jueves, 30 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 175

Hoy he recibido el alta médica y ya estoy en casa. Solo ver la luz y sentir el frío de la calle devuelven a la vida, a la realidad, más allá del transcurrir rutinario de cada hora en el hospital, tan larga, tan punzante. Estoy ya en casa, algo exhausto, con las mismas ganas de continuar existiendo y luchando. Muchas y muchos son los que se han interesado por mi salud y mi paradero. A tod@s, gracias. Un fuerte abrazo.
He convencido al perroflauta motorizado de recomenzar la estancia en el portal de la Consejera aragonesa de Educación el próximo lunes. Antes, recibiría quizá aplausos, pero conduciría a volver a sucumbir pronto. Algun@s han seguido yendo al portal. Es maravilloso. Formamos una cadena humana de contundente solidaridad. No nos rendiremos. Ocurra lo que ocurra, ocurra lo que nos ocurra, seguiremos andando.
Tengo la mente ahora un tanto débil y me cuesta seguir escribiendo. Solo me resta ahora reafirmar con todas mis fuerzas que todas las mañanas, de lunes a viernes, seguiré manifestándome públicamente ante el portal de la Consejera aragonesa de Educación mi rechazo a los deshumanizadores recortes del Gobierno español y aragonés en el ámbito educativo. Si no hay vehículo más adecuado que la educación para hacer una sociedad y un mundo más humano, libre, justo, sostenible y solidario, poco contribuye tanto para deshumanizar a las personas y al mundo como unos cicateros recortes en personal, infraestructuras, recursos y servicios básicos en educación.
Me seguiré manifestando cívica y pacíficamente siempre, en silencio, portando solo carteles que denuncien el actual estado de cosas y expresen mi apuesta incondicional por la escuela pública, laica y de calidad, por la escuela de todos y para todos. Esperando también que cada vez más personas estén allí con el mismo espíritu, en el mismo camino y hacia el mismo horizonte,
Me manifestaré firmemente cada mañana, de lunes a viernes, a sabiendas de que la escuela pública está languideciendo por la acción de unos, más la desidia y la abulia de otros. Si un día me echan de allí, volveré cívica y pacíficamente al día siguiente. Si un día me multan, seguiré yendo cívica y pacíficamente al día siguiente.
Los seres vivos no pueden vivir sin agua, pues morirían. Los seres vivos no pueden vivir sin aire, pues morirían. Las personas y las sociedades no podemos permitir que conculquen nuestra libertad y nuestros derechos, pues, en tal caso, nos demos o no nos demos cuenta de ello, estamos muriendo por dentro.

Hasta el lunes, en ese portal. Un fuerte abrazo.

miércoles, 29 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 174


Ayer no pude ir al portal de la Consejera: todos los males que aquejan mi salud se dieron cita sin paliativos. Hoy es festivo en Zaragoza (san Valero, patrón de la ciudad,  de nuevo un anacronismo de un santo remoto propio de una confesión religiosa como “patrón” y jornada festiva de una ciudad de un supuesto Estado aconfesional). Tampoco podré ir hoy al portal por los mismo motivos.
Marisol me cuenta que ayer estuvo hasta las 12,15 de la mañana. Marga, desde mediodía hasta las 13 horas. Mucho frío, pero nada especial que reseñar en la jornada.
Mañana espero amanecer de otra guisa.

Gracias a quienes se interesaron por mí, extrañados de que ayer no hubo Diario de perroflauta.

El no-ser no es


 Publicado hoy en El Periódico de Aragón
El Honorable President de Cataluña, Artur Mas, empeñado en seguir a la cabeza del movimiento más o menos soberanista catalán, ha conseguido que el Parlament catalán apruebe pedir al Congreso de los Diputados de la capital del Reino de España la celebración de una consulta para pulsar la opinión y voluntad del pueblo catalán sobre la independencia de Cataluña.  Ante tal iniciativa, de la caja de Pandora españolista han surgido toda suerte de invectivas y amenazas con el propósito de disuadir al Gobierno catalán de tales propósitos independentistas.
Ingenuo de mí, me pregunto qué tiene de malo preguntar a la gente de un colectivo qué es lo que quiere, en lugar de que unos cuantos profesionales del politiqueo (que no de la política) se estén tirando los trastos a la cabeza augurando al adversario toda suerte de desgracias. Ingenuo de mí, sí, sigo sosteniendo que la democracia consiste en gobernar según la voluntad de la ciudadanía, así como garantizar y hacer efectivos sus derechos y libertades. Y no se puede ser buen gobernante sin discernir en qué consiste y qué desea esa voluntad del pueblo. En lugar de presentar la senyera frente a la rojigualda, sería bueno para todos conocer de una vez qué quiere y qué no quiere la mayoría de la ciudadanía catalana. ¿A quién le hace daño enterarse de ello? ¿Por qué tanto temor de celebrar una consulta o un referéndum o como se convenga en llamarlo sobre la voluntad soberana de un pueblo?
Basado en esas mismas razones, me pregunto también, ingenuo de mí, por qué no se realiza consultas sobre cuestiones aún mucho más urgentes y necesarias para el pueblo (catalán, madrileño, aragonés, sudanés o filipino). Por ejemplo, contemplando la destrucción sistemática del derecho constitucional al trabajo y el deber de trabajar, es imprescindible que el gobernante pregunte al pueblo si está de acuerdo o debería ser retirada la Reforma Laboral del Partido Popular, pues de nada sirve que la ministra Báñez advoque la ayuda de la Virgen del Rocío o que el ministro Fernández Díaz confíe en la intercesión de Teresa de Ávila, si la clase trabajadora cada vez está más desempleada, explotada, mal pagada y precarizada, y si cada vez es mayor la brecha entre ricos y pobres.
Por mucho que me esfuerzo, no encuentro explicación a que Mas se haya convertido en el adalid de la consulta soberanista en Cataluña, pero no haya creído necesario consultar a su pueblo, basado en las mismas razones, sobre la privatización de servicios públicos de salud, la depauperación creciente de los servicios públicos de educación, o que salgan de rositas muchos de sus amigos y correligionarios en asuntos tan turbios como el Palau o Banca Catalana. En este aspecto, Mas comparte con Rajoy y cía la misma cerrazón política de no consultar nada a nadie, ya que adivinan los posibles resultados de tales consultas.
En la historia de España de los últimos treinta y pico años solo ha habido un referéndum sobre la Constitución, otro más por donde se nos coló la OTAN (de entrada, sí…) y otro sobre Constitución europea. Una vez más, la Constitución española en su artículo 92.1 queda como mero papel mojado: “Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”.
El pueblo debería  ser consultado, por ejemplo, sobre si la Infanta Cristina de Borbón, Miguel Blesa y otros miles de casos más análogos deben tener un juicio justo e igualitario como el resto de la ciudadanía. Igualmente, sobre los dineros del pueblo desviados a los bancos, sobre los dineros destinados al Ejército y a la iglesia católica, sobre el Concordato de 1953 y los Acuerdos de 1979 entre el Estado Español y el Estado del Vaticano, sobre las amnistías fiscales y los miles de indultos administrados por el Gobierno de turno, sobre qué tipo de ley reguladora del aborto se desea, sobre la subida de la luz y otros productos imprescindibles en manos de unos pocos oligopolios, sobre la existencia de un goteo constante de altos cargos colocados en grandes empresas (puertas giratorias) tras el desempeño de sus cargos, sobre la reforma constitucional de aspectos decisivos para la vida de la ciudadanía (por ejemplo, la reforma del artículo 135 realizada con nocturnidad y alevosía en el año 2011 sobre el déficit y la “estabilidad presupuestaria”), sobre las quitas de deuda a algunos partidos políticos y algunos sindicatos por parte de entidades financieras (¿a cambio de qué?), sobre el reciente proyecto de ley del PP sobre protección de la seguridad ciudadana…
Y puestos ya a consultar, confieso mi terca curiosidad en conocer por qué desde el poder nadie mueve un dedo acerca de la regulación y el control impositivo de los flujos financieros, una política fiscal realmente progresiva, la regulación e incluso persecución fiscal y policial de paraísos fiscales, y, en fin, el enjuiciamiento y el encarcelamiento de  los chorizos en general

lunes, 27 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 173

Primer día de la cuarta semana del octavo mes en el portal de la Consejera aragonesa de Educación. 36 semanas. 180 días. 360 horas.
“Una pequeña esperanza” (He mikre elpida) es una canción griega dedicada a la esperanza (elpida, en griego). En el transcurso del Diario de hoy, se entenderá por qué está hoy aquí esta canción.

“¡Cuánto tiempo ya! ¡Casi nueve meses! ¿Sirve todo esto para algo?”, preguntan algunos. Y se desesperan porque están a la espera de ver ya los resultados. El perroflauta motorizado guarda dentro de sí la esperanza de que cada detalle contribuya a la defensa y la construcción de la escuela pública y laica. No se queda en la espera, sino en la esperanza. Le viene entonces a la cabeza que también a Pandora le quedó en su caja (o ánfora) la esperanza.

Cuenta el poeta Hesíodo que, cuando los dioses inmortales y los humanos mortales se separaron,  Prometeo inventó un engaño para que, al sacrificar animales a los dioses, los humanos se quedaran con la carne y los dioses con los huesos. Una cosa buena salió de allí: desde entonces los hombres quemaban en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen. El gran dios Zeus, irritado, negó el fuego a los humanos, pero Prometeo se rebeló y  les devolvió el fuego. Ni que decir tiene que Prometeo acabó bastante mal… Encadenado en el Cáucaso,  un águila se comía cada día el hígado de Prometeo, al que, inmortal, volvía a crecerle el hígado cada noche. Al cabo de mucho tiempo, Heracles, que pasaba por allí, liberó a Prometeo disparando una flecha al águila, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado
Epimeteo, hermano de Prometeo, no hace caso del consejo de Prometeo de no aceptar ningún regalo de los dioses, y acepta a una mujer, Pandora, modelada con arcilla por Hermes y a la que configura por orden de Zeus como un “bello mal”, un regalo que los varones se alegren al recibirlo, pero que les acarreará un sinnúmero de desgracias (versión griega del mito bíblico de Eva, que induce a Adán a comer de lo prohibido, a contravenir la voluntad de su dios).
Un día, Pandora abre un ánfora (la “caja de Pandora” es una versión posterior del siglo XV-XVI) que contiene todos los males y liberando todas las desventuras y desgracias. Sin embargo, el ánfora se cerró justo antes de que la esperanza saliese.
Otras versiones del mito cuentan que en realidad la jarra contenía bienes y no males. La apertura de la jarra ocasionó que los bienes volaran regresando a las mansiones de los dioses, sustrayéndose de la vida de los humanos, que en adelante solo viven afligidos por males. Lo único que pudieron conservar de aquellos bienes es la esperanza.
Me quedo con la esperanza, me aferro a la esperanza, mientras recorre mi mente como un rayo una de las obras más lúcidas y profundas del turolense Pedro Laín Entralgo: La espera y la esperanza. El ser humano pasa su vida a la espera de nuevos acontecimientos que mejoren su presente, tantas veces canijo e insatisfactorio. Su existencia puede desesperar con tantas esperas en vano. Sucumbimos, de no contar con esperanza, capaz de infundirnos energías y razones para vivir. Desconozco qué podemos esperar, pero tengo la plena seguridad de que no podemos perder la esperanza. Las esperas iluminan el momento, los momentos concretos, la esperanza ilumina la vida entera. Precisamos de esperanza en cada acto, en cada decisión, en cada espera. Necesitamos esperanza para vivir por y para que la vida no pierda jamás su latido, su impulso, su sentido. 

Hoy ha sido un día plácido. Marisol ha vuelto de viaje y ha estad al pie del cañón. Fernando, un antiguo alumno del perroflauta en el IES Grande Covián, ha estado un rato allí. Toda una alegría para el perroflauta motorizado volver a ver a Fernando.


La jornada ha acabado en compañía de mi amiga Inma. Toda una delicia. 
Carmen me envía desde París una versión clásica de “Canto a la Libertad” de Labordeta. Creo adivinar a Carmen en esa fagotista. ¡Gracias!


Hasta mañana

viernes, 24 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado 172


Acaba la tercera semana del octavo mes en el portal de la Consejera aragonesa de Educación. Treinta y cinco semanas. Esta, quizá, la más dura de todas. El cierzo ha dado tregua hasta mediada la mañana. Después, a pesar de haber arreciado, la temperatura ha hecho llevadera la jornada.

Me he quedado asombrado de la cantidad de personas que hoy se han acercado a saludar al perroflauta motorizado. Muchas. Conocidas y no conocidas. Incluso una abogada ha ofrecido su despacho en el caso de que alguna vez surgiera algún problema.

 

Hoy quiero empezar ofreciendo la interpretación de Itzhak Perlman de la Partita en D minor, n. 2, de J. S. Bach. Itzhak nació en 1945 en la Palestina bajo Mandato Británico. Es uno de los mejores y más famosos violinistas de la segunda mitad del siglo XX, y contrajo poliomielitis  a los cuatro años, debiendo desde entonces utilizar muletas y tocar el violín sentado. Ha ganado multitud de premios y de cargos de prestigio, pero ninguno de ellos es tan grande como haber llegado a ser él mismo, y haber conseguido brillantemente lo que se había propuesto.


Conectando con la admirable superación de Itzhak, hoy el perroflauta motorizado ha podido ver algo reconfortante en pleno centro de Zaragoza: están ultimando una rampa para sillas de ruedas en la fachada del Paraninfo, antigua facultad de Medicina y Ciencias, donde impartió clases el mismísimo Ramón y Cajal. Hasta ahora, si quería acceder a una exposición, conferencia (yo mismo mismo he impartido  o moderado varias en el Aula Magna) o al excelente restaurante allí existente tenía que ir por la parte trasera, sobre una rampa de madera bastante precaria, llamar a un timbre y esperar a que alguien de Conserjería pudiese abrir. 
Ahora el perroflauta motorizado accede por donde tod@s l@s demás. La normalidad se convierte en una fiesta.

La soledad del corredor de fondo…
Llevo siete años en silla de ruedas y desde el primer día la ciudad y el campo se dividieron en dos partes: accesible e inaccesible. Una multitud –la mayoría- de tiendas, cafeterías, restaurantes, casas de amig@s y edificios institucionales me están, de hecho, vedados. Como botones de muestra, no puedo acceder  a las sedes centrales de Correos, Telefónica, Delegación del Gobierno o a mi antiguo sindicato, así como a ninguna sala de cine (incluso en las que cuentan con ascensor, quedas abandonado a unos centímetros de la pantalla, sin posibilidad de subir las escalinatas para llegar a las butacas). El tema de los servicios en bares, restaurantes y comercios, por ejemplo, es para escribir un grueso volumen de anécdotas, pocas de ellas divertidas.
Por eso el perroflauta motorizado está hoy contento, pues un boquete más se ha abierto en el gris firmamento de la accesibilidad. La inmensa mayoría de la gente ayuda y se presta a echar una mano, si puede. Sin embargo, a las instituciones locales y gubernamentales les falta esa sensibilidad primaria en la mente y el corazón para no permitir barreras arquitectónicas en la ciudad. Poco a poco, se va consiguiendo dar pasos hacia adelante.
Para acabar, al igual que son anónimas y pasan desapercibidas las personas con dificultades de acceso por barreras arquitectónicas, el tema que Anonymous utiliza como música identitaria (A song of ice and fire).




Hasta el próximo día