lunes, 27 de enero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 173

Primer día de la cuarta semana del octavo mes en el portal de la Consejera aragonesa de Educación. 36 semanas. 180 días. 360 horas.
“Una pequeña esperanza” (He mikre elpida) es una canción griega dedicada a la esperanza (elpida, en griego). En el transcurso del Diario de hoy, se entenderá por qué está hoy aquí esta canción.

“¡Cuánto tiempo ya! ¡Casi nueve meses! ¿Sirve todo esto para algo?”, preguntan algunos. Y se desesperan porque están a la espera de ver ya los resultados. El perroflauta motorizado guarda dentro de sí la esperanza de que cada detalle contribuya a la defensa y la construcción de la escuela pública y laica. No se queda en la espera, sino en la esperanza. Le viene entonces a la cabeza que también a Pandora le quedó en su caja (o ánfora) la esperanza.

Cuenta el poeta Hesíodo que, cuando los dioses inmortales y los humanos mortales se separaron,  Prometeo inventó un engaño para que, al sacrificar animales a los dioses, los humanos se quedaran con la carne y los dioses con los huesos. Una cosa buena salió de allí: desde entonces los hombres quemaban en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen. El gran dios Zeus, irritado, negó el fuego a los humanos, pero Prometeo se rebeló y  les devolvió el fuego. Ni que decir tiene que Prometeo acabó bastante mal… Encadenado en el Cáucaso,  un águila se comía cada día el hígado de Prometeo, al que, inmortal, volvía a crecerle el hígado cada noche. Al cabo de mucho tiempo, Heracles, que pasaba por allí, liberó a Prometeo disparando una flecha al águila, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado
Epimeteo, hermano de Prometeo, no hace caso del consejo de Prometeo de no aceptar ningún regalo de los dioses, y acepta a una mujer, Pandora, modelada con arcilla por Hermes y a la que configura por orden de Zeus como un “bello mal”, un regalo que los varones se alegren al recibirlo, pero que les acarreará un sinnúmero de desgracias (versión griega del mito bíblico de Eva, que induce a Adán a comer de lo prohibido, a contravenir la voluntad de su dios).
Un día, Pandora abre un ánfora (la “caja de Pandora” es una versión posterior del siglo XV-XVI) que contiene todos los males y liberando todas las desventuras y desgracias. Sin embargo, el ánfora se cerró justo antes de que la esperanza saliese.
Otras versiones del mito cuentan que en realidad la jarra contenía bienes y no males. La apertura de la jarra ocasionó que los bienes volaran regresando a las mansiones de los dioses, sustrayéndose de la vida de los humanos, que en adelante solo viven afligidos por males. Lo único que pudieron conservar de aquellos bienes es la esperanza.
Me quedo con la esperanza, me aferro a la esperanza, mientras recorre mi mente como un rayo una de las obras más lúcidas y profundas del turolense Pedro Laín Entralgo: La espera y la esperanza. El ser humano pasa su vida a la espera de nuevos acontecimientos que mejoren su presente, tantas veces canijo e insatisfactorio. Su existencia puede desesperar con tantas esperas en vano. Sucumbimos, de no contar con esperanza, capaz de infundirnos energías y razones para vivir. Desconozco qué podemos esperar, pero tengo la plena seguridad de que no podemos perder la esperanza. Las esperas iluminan el momento, los momentos concretos, la esperanza ilumina la vida entera. Precisamos de esperanza en cada acto, en cada decisión, en cada espera. Necesitamos esperanza para vivir por y para que la vida no pierda jamás su latido, su impulso, su sentido. 

Hoy ha sido un día plácido. Marisol ha vuelto de viaje y ha estad al pie del cañón. Fernando, un antiguo alumno del perroflauta en el IES Grande Covián, ha estado un rato allí. Toda una alegría para el perroflauta motorizado volver a ver a Fernando.


La jornada ha acabado en compañía de mi amiga Inma. Toda una delicia. 
Carmen me envía desde París una versión clásica de “Canto a la Libertad” de Labordeta. Creo adivinar a Carmen en esa fagotista. ¡Gracias!


Hasta mañana

1 comentario:

  1. Me ha gustado muchísimo tu publicación de hoy.
    Gracias por tu paciencia, lucha, espera y esperanza.
    Eres un ejemplo maravilloso.
    Te envío mil besos con chocolate.
    Maite.

    ResponderEliminar

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.