parece mentira que desde el más allá no aprovecharan la ocasión de invitar a la señora Betancourt a contar qué pasa en una Colombia donde se bate el récord de sindicalistas asesinados (y no precisamente por las FARC), las organizaciones campesinas han sido prácticamente aniquiladas, y la oligarquía cada vez es más rica a costa de la violencia y la explotación contra el campesinado. Claro está, las FARC están muy lejos de ser unos angelitos y es condenable sin paliativos el empleo de la violencia, la extorsión y el secuestro como instrumentos para conseguir cualquier objetivo, pero en este campo no les andan a la zaga los paramilitares colombianos, tantas veces financiados y apoyados por los gobernantes, la CIA y la DEA norteamericanas. Ni en Lourdes ni en París ni en ningún lado se ha hablado estos días sobre la violencia y la explotación sistemáticas del pueblo colombiano, cada vez más depauperado. Sin duda, todos nos alegramos del fin del sufrimiento de la señora Betancourt y de los otros rehenes liberados, pero a ZP se le pasó por alto añadir que en el corazón de España (ahora medio infartado, con tanta crisis económica) deberían estar, además de la señora Betancourt, todas las víctimas inocentes del régimen del señor Uribe y del ultracapitalismo americano.

Tratando de paliar las amnesias provenientes del más allá y de más acá, sería conveniente recordar que Amnistía Internacional, organización centrada en la defensa de los derechos humanos, así como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Cruz Roja Internacional, se han negado a entrar en disquisiciones semánticas sobre si hay que considerar a las FARC (y solo a las FARC) una organización terrorista, y en su lugar ha instado al Gobierno colombiano a ocuparse de la lesión sistemática de los derechos humanos y de la legislación humanitaria internacional por parte de todas las partes implicadas en el conflicto: FARC, paramilitares y fuerzas de seguridad.

¿Cabría la posibilidad de que, como último milagro, quedase borrada definitivamente toda huella de supersticiones, apariciones y milagros, dejando lugar solo a paz, libertad y justicia para todos? ¿Por qué los dioses siempre son de derechas?

Artículo para El Periódico de Aragón, 23 de julio de 2008

1 comentario:

  1. Pues está claro...porque es un invento suyo!!!
    " Y como el videojuego es mio yo digo los que son los buenos"
    Cuanta razón en tus palabras y que cantidad de manipulación partidista con este tema...Pero no hay mas ignorante que el que no quiere saber, pues en youtube tienes declaraciones de los paramilitares que dan escalofrios.
    Un abrazo y sigue así, aquí o donde quieras.
    Un abrazo.
    Paco de Orna.
    PD. Por cierto he estado con Vicente y Marina este fin de semana y están majos

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