viernes, 30 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 66

El perroflauta no da crédito a lo que está viendo, al llegar, en el portal de la Consejera: Luis, su compañero, amigo y hermano Luis, está allí, sonriente, un cigarrillo en una mano y un cartel en la otra (“Vida digna, muerte digna”, pone el cartel). “¡Creía que nos habíamos despedido ayer en la estación!”, exclama el perroflauta. “Ya ves, aquí estoy, y también allí”, contesta Luis, sonriendo.

Luis, Luis Montes, es un luchador infatigable por la libertad de los seres humanos en la vida y en la muerte y por la dignidad en el vivir, el convivir y el morir. Es presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente y el perroflauta lo quiere, lo admira y te está muy agradecido por mantenerse en lo que es y lo que hace. En el libro “El caso Leganés” (ed. Aguilar) cuenta cómo la derecha más recalcitrante del país y Madrid se opuso con malas artes a dejar la vida y la muerte de cada persona en los brazos de su propia libertad y responsabilidad. Pero Luis no rebló.
“Ya en el mundo greco-romano”, el perroflauta advierte que Séneca está hablando con Luis,  “incluso quitarse la vida era un acto honorable, racional y legalmente admitido, pero no les estaba permitido a los esclavos, los condenados a muerte y los soldados, pues solo el amo correspondiente era el dueño y señor de sus vidas. En otras palabras, no podía disponer de su vida quien no era libre. Yo mismo decidí acabar mi vida en el momento que decidí. Fue uno de los actos más honorables y sentidos de toda mi existencia”, sigue contándole Séneca a Luis.
Sonaba la Parte Primera de la Pasión según san Juan de Bach (una maravilla…)
cuando el perroflauta se hizo a la idea (perspicaz que es él…) de que hoy el tema iba a ser la dignidad y la libertad en la vida y en la muerte. “Hasta la marca de mi silla de ruedas es ‘Ser Libre’”, pensó, divertido.
Séneca y Luis seguían hablando sin parar, con pasión y calma al mismo tiempo. “Libres para la muerte y libres en la muerte, se muere amando a la vida, afirmando con la misma pasión lo humano y lo terreno. Por eso mismo es tan deseable el morir donde sigue brillando la fuerza de la vida, ya que, de lo contrario, se habrá malogrado hasta el morir mismo”, comentaba Luis, a lo que Séneca añadió: “Sí, la muerte libre. La vida libre. La misma dignidad en el vivir y en el morir. El derecho a decidir libre y responsablemente mi vivir y mi morir, sin que nadie usurpe o suplante jamás ese derecho. Como escribe el maestro Epicuro, ‘nada hay temible en el vivir para quien ha comprendido rectamente que nada temible hay en el no vivir’”
Bach había acabado, y el perroflauta interrumpió la conversación preguntando a Luis qué música prefería escuchar en aquellos momentos. Se quedó algo sorprendido, cuando Luis le pidió el tango Mi corazón mirando al Sur. “Ya verás qué letra más sugerente tiene este tango”, agregó, “lo del Sur no es casual”.
Mientras sonaba  el tango, se humedecieron los ojos del perroflauta, y se puso a pensar: 
“El derecho a una muerte digna es la continuación natural del derecho a una vida digna”.
“El fundamento del derecho a una muerte digna es el derecho inalienable que cada persona tiene a disponer libre y responsablemente de su propia vida”.
“Solo la libertad de conciencia de cada persona debe decidir el momento y las circunstancias de su muerte digna”.
“Ninguna institución o ideología están legitimadas para suplantar o anular la conciencia, la libertad y el derecho de cada persona a decidir y disponer sobre su propia vida y su propia muerte”.
“Soy un ser de la naturaleza, soy una mota de polvo de estrellas entre el rayo y la nube, la tempestad y el paisaje descrito por Beethoven en la Sexta, la hormiga, la galaxia, el quark, las estaciones, la lluvia, el deseo, el niño que veo columpiarse desde la ventana… Estoy sometido a los mismos ciclos, a los mismos trances, a la inmensa potencia de encenderse y de apagarse del cosmos desde hace millones de años, de comenzar y de cesar, de sucumbir y sobrevivir, a esa voluntad de poder de la que habla Nietzsche, a la voluntad de vivir descrita por Schopenhauer. Heidegger, al que tanto debo, que tanto me ha ido enseñando desde mi juventud, creo que está equivocado cuando resuelve que el ser humano es un ser-para-la-muerte. Una cosa es que la entropía deje claro que todo se deteriora y acaba, y otra bien distinta que el objetivo que otorga sentido último a mi existencia sea morir. Basta recordar a mi madre, a tantos otros amigos que ya no están”.
“Respiro, bebo, amo y me sostengo cada instante en la voluntad de existir por amor a la vida. Quien no teme morir ama incondicionalmente vivir. De ahí que sea radicalmente ajeno a la vida que la obliguen a pervivir. Soy libre, soy dueño de mis actos y errores, de mis sueños y luchas, decido si y cómo y hasta cuándo existir. Estoy en mis manos y mi obligación fundamental es vivir bien. Mi responsabilidad ética final estriba en qué estoy haciendo de mi vida, también qué hago de y con los demás”.
Acabó el tango. Sonó el teléfono. Begoña, su hija, estaba de vuelta, ya en el aeropuerto de Barajas. Y el perroflauta notó que el día se hacía más claro y más cálido. 
¡Hasta pronto, Bego! ¡Un beso grande!
Acaba hoy la 13ª semana consecutiva en el portal de la Consejera de Educación.
Hasta el próximo día.

jueves, 29 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 65

“Crece el rumor de un inminente ataque a Siria por parte de la OTAN de Estados Unidos (denominada arteramente también “comunidad internacional” o “fuerzas aliadas)”, me comenta Juan de Mairena nada más llegar al portal de la Consejera.
“Sí”, le contesto, “todo se debe a que, al parecer, más de un centenar de civiles sirios murieron por el uso de armamento químico en la contienda. Obama, Cameron, Hollande y unos cuantos gobernantes más han mostrado su preocupación y no han albergado dudas sobre la autoría del delito: el régimen militar sirio, aunque no se tienen datos probatorios de semejante acusación. El hecho unánime es, sin embargo, que todos coinciden en la conveniencia del ataque. La ONU y el ex inspector de la ONU en Irak, Flix, se desgañitan abogando por el diálogo y por la concertación de un acuerdo en el Consejo de Seguridad, pero la ONU está muerta, pues a los policías del mundo, USA y los poderes que subyacen bajo esa sigla, no les interesa otra cosa que ir consolidando sus intereses geoestratégicos y económicos”, acabo. 

Entonces, hace su aparición súbitamente Bertrand Russell, que interviene en el acto, sin mediar saludo alguno: “Tenéis razón en lo que decís, coincido con vosotros. No obstante, queda pendiente, antes de cualquier ataque, la pregunta del millón: si tan horrible y deleznable es el uso de las armas químicas, ¿quién las posee y las suministra?. Cuando, por ejemplo, en abril del año 1997 entró en vigor la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción (OPAQ) Estados Unidos y la Federación Rusa contaban con casi el 95% de las armas químicas del planeta. Sin embargo, los gendarmes del mundo decidieron que eso no era un delito ni una decisión contra la humanidad. ¿No os parece que este hecho va contra la lógica más elemental?”, acaba preguntando Russell.
“Pues sí…”, logramos decir Juan de Mairena y yo.
“Según un informe de la BBC”, Bertrand Russell saca unas cuartillas escritas a mano del bolsillo de su chaqueta y prosigue con su perorata, “de los 188 países miembros de la OPAQ, siete han reconocido en estos últimos 15 años contar con armamento químico: Estados Unidos, Rusia, India, Albania, Irak, Libia y una nación que solicitó ante la organización permanecer en el anonimato. Éste último país, junto con India y Albania, destruyeron estas armas en su totalidad”. Al parecer, utilizar armas químicas es delito, pero fabricarlas, almacenarlas y venderlas, no. Estados Unidos y Rusia han destruido parte de su arsenal de armas químicas, pero siguen siendo los máximos poseedores y suministradores (si ir más lejos, USA suministró al Irak de Sadam Hussein que utilizó sin grandes problemas contra la población kurda y en la guerra librada contra Irán, amén de utilizar masivamente herbicidas como defoliantes durante la guerra de Vietnam, con graves consecuencias para la salud de la población)”.
Bertrand Russell hace una pequeña pausa y continúa hablando:
“Hay también seis países que no han firmado la Convención en contra de las armas químicas: Siria, Egipto, Angola, Corea del Norte, Somalia y Sudán del Sur. Y, lagarto lagarto, dos naciones sí firmaron este documento en 1993 pero no lo ratificaron luego: Israel y Birmania, lo que significa que estos países no permiten a la OPAQ verificar la existencia o no de armamento químico en su territorio”.

Aunque parezca mentira, se mete entre todos nosotros León Tolstoi, en el que percibo que su barba está más crecida que nunca. “¿Me permitís que os lea un cuento que escribí hace ya mucho tiempo? Se titula ‘Iván, el Imbécil’. Dice así:
“El viejo diablo declaró al pueblo que todos los imbéciles deberían inscribirse como soldados, y que cuantos se negaran a hacerlo serían condenados a muerte.
Los imbéciles acudieron a casa del voivoda.
- Nos dices -exclamaron- que si nos negamos a ser soldados, el zar nos matará; pero no nos dices lo que se hará de nosotros cuando seamos soldados. Parece que también se les mata.
- Así sucede, en efecto.
Al oír los imbéciles esta respuesta, se obstinaron en su negativa.
- No seremos soldados -gritaban-; preferimos que nos maten en nuestra casa, ya que de todos modos nos han de matar”.

Todos quedamos en silencio. “Vivimos en un mundo bastante complicado”, concluye el perroflauta, saliendo de su ensimismamiento. Mi compañero y amigo Toni me envía desde Valencia este vídeo que clarifica mucho la situación. Os recomiendo su visionado. Serán solo 15 minutos”.


“Una vez la Administración de Educación y Ciencia me quitó el importe de un día de sueldo porque me negué a dar clase el mismo día que comenzaban los bombardeos y la invasión de Irak a fin de salvar a la humanidad de las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein”, dije. Pero ya todos se habían marchado en todas direcciones por la calle Alfonso I de Zaragoza. Yo volví a casa con Marisol y Marga que habían estado también en el portal de la Consejera aragonesa de Educación.
Hasta mañana.  

miércoles, 28 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 64


Mientras el perroflauta está apostado ante el portal de la Consejera aragonesa de Educación, el ministro Wert afirmaba en el Congreso de los Diputados que  “tenemos un sistema ciego a los resultados”. E inmediatamente, el ministro se ha quedado en cueros en cuanto a un niño se le ha ocurrido preguntarle qué entiende Wert por resultados.
Imagino que se está refiriendo a las notas y las calificaciones, a aprobar y no suspender, a promocionar curso y no repetir. No seré yo quien reste esa supuesta importancia a las calificaciones, pero he calificado a lo largo de mi vida docente demasiado como para creer realmente que son significativas, al menso mientras las notas y las calificaciones estén sujetas también a las neurosis de no pocos profesores y profesoras.
“Estáis  todos aprobados, ¿vale?, a no ser que alguien esté empeñado en que lo suspenda”, era lo primero que yo les decía al inicio de un curso. “¿Os va bien un 8? ¿Comenzaremos entonces a pensar en trabajar e indagar? Solo el vago o el que tenga un morro que se lo pisa recibirán una nota baja principalmente de advertencia y reprobación”, concertaba a veces en determinadas aulas. Acostumbraba también a repetir que no ponía exámenes, sino “farfolillos”, una especie de evaluación donde no primaban la memoria y la reproducción, sino la reflexión. Solo en un Instituto cuyo Director se ufanaba del “nivel” (¡!) conseguido en su enseñanza (pura ficción, pues allí había el mismo porcentaje de suspensos que en cualquier otro Instituto) cargué con dos expedientes y me encontré un día, sin avisar, a dos inspectores de educación en el aula para presenciar una de mis clases. Al final de la clase, uno de los inspectores se acercó y me dijo que le gustaba la forma que tenía de enseñar, pero echaba de menos que “no quedara claro con lo que finalmente  tenían que quedarse los alumnos”… Solo exigía más nota el alumnado que aspiraba a estudiar carreras con media más alta, y entonces procuraba aplicarles, con mucha tristeza y harto dolor de corazón, la medicina que deseaban. 
No hay un muchacho o una muchacha igual a cualquier otro, cada uno es irrepetible. Cuando en un aula hay treinta muchachos y muchachas, cada uno de ellos es irrepetible, y constituye un error que el profesor intente uniformarlos en sus ritmos, inquietudes, intereses, maduración y desarrollo. Cuando cada uno de ellos llega a su casa, está en un entorno familiar y social peculiar y propio, diferente del resto. Cada uno de ellos recibe, rechaza o asimila cada uno de los momentos de la clase y de la vida académica según sus circunstancias y características intelectuales y afectivas. Cada uno de ellos escucha la misma materialidad de sonidos, palabras y gestos, pero los somete a una asimilación personal, a su propia reconstrucción personal, según va metabolizando lo que le va ocurriendo fuera y dentro de sí mismo.
La filosofía, las matemáticas, la lengua, el idioma o la biología que cursan y de las que deben examinarse no son un conjunto de conocimientos que el alumno o la alumna deban reproducir lo más fielmente posible (de hecho, el 99% lo olvidan en poco tiempo), sino que, de ser algo, son una reconstrucción de la realidad que ellos mismos han elaborado, según sus características personales.
El profesorado debe, ante todo, observar, escuchar, ofrecer honesta y sencillamente lo que sabe, y también (esto produce a no pocos docentes vergüenza, horror o mueve al sarcasmo) debe querer a cada uno de sus alumnos y alumnas, pues de lo contrario no se propondrá querer que cada uno sea lo que quiera y como quiera, dentro del respeto y la responsabilidad.
El profesorado debe moderar, coordinar, facilitar y participar activamente en el proceso educativo, cuyos principales agentes no son ni los libros de texto, ni los profesores ni los exámenes ni las calificaciones, sino el alumnado mismo. Al profesor le compete ayudar a crear un clima afectivo, armónico, de mutua confianza entre profesorado y alumnado, partiendo siempre de la situación en que se encuentra el alumno, valorando los intereses de estos y sus diferencias individuales. Conseguido ese clima, el alumnado, con sus excepciones, es el primero en responder, autoexigirse y propiciar un clima de indagación, diálogo y esfuerzo común por saber y conocer.
El primer día de clase también les decía a cada grupo: “Espero y deseo que de lunes a viernes, mientras dure el curso, durmáis cinco minutos menos por la emoción de tener clase de filosofía al día siguiente”. Muchos al principio me tomarían por un profesor pirado, pero algunos comprendían más tarde. Incluso algunos me preguntaban si podían asistir a mi clase, si en aquella hora tenían clase con algún profesor que estaba enfermo o no había podido acudir ese día al Instituto.
Al perroflauta le gusta mucho recordar todo esto, pero también lamenta tener un ministro de Educación en España y una Consejera de Educación en Aragón a los que todo esto seguramente les suene a música celestial. La explicación es bien sencilla: no son un Ministro y una Consejera de Educación, sino solo un Ministro y una Consejera de Instrucción. Así va la educación…
Hasta mañana

Pinchazos en los buses urbanos


Publicado hoy en El Periódico de Aragón
Seguramente, lo que ocurra en el conflicto laboral de los trabajadores y trabajadoras de los autobuses urbanos de Zaragoza y cómo se solvente va a quedar troquelado en el inconsciente colectivo de la ciudadanía: o representan, como hicieron unas semanas antes las trabajadoras del sector de la limpieza sanitaria de Aragón, un ejemplo de lucha firme, solidaria  y digna frente a los devastadores planes de la patronal o cundirán aún más el miedo y el pesimismo entre la ciudadanía.
Es de esperar que no cedan a una sola de las pretensiones de la patronal y que nadie ose presentarles como un triunfo que, por ejemplo, en vez de echar a la calle a 153 trabajadores, “solo” vayan 61. Así como sigue siendo criminal e inadmisible fusilar a 14 personas en lugar de a 50, pues la vida de una sola persona no tiene precio ni es negociable, de igual modo el derecho al trabajo constituye uno de los derechos fundamentales de los seres humanos, incluido en la Carta Universal de los Derechos Humanos de la ONU y en la Constitución Española. Ni un solo despido, pues, ni uno solo. Si sobra personal, que recorten su  propia plantilla los directivos y quienes en el Ayuntamiento negocian y supervisan la subcontrata de este servicio público. Y que recorten sus sueldos y beneficios.
El transporte público de una ciudad es un servicio público de y para toda la ciudadanía, y no debe ser un negocio para nadie. Por eso es incomprensible e inaceptable que el Ayuntamiento tuviera previo conocimiento de que la subcontrata del transporte urbano se hubiese vendido a otro grupo empresarial, que, a su vez, ya lo tenía revendido a una empresa mexicana a la que seguramente le suena a música celestial eso de que un negocio es un servicio público y que sabe de la Zaragoza española (en México existe también una Atizapán de Zaragoza) lo mismo que un zaragozano de aquí sabe de la Zaragoza mexicana. La reventa debía ser jugosa y los beneficios debían estar asegurados a base de recortar, como siempre, salarios y personal laboral. Puede que todo esto (más el criminal ERE ejecutado por TUZSA) sea legal, pero a veces la legalidad está muy alejada, cuando no da completamente la espalda a las condiciones exigidas por una vida digna y acorde con los derechos fundamentales de los seres humanos. Si la legalidad permite perpetrar despidos a discreción y establecer unilateralmente condiciones laborales inaceptables (a pesar de los 12,2 millones de beneficios en 2012), quienes confeccionaron una legislación a beneficio de unos pocos han de cambiarla en beneficio del pueblo. Entretanto, el ¿Justicia? de Aragón, como siempre, en las Batuecas.
Y esto no es lo peor. El comité de empresa y los partidos políticos de una presunta izquierda que gobiernan y apoyan el Ayuntamiento de Zaragoza (PSOE, IU y CHA) eran conocedores una semana antes de los negocios que habían estado urdiendo todos estos mercachifles, pero ocultaron esa información a los trabajadores de los autobuses urbanos de Zaragoza, los realmente más interesados y concernidos en el asunto.
Sin embargo, los trabajadores no deben llevarse ni dejarse llevar a engaño. Los partidos “lamentan” la situación y los representantes sindicales “negocian” que los daños sean los menores posibles, pero en realidad son los trabajadores y solos ellos quienes pueden y deben decidir y tomar las riendas del conflicto. Si no quieren despidos, que no consientan entonces uno solo. Y si quieren que la empresa se avenga a razones, han de utilizar el único lenguaje que una empresa realmente escucha: una huelga indefinida. Si así no lo hacen, las lamentaciones ulteriores estarán de más y quedarán a merced de los vaivenes y los intereses empresariales. Más aún, mientras durara esa huelga, ningún ciudadano debería subir a un autobús o pagar su billete. De no hacerlo así, la ciudadanía debería dejar de quejarse y callar, aunque no fuera mas que por coherencia y vergüenza torera.
Ahora gobiernan directa e indirectamente el Ayuntamiento zaragozano PSOE, CHA e IU, que asumen como si se tratara de un axioma que el transporte público de la ciudad debe estar subcontratado y en manos de una empresa privada, en lugar de estar gestionado directamente por el Ayuntamiento mediante un organismo público municipal. Tampoco asumen estos partidos de izquierda el hecho de que los trabajadores y las trabajadoras de los autobuses urbanos de Zaragoza están dispuestos a encargarse cooperativamente de este servicio público dentro de una entidad que no esté impulsada por el ánimo de lucro y la competencia. Existen positivos precedentes, por ejemplo, de empresas regidas por los principios del proyecto Economía del Bien Común (confianza, justicia social, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad), en un servicio sostenible, que mira el bien y el interés general de la comunidad.
En cualquier caso, los trabajadores y las trabajadores de los autobuses urbanos de Zaragoza no deben reblar. Somos muchos y muchas los que estamos con ellos.

martes, 27 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 63


Jornada plana, con pocas cosas que reseñar. Marisol, compañera gratificante de la última hora ante el portal. El perroflauta es interpelado: “Pero en resumidas cuentas, qué quieres, que pides?”. Y el perroflauta trata de explicar que él no pide nada, que solo pide quien carece de algo que otro tiene, pero el perroflauta motorizado tiene ya lo que pone de manifiesto cada mañana en su cartel y los otros deben preguntarse si son ellos quienes carecen de lo que ofrece el perroflauta o  simplemente les importan un rábano el mensaje y el mensajero.
El perroflauta se limita a mostrar, a manifestar, a poner de manifiesto un  Sí grande a la escuela pública y un No rotundo a los recortes en educación. Cada persona que se cruza con el perroflauta en la calle queda interpelada e invitada a sumarse al  acto cotidiano de desnudar cada día su rostro y su alma, para que resten siempre dignos.
Hablando de pedir, recuerdo que repartían en el colegio huchas que representaban a indios (al estilo sioux), negros (aro en la nariz), chinos (sombrero típico y coleta) y gente exótica en general: había que pedir por ellos, pedir unos céntimos, porque allá a lo lejos pasaban hambre y apenas tenían de nada, mientras “nosotros vivíamos bien”. Mi madre, por entonces de Acción Católica, repartía entre los españoles pobres leche en polvo y queso procedentes de Yankilandia. Ah, pero éramos superiores porque contábamos con Viriato, don Pelayo y Santiago Apóstol. Carecíamos de derechos humanos y de libertad, pero nos acostumbraron a pedir por “los infieles”, para que nunca se nos pasara por la cabeza pensar en nuestra propia miseria.
Ahora ha vuelto la humillación para los patriotas de cartón piedra, aunque se nieguen a reconocerla: el hambre también está aquí, las carencias están también aquí, los perroflautas están aquí, los pobres están también aquí. Vivimos en un país, en una zona supuestamente rica donde una parte  pequeñita de privilegiados (el 1% del 1%  en expresión de Susan George) vive maravillosamente bien acumulando sin parar dinero y riqueza, expoliando al resto de la población, cada vez más empobrecida, devastando la Tierra y sus recursos.
Cada vez son más las personas que no son indias ni chinas ni negras que carecen de alimento, de casa, de escuela, de asistencia sanitaria y hospitalaria, de agua potable… El “Tercer Mundo” está también aquí, en mi ciudad, en los sintecho, payasos, títeres y gente anónima que habita en mi ciudad, que pasea por esta calle Alfonso. Los hemos llamado salvajes e incivilizados, les hemos vendido la libertad y la democracia, a la par con un arsenal de armas para que se fueran matando los unos a los otros. Ahora nuestra democracia está en manos de unos irresponsables que esquilman nuestros derechos, que arrebatan el trabajo y la vivienda para poder vivir dignamente, que desatan guerras preventivas. Son autoridades ilegítimas, raramente elegidas por la ciudadanía  (¿quién ha elegido, por ejemplo, a la presidenta del FMI o al Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rhen?), que nos imponen dictatorialmente sus reglas de juego, sus medidas conducentes al desempleo, a la austeridad, al sufrimiento de la población y pérdida de aquello que la clase trabajadora conquistó a lo largo del último siglo y medio.
El perroflauta canturreó esta mañana a Marisol “Palabras para Julia”. Para hacer justicia a Goytisolo y a Paco Ibáñez, aquí está bien cantada:

Hasta mañana.

lunes, 26 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 62


Esta mañana, unos minutos antes de salir hacia el portal, he recibido por email un mensaje venenoso de gente tenida socialmente por ponderada y sabia, donde se me afea que en este Diario hable casi exclusivamente de perroflautas, indigentes y marginales. No me quitaba de la cabeza ese email en el autobús.
Aún en el bus, descubro en un bolsillo de mi pantalón un papel doblado, pequeño y escrito a lápiz:

Juan de Mairena hacía advertencias demasiado elementales a sus alumnos. No olvidemos que éstos eran muy jóvenes, casi niños, apenas bachilleres; que Mairena colocaba en el primer banco de su clase a los más torpes, y que casi siempre se dirigía a ellos”.

Ya en el portal, he reconocido a un viejo amigo y compañero ruso, Lev Semiónovich Vygotsky, que hace ya bastantes años me estuvo explicando qué era eso de constructivismo en piscología. Gracias a él, nunca pude dar una sola clase en la que el alumnado pudiera estar desinteresado y aburrido, pues de ellos dependía su vida misma. 

Vygotsky tomó uno de los carteles que guardo en la mochila de mi silla (“Escuela pública, laica y de calidad”, se leía en el cartel) y me refrescó la memoria: el gran Ludwig Wittgenstein, con su Tractatus debajo del brazo y una montaña de fama y admiración sobre su cabeza, decidió recluirse en una pequeña aldea de los Alpes austríacos y allí ejercer como maestro de los niños de la zona. A los pocos meses, comenzaron los conflictos y los mismos padres y madres de su alumnado no le permitieron seguir enseñando a sus hijos, a causa del rigor y los duros castigos (también físicos) que el gran pensador infligía a aquellos niños. En su fuero interno, Wittgenstein pensaría que estaban equivocados, que no daban la talla y eran incapaces de comprender sus enseñanzas.  El gran pensador de la época contemporánea era, pues, un ignorante de lo más elemental y maravilloso que puede existir en un aula: la mente y el alma de un niño o de un muchacho.

Me percaté entonces de que había algo más escrito en ese papel:
“El papel lo ha introducido Vygotsky en el bolsillo de tu pantalón. No me resisto a mandarte este otro mensaje. Ánimo y no rebles. Fdo. Iván Illich”


A Iván Illich, austríaco y polémico como él solo, lo conocí algo tarde en mi vida, pero su tesón siempre me ha servido de acicate. Su mensaje decía: 

“Había un hombre con la cabeza tan pequeña, tan pequeña, tan pequeña… que no le cabía la menor duda...”

Hasta mañana

domingo, 25 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 61


Hoy ha sobrevolado los tejados de Zaragoza José Gaos, mientras Juan de Mairena contemplaba su vuelo desde la ventana de mi cuarto. A mí me ha dado un gran vuelco el corazón de tanta alegría que me ha dado verlo.
José Gaos fue y es un filósofo español, exiliado o "transterrado" (como él mismo se denominó) en México después del golpe de Estado franquista, obteniendo la nacionalidad mexicana en 1941. Falleció para quienes ven muy poco y solo ven con sus ojos miopes en 1969. Era el hermano mayor de 14 hermanos, entre ellos la actriz Lola Gaos y el poeta Vicente Gaos, y a él le debo mi primera lectura de “Ser y Tiempo” de Martin Heidegger, que tradujo al español primorosamente en Fondo de Cultura (qué temblor de mis manos la primera vez que abrí ese libro…). 
 Hizo la tesis sobre Husserl, en torno a cuyo pensamiento tantos seminarios y cursos he realizado a lo largo de mi vida estudiantil.  Antes de llegar a ser Rector de la Universidad de Madrid (1936–1939), enseñó alemán en el Instituto de Idiomas de Valencia (1925–1928), filosofía en el Instituto de Segunda Enseñanza de León (1938-1930), lógica y teoría del conocimiento en la universidad de Zaragoza (1930-1933) y filosofía en la universidad de Madrid (1933-1939).
Fue depurado en febrero de 1939 como catedrático por el régimen franquista, sin proceso alguno, mediante la siguiente Orden Ministerial (cfr. Wikipedia):  
“... se separa definitivamente por ser pública y notoria la desafección de los catedráticos universitarios que se mencionarán al nuevo régimen implantado en España, no solamente por sus actuaciones en las zonas que han sufrido y en las que sufren la dominación marxista, sino también por su pertinaz política antinacionalista y antiespañola en los tiempos precedentes al Glorioso Movimiento Nacional. La evidencia de sus conductas perniciosas para el país hace totalmente inútiles las garantías procesales que, en otro caso constituyen la condición fundamental en todo enjuiciamiento, y por ello, este Ministerio ha resuelto separar definitivamente del servicio y dar de baja en sus respectivos escalafones a los señores: Luis Jiménez de Asúa, Fernando de los Ríos Urruti, Felipe Sánchez Román y José Castillejo Duarte, catedráticos de Derecho; José Giral Pereira, catedrático de Farmacia; Gustavo Pittaluga Fattorini y Juan Negrín López, catedráticos de Medicina; Blas Cabrera Felipe, catedrático de Ciencias; Julián Besteiro Fernández, José Gaos González Pola y Domingo Barnés Salinas, catedráticos de Filosofía y Letras, todos ellos de la Universidad de Madrid. Pablo Azcárate Flórez, Demófilo de Buen Lozano, Mariano Gómez González y Wenceslao Roces Suárez, catedráticos excedentes de Derecho”. 
Aterriza suavemente José Gaos sobre el suelo de mi cuarto y me entrega una fotografía y un papel. La fotografía es esta:

Y el papel dice así:
“Esta fotografía está hecha en San Luis Acatalán. San Luis Acatlán tiene algo más de 8.000 habitantes y es uno de los que conforman el estado mexicano de Guerrero. Durante la década de los ’70, el Estado de Guerrero  fue escenario de varios movimientos opositores al régimen oficialista del PRI.  En ese contexto, un grupo de profesores optaron por la lucha armada, originando la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y el Partido de los Pobres. Se sucedieron diversas refriegas, conflictos, luchas, guerra sucia y dura represión del ejército mexicano, siendo secuestrado y ajusticiado un senador y numerosos miembros de las guerrillas. Años más tarde, en 1995, la policía del estado asesinó a 17 campesinos, lo que originó como reacción el levantamiento en armas del Ejército Popular Revolucionario ligado a la guerrilla del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo-Partido de los Pobres (PROCUP-PdlP). En 2005 ocurrió también un suceso singular al ser elegido gobernador por primera vez el candidato del Partido de la Revolución Democrática (hoy ya tercera fuerza política de México), ya que hasta entonces siempre se había hecho con el poder el oficialista PRI”.
“Gracias, muchas gracias”, le digo a José Gaos, “¿puedes firmar Ser y Tiempo, que tradujiste tan cuidadosamente y que tengo ahí mismo, en esa estantería”. “No necesitas mi autógrafo, Antonio”, responde él, “ese libro lo tienes de forma indeleble muy dentro de ti, y yo formo parte de él”.
José Gaos y Juan de Mairena se van a dar una vuelta por el parque –es domingo-, y yo me quedo mirando fijamente la fotografía. En el muro de una humilde casa  está escrito: “LA EDUCACIÓN NO SE VENDE. SE AMA Y SE DEFIENDE”. Además de coincidir, claro está, con el lema, me llama mucho la atención que cuanto más sencilla y limpia de corazón es la gente menos reparo tiene en expresar no solo su voluntad de defensa, sino también su amor por una causa.
¡Gracias y un fuerte abrazo, sanluistecos y sanluistecas!
¡Hasta siempre. José Gaos!

viernes, 23 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 60

12 semanas consecutivas ya cumplidas en el portal de la Consejera aragonesa de Educación. Tres meses completos. Parece que fue ayer cuando, lleno de incertidumbre, desplegué por primera vez en el portal el primer cartel por la escuela pública y contra los recortes, quedando convertido en “perroflauta motorizado”, expresión que debo a mi compañero y amigo Fernando, médico de Derecho a Morir Dignamente de Madrid y una excelente persona y profesional.
El perroflauta y Mairena escuchan Petrushka, de I. Stravinski, un ballet donde Petrushka y el Moro, enamorados ambos de la Bailarina, luchan y sufren por amor hasta el acabamiento. Son polichinelas, muñecos de trapo y serrín, manejados por el Mago. Obra dulce y amarga, llena de una maravillosa musicalidad. Si quieres ver la Primera Escena (son cuatro, que puedes encontrar en YouTube, por ejemplo), aquí la tienes.
 Fluye el tiempo, ese río de Heráclito en el que no puedes nadar dos veces sin que haya sido suplido por otro río. Fluye y fluye el tiempo. Pocos días, quince, para que nazca Valentina, con cuya madre, Claudia, profesora interina, he tenido unos minutos muy agradables de conversación ante el portal, junto con Víctor, ese luchador incansable en tantos frentes. 2 horas diarias, de lunes a viernes. 10 horas semanales. 40 horas al mes.  120 horas en estos tres meses ante el portal de la Consejera. Y las que quedan…
“Me estás decepcionando", me dice Martin Heidegger, “tanto leer y releer mi obra, especialmente mi libro Ser y Tiempo, y me sales contando el tiempo mediante un reloj y una calculadora. Sabes bien, que el tiempo lo eres tú, a la vez que te es el tiempo”. “Vale, vale, Herr Heidegger”, respondo, “hoy necesito hablar así del tiempo y de estos tres últimos meses de mi vida”.
Iba a añadir algo Heidegger, cuando se ha montando un verdadero alboroto alrededor del perroflauta, pues querían recordarme la impronta que han ido dejando en mí sobre el tema del tiempo personas como Bergson, Mann, Hawking, Marx, Jaspers, Lorca, Freud, Nietzsche… “Sí, sí, lo reconozco”, he logrado decir en medio de la algarabía, “habéis dicho todos vosotros cosas muy interesantes sobre el tiempo y yo he aprendido mucho de todos vosotros, pero hoy tengo un calor imponente en esta calle y es tiempo, llevo cincuenta y tres minutos aquí, viendo desfilar personas, y también es tiempo, quedan quince días para que nazca una niña, Valentina, y eso es un tiempo precioso, me pregunto hasta cuándo estaré apostado ante este portal y es tiempo, pienso con una sonrisa en mi muerte futura y también es tiempo…”.
“Gracias, Antonio”, terció Juan de Mairena, “por decir lo que estás diciendo sobre el tiempo. ¿Me dejas que te dé mi opinión –pobre, eso sí, no tan sofisticada y elaborada como todos estos maestros que tan bien te han ilustrado- sobre cómo veo y vivo el tiempo?”. Respondí de inmediato, haciendo callar a todos los demás: “Te escuchamos, Juan”.
Y Juan de Mairena habló así ante todos esos filósofos, literatos y científicos:
“¿Cantaría el poeta sin la angustia del tiempo, sin esa fatalidad de que las cosas no sean para nosotros, como para Dios, todas a la par, sino dispuestas en serie y encartuchadas como balas de rifle, para disparadas una tras otra? Que hayamos de esperar a que se fría un huevo, a que se abra una puerta o a que madure un pepino, es algo, señores, que merece nuestra reflexión. En cuanto nuestra vida coincide con nuestra conciencia,, es el tiempo la realidad última, rebelde al conjuro de la lógica, irreductible, inevitable, fatal. Vivir es devorar tiempo: esperar; y por muy trascendente que quiera ser nuestra espera, siempre será espera de seguir esperando. Porque aun la vida beata, en la gloria de los justos, ¿estará, si es vida, fuera del tiempo y más allá de la espera? Adrede evito la palabra “esperanza”, que es uno de esos grandes superlativos con que aludimos a un esperar los bienes supremos, tras de los cuales ya no habría nada que esperar. Es palabra que encierra un concepto teológico, impropio de una clase de Retórica y Poética. Tampoco quiero hablaros del Infierno, por no impresionar desagradablemente vuestra fantasía. Sólo he de advertiros que allí se renuncia a la esperanza, en el sentido teológico, pero no al tiempo y a la espera de una infinita serie de desdichas. Es el Infierno la espeluznante mansión del tiempo, en cuyo círculo más hondo está Satanás dando cuerda a un reloj gigantesco por su propia mano”.
Eran las 12,31 de la mañana. “Buen fin de semana”, se despidió Víctor. “Igualmente”, le respondió el perroflauta.
Hasta mañana.




jueves, 22 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 59


Al final de la mañana, el perroflauta se ha quedado estupefacto: los tres policías que ayer le pidieron con severa sequedad la documentación, hoy se han acercado, todo sonrientes, y le han preguntado: “Buenos días, qué tal va todo?”. “Bien, muy bien, y ¿ustedes?”, respondió el perroflauta, a lo que el que parece su portavoz, el policía más alto, se ha limitado a decir: “Pues aquí estamos, a la faena (sic)”.
Hoy ha sido una jornada de pocas conversaciones con viandantes. Juan de Mairena se ha retirado a un segundo plano, pues, tras saludar efusivamente al perroflauta, Albert Camus ha tomado la palabra y no la ha soltado ya en mucho tiempo.
“Zaragoza –peroraba Camus- era una ciudad llena de curas, monjas y militares (principalmente cadetes de la Academia General). Ahora han desaparecido, casi todos ya de paisano, de incógnito. Eso sí, siguen viviendo del erario público entre la pasividad de la ciudadanía. La iglesia católica se lleva 11.000 millones de euros anuales. El ejército recibe directamente de los Presupuestos generales del Estado 5.937 millones, a los que hay que añadir 877 millones y 582 millones adicionales y ‘extraordinarios’,  ‘para atender al pago de obligaciones correspondientes a programas especiales de armamento y material’. O sea, que el Ejército se lleva este año 7.935 millones. Entretanto, el Gobierno de cesa de recortar hasta el 50% en educación, sanidad y demás servicios sociales”.
La gente desfilaba impertérrita ante los ojos del perroflauta, mientras escuchaba el vehemente torrente de palabras proferidas por Albert Camus: “¿Y sabéis a qué responden los créditos extraordinarios aprobados por El gobierno y destinados a gastos excepcionales de Defensa? Pues a pagar el armamento inútil que se ha puesto en manos de los militares. Concretamente, 2,7 millones para la Fragata F100; 371,5 millones para el  avión de combate EF-2000; 2,42 millones para el carro de combate Leopardo; 46,6 millones al nuevo avión de transporte militar A-400M; 88,2 millones para el helicóptero de combate Tigre; 28,2 millones para el buque BAC; 32,4 millones para el obús 155/52; 15 millones para el misil Taurus; 69,8 millones para la Fragata F-105, un millón para el buque BAM-1; 34,5 millones para el misil C/C Spyke; 75,19 millones para el helicóptero NH-90; 5,96 millones para los Nodos CIS de la UME y 10 millones para el helicóptero EC-135”.
Juan de Mairena interrumpió el discurso de Camus y habló solemnemente de la siguiente manera:
“Nunca debéis incurrir en esa monstruosa ironía del homenaje al soldado desconocido, a ese pobre héroe anónimo por definición, muerto en el campo de batalla, y que si por milagro levantara la cabeza para decirnos: “Yo me llamaba Pérez”, tendríamos que enterrarle otra vez, gritándole: “Torna a la huesa, ¡oh Pérez infeliz!, porque nada de esto va contigo”.
Hasta mañana

miércoles, 21 de agosto de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 58


Juan de Mairena ya se quedó algo extrañado al ver al payaso de la calle Alfonso saludar al perroflauta motorizado, cuando se dirigía al portal de la Consejera, dándole ánimos con el pulgar hacia arriba y agitando los brazos: “¡Ánimo, compañero! ¡Eres un campeón!”. Pero su sorpresa fue aún mayor cuando un coche de la policía nacional se paró al poco de llegar frente al perroflauta, y el conductor le preguntó:
-¿cómo sigue todo?
-Bien, bien –respondí
- Me alegro. A seguir así, ¿vale? Y mucho ánimo –añadió el policía, mientras el coche comenzaba a avanzar Coso arriba.
“No podía imaginarme una cosa así”, dijo Juan de Mairena, “Ya ves..”, contesté. “¿Suele ocurrir esto de vez en cuando?”, preguntó. “De vez en cuando, sí”, respondí. El coche era como este:
“Me gustaría mucho oír ahora algo de Brahms”, pidió. E inmediatamente sonó la Tercera Sinfonía de Brahms, opus 90 (Filarmónica de Viena, director : L. Bernstein). Si quieres escucharla, no tienes más que abrir este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=4L0MqnAoEJM. Estábamos aún en el segundo movimiento cuando he tenido la maravillosa sorpresa de ver a Nerea, ex alumna de filosofía y ética, madura, muy inteligente y plena de sensibilidad. Tras cursar Periodismo, ha estado trabajando en Inglaterra y ahora se va a California. Parece que tiene planes concretos de trabajar en Inglaterra. Me he puesto algo triste porque este país se está quedando sin su gente más valiosa. Nos han hecho esta fotografía:
A media mañana, tres italianos, de la Calabria, han estado hablando durante un buen rato con Juan de Mairena y el perroflauta. Les han preguntado cómo van el país y la ciudad de Zaragoza, qué hacía allí un profesor de filosofía convertido en perroflauta (motorizado, es evidente) y qué estaba pensando y haciendo  la Consejera de Educación tras todo ese desastre en el mundo educativo que ha armado. En su italiano cada vez más herrumbroso, el perroflauta les ha explicado que no cree que un día, así por las buenas, la Presidenta de Aragón y la Consejera de Educación se reunieran e inventaran recortar a troche y moche becas de comedor, becas de material auxiliar, becas universitarias, o dejar sin trabajo y sin cobrar durante los meses de verano a miles de profesor@s interin@s. Ambas, a estas alturas de la política nacional e internacional, son unas mandadas más. Se les inocula solo antes dos axiomas que deben repetir como cacatúas. 1) no hay dinero; 2) hay que recortar para salvar la economía del país. Dos falacias como dos catedrales.  Pero les da igual. Lo dice su Partido, el PP. Lo dice el FMI. Lo dice la Europa de los mercaderes. Lo dicen otros muchos. Y además tienen la mayoría absoluta de los votantes aragoneses. Esa es su excusa, su estratagema.
Mientras hablaba el perroflauta, aproveché para explicarle a Juan de Mairena que algo parecido había dejado escrito en mi libro ¿dios? (Ed.  De la Catarata). “Hace muchos años, aún en Madrid, tenía que levantarme cada día a las seis y media de la mañana, a fin de entrar a trabajar en una empresa de ingeniería, en plena calle Fuencarral, a las siete y media en punto. Hacía el trayecto de mi casa hasta la estación de metro Bilbao, con transbordo incluido. Cada mañana, en ese transbordo debía recorrer un largo corredor hasta llegar al andén de la otra línea. En ese trayecto, al final del corredor leía diariamente el mensaje que alguien había dejado escrito en una pared: ‘Doscientos mil millones de moscas no pueden equivocarse: comamos mierda’. Es de esperar que ninguno de los que por allí pasaban y leían el mensaje quedase convencido de tan peregrino argumento, basado también en el consenso universal (de las moscas)”.
Hoy estamos comiendo mierda porque Rudi, Serrat y demás gente del PP están convencidos de la contundencia del argumento. Además, la mierda nos está bien merecida, nos dicen, por haber vivido por encima de nuestras posibilidades.
Juan de Mairena me escuchaba pensativo. Finalmente, respiró profundamente y dijo: “En política, como en arte, los novedosos apedrean a los originales”. Y añadió: “Ah, y también en la vida misma”. Y ni corto ni perezoso, se puso a escuchar el Concierto nº 4, opus 58 de Beethoven. La puedes escuchar, si quieres, aquí, con Daniel Barenboim al piano: http://www.youtube.com/watch?v=Baao02sIFm4
A las 12,15 saludé como tantas otras veces a tres policías (“Policía de Zaragoza”, se leía en su espalda, aunque no eran como los habituales, parecían policías nacionales).
 Uno era altísimo, cerca de los dos metros. Se detuvieron, y la torre uniformada se acercó, leyó el cartel, movió la cabeza, dijo que era una pasada estar en el portal e informar de quién vivía dentro de ese portal. “Respeto su opinión, por supuesto, pero no la comparto”, contesté. El perroflauta estaba agotado de ese barullo y quería solo que aquellos policías se fueran y lo dejaran en paz. La gente empezó a arremolinarse, pues tres policías alrededor de un perroflauta motorizado es algo que no se ve todos los días. Me pidieron que me identificara y les di el DNI; “con mucho gusto”, les dije. Se quedaron algo descolocados y comenzaron a repetir la retahíla de siempre: “comprenda, usted; compartimos que proteste contra los recortes, a nosotros mismos nos han recortado, pero no puede ser que usted esté aquí. Y no lo decimos por usted, sino por otra gente que aproveche que está usted aquí para armar un alboroto o ensañarse contra el portal”. “Llevo tres meses aquí y nada de eso ha ocurrido. En cualquier caso, ustedes me están haciendo responsable de lo que pueden hacer otras personas en el futuro, es decir, de algo que no ha sucedido”. Mientras acababa de escribir el policía superalto, les informé también de que era la enésima vez que me identificaban. “Esto no es método”, dijo el policía (los otros dos se habían retirado unos metros para que la escena llamase menos la atención). “¿Tienen ustedes un método alternativo que realmente sea efectivo en una reivindicación?”, pregunté. “No sé”, respondió, así, sin más. Me devolvieron el DNI y se marcharon.
“¿Qué te parece?”, le pregunté, pero Juan de Mairena no respondió nada: su labio superior temblaba levemente, movía, incrédulo, su cabeza, y sus ojos brillaban de una forma especial. Sus labios musitaron un verso:  “Mi corazón espera también hacia la luz y hacia la vida otro milagro de la primavera”.
“Mi hija Begoña te manda un gran abrazo, Juan”, le dije en voz baja. “Bego está abrazada desde hace años, Antonio. Desde hace años la tengo abrazada”.
Hasta mañana.


Una buena fotografía de lo que ocurre cada día


Si esto es democracia...



Publicado hoy en El Periódico de Aragón
Debido a las protestas y las demandas populares, Chadli Benjedid, presidente de Argelia en un sistema de partido único (FLN, Frente Nacional de Liberación) abrió la mano al multipartidismo, convocando unas elecciones legislativas en 1991, que el FIS (Frente Islámico de Salvación) ganó por amplia mayoría (228 escaños de 430 posibles). Ante estos resultados, el ejército, apoyado por el FLN, Francia y una buena parte de las potencias occidentales, no reconoció los resultados electorales, disolvió el FIS y para “preservar las libertades democráticas” perpetró un golpe de Estado, dejando en el país una fractura civil y armada que continuó hasta nuestros días.  
El caso argelino no es el único en que los poderes fácticos económicos y militares, autonombrándose garantes y adalides del “sistema democrático”, tutelan el sistema de gobierno de muchos países: paradójicamente, en algunos casos las “democracias occidentales” ponen y deponen gobiernos según sus intereses, aun empleando medios netamente antidemocráticos e incluso violentos, pues saben que no va a pasar nada: lo tienen todo controlado.
Repugna en algunos casos la hipocresía de algunas “democracias occidentales”, incluida también España, que, por ejemplo, tachan a Cuba y Venezuela de dictaduras irredentas, mientras actúan como si Marruecos, Arabia Saudí, Bahrein o el actual Egipto no lo fueran. Occidente es experto en succionar la riqueza ajena a cambio de baratijas, a la vez que continúa mercadeando con sus armas, para lo que monta las guerras y los conflictos que hagan falta, en defensa –dicen- de la seguridad y la democracia en el mundo. Piénsese, por ejemplo, en Irak, Afganistán, Libia o Túnez y pregúntese a continuación en manos de quiénes está el control del crudo, el gas y los oleoductos correspondientes.
En 1980 Estados Unidos boicoteó los Juegos Olímpicos de Moscú seis meses antes de su comienzo, argumentando que la presencia militar soviética en Afganistán era una invasión y violaba el derecho internacional. 21 años más tarde iniciaban por su cuenta y riesgo el bombardeo masivo y la invasión de Afganistán en una operación que cínicamente denominaron “Libertad Duradera”. Salvo contadas excepciones, las críticas de las “democracias occidentales” brillaron por su ausencia.
El 25 de enero de 2006 se realizaron elecciones parlamentarias en Palestina. Contra pronóstico, el grupo Hamas logró una rotunda victoria (76 de 132 escaños) en el Consejo Legislativo Palestino. Aunque Al Fatah reconoció oficialmente su derrota, Estados Unidos, Israel y la UE no aceptaron los resultados electorales democráticamente realizados y supervisados por delegados de la ONU ni reconocieron la voluntad popular palestina, amparándose en que Hamas era una “organización terrorista”, aunque se hubiera presentado limpiamente a unas elecciones democráticas. La democracia vale si y solo si conviene a las expectativas e intereses de algunos poderes, tan pocas veces democráticos.
El 3 de julio de 2013 expiraba el ultimátum del ejército al presidente egipcio, Mohamed Morsi, democráticamente elegido en julio de 2012,para que dimitiera si no aceptaba las demandas de una enorme multitud en las principales ciudades del país. Ese mismo día, el Ejército se reunía  con ciertas organizaciones para ultimar los preparativos de un golpe de Estado. En la reunión estuvieron presentes Teodoro II, patriarca de la iglesia cristiana copta y relevantes miembros del anterior régimen corrupto de Mubarak.
Personalmente, detesto la teocracia propugna por los Hermanos Musulmanes egipcios, pero abomino aún más de los golpes de Estado y las dictaduras militares. Estados Unidos y buena parte de sus acólitos, incluida España, han hecho hasta la fecha encaje de bolillos para disfrazar la realidad del golpe militar egipcio y dar nombres falsos a crudas realidades. Por ejemplo, los centenares de muertos cosidas a balazos por los militares golpistas ahora en el poder. Pues bien, ante tal panorama España ni siquiera ha suspendido la venta de armamento a Egipto, pues basta recordar que el ministro de Defensa español, Pedro de Morenés, ya dejó claro en octubre pasado qué es eso de democracia al justificar cínicamente la venta de armas a países donde se produce la violación sistemática de los derechos humanos porque “nada es perfecto en política” y es aceptable vender armas “a cualquier país que esté en la ONU” y “tienda a una situación mejor”.
Una democracia no es sostenible si la ciudadanía carece de comida suficiente, trabajo digno y de un  techo adecuado donde vivir, si la democracia queda reducida a depositar un voto en una urna cada cierto tiempo, de la que salen unos gobernantes que son marionetas en manos del poder. O un votante tiene unos medios de vida dignos y suficientes, o, de lo contrario, ese votante lo mejor que puede hacer es no ir a votar.
Pues bien, a las grandes potencias económicas y militares del mundo les importa un carajo cuántos seres humanos mueren al día de hambre y de miseria, o cuántos hospitales, escuelas tienen o la calidad del agua que beben. Quieren sus recursos, quieren controlar el mundo por las buenas o por las malas.
--> Y si algo no funciona, le echarán la culpa a Al Qaeda. Si eso es democracia…