domingo, 11 de abril de 2010

Verdad como puño (alzado y cerrado)

Hace tiempo tuve colgado un póster alemán que decía: "Ein kluges Wort und schon ist man kommunist" (Una palabra sensata, y ya es uno comunista", traducido literalmente).
ES LO MISMO

Ruido de togas

Artículo a publicar el próximo miércoles en El Periódico de Aragón

Hace unas semanas, Carlos Carnicero escribía en estas mismas páginas que así como el 23-F condujo a una revisión de las estructuras democráticas de las Fuerzas Armadas, de igual modo el caso Garzón puede suponer otro 23-F en las estructuras del poder judicial. De hecho, las instituciones judiciales y su funcionamiento han estado hasta el momento muy poco abiertas a cualquier revisión y renovación, permaneciendo inalterables a los cambios habidos en el país y sujetas a los vaivenes de los intereses políticos e ideológicos.

Corrían los años setenta, iniciaba el despegue la “transición democrática” y como música de fondo permanente estaba el “ruido de sables”. Un día de abril de 1977 (el “sábado santo rojo”) el Presidente Adolfo Suárez legalizó al Partido Comunista de España: fue un acto de coherencia democrática del Gobierno de entonces, pero todo el mundo miraba de reojo y con temor al ejército, pues sobre todo sus altos mandos dejaban bien de manifiesto su irritación y su rechazo a que los comunistas fuesen legales en “su” España, por la que creían haber librado una “guerra de liberación”.

Al año siguiente, se nos atragantó el desayuno con la Operación Galaxia y sus planes abiertos de golpe de Estado. Se hicieron tristemente famosos Tejero e Ynestrillas, pero el resultado final fue algo más que inquietante: salieron de rositas e incluso alguno acabó ascendido. Tejero perpetró en 1981 el histriónico acto del 23-F, que a lo largo de aquella misma noche dejó al descubierto el trasero de no pocos capitanes generales y mandos. Tras un juicio ante un tribunal militar, todo fue diluyéndose entre brumas jamás despejadas. Armada, Tejero, Milans del Bosch y unos cuantos más (trama militar y civil, los llamaban) padecieron el más dulce de los castigos en prisiones militares de cinco estrellas. Como botón de muestra, el hipergolpista Milans fue indultado y puesto en libertad apenas ocho después, y sus restos mortales fueron enterrados, cumpliendo sus deseos, en la cripta del Alcázar de Toledo, como héroe de la defensa del Alcázar ante las hordas rojas.

En resumidas cuentas, siempre quedó claro quiénes cortaban realmente el bacalao. Hoy no hay ya ruido de sables. Para ello se ha pagado el alto precio del tocomocho al que nos sometió Felipe González con su “De entrada, no” y su referéndum sobre la OTAN, pero el hecho es que poco a poco, muy poco a poco, el ruido de sables ha ido cediendo el paso a otras melodías nostálgicas, cada vez más tenues. Por ejemplo, el 6 de abril del año en curso ha sido finalmente retirada una estatua ecuestre de la sede de Capitanía General de Valencia, para ser trasladada a una base militar en Bétera. Al parecer, para ciertos sectores militares y civiles, treinta años después, siguen siendo sus símbolos, sus puntos de referencia.

Ahora no hay ruido de sables, sino de togas. El juez Baltasar Garzón Real decidió investigar la desaparición de las víctimas de la dictadura franquista (entre 100.000 y 200.000), buena parte de las mismas a manos de Falange Española. Sobre la misma base de crímenes contra la humanidad, consiguió el arresto del sangriento dictador chileno Augusto Pinochet, así como la condena a prisión del militar argentino Adolfo Scilingo, por encima de cualquier Ley de Punto Final o de Amnistía en esos países. Las normas internacionales de derechos humanos y la propia Convención Internacional de Naciones Unidas dicen que los crímenes relativos a la desaparición forzada de personas no prescriben, por mucho que se empeñen ahora en aducir la Ley de Amnistía de 1977 para llevar al banquillo al juez que osa investigar tales crímenes.

Es el mundo al revés de José Agustín Goytisolo, con su lobito bueno y su pirata honrado. Un juez puede ser juzgado en un país democrático por investigar crímenes de lesa humanidad perpetrados en ese país. Un juez del Tribunal Supremo (de los quince miembros de este tribunal, diez han llegado a sus cargos jurando fidelidad a Franco) decide proceder contra un juez de la Audiencia Nacional por prevaricación. Un juez puede ir al banquillo de los acusados, puede resultar suspendido en sus funciones como juez, por investigar los crímenes del franquismo a instancias de algunos familiares de las víctimas. Quienes han interpuesto la querella se frotan las manos: el sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Española de las JONS. De paso, quedaría eliminado el juez que ha instruido el caso Gürtel, una enorme red de corrupción, presuntamente vinculada a altos cargos del Partido Popular.

Entre tanta vergüenza propia y ajena, ante la estupefacción internacional, desde el desamparo en que quedan una vez más los familiares y allegados de las víctimas del franquismo, con el ruido de togas y el frufrú de tantos que atizan en el cogote en nombre de la ley y con cara de no haber roto nunca un plato, la ciudadanía se preocupa: si la judicatura colapsa, todo el país corre el riesgo de quedar hundido en el colapso

jueves, 8 de abril de 2010

Debate televisivo en TVA 2ª Parte

Debate televisivo en TVA 1ª Parte

El día 6 de abril se celebró en el programa Aragón a Debate de la Televisión Autonómica de Aragón un debate sobre

¿Qué peso tiene la religión en nuestra sociedad?, con los participantes:

Enrique Ester, sacerdote;

Daniel Pérez, periodista;

Antonio Aramayona, coordinador del Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL);

Félix Romeo, escritor,

José Luis Soro, vicesecretario general de Chunta Aragonesista;

María Victoria Broto, consejera de Educación y Cultura del Gobierno aragonés,

Modesto Lobón, concejal del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Si lo deseas puedes ver la primenra parte del debate


miércoles, 7 de abril de 2010

Preguntas sobre Irak y aledaños

¿Por qué ya apenas se habla, se escribe, se ve algo sobre Irak? Es como si no existiese o se hubiera convertido en otra Suiza, como si estuviese tan en el cajón del olvido como las vacas locas o el aceite de colza. Al parecer, una noticia debe tener unos rasgos característicos que Irak no posee: equis muertos en carretera un fin de semana en España o la persecución policial de un coche robado por un niño de doce años en Estados Unidos es noticia, pero centenares de muertos y heridos causados por una cadena de atentados contra hoteles de Bagdad un día cualquiera de un mes cualquiera parece carecer de importancia: ese tipo de muertos pertenece ya al mundo de la rutina y poco o nada contribuye al aumento del índice de audiencia.

Obama anunció no hace mucho tiempo la salida de la mayoría de las tropas norteamericanas para el 31 agosto del año en curso, permaneciendo unos 50.000 soldados hasta diciembre de 2011. Se irán de rositas, tras asolar un país y dejarlo sumido en el caos y la miseria, basándose en mentiras y argucias tramposas. Hasta ahora manda la “Fuerza multinacional”, de la que el 93% son soldados estadounidenses. Todos ellos están confinados en sus bases, sin otro ánimo que no sea sobrevivir hasta el día de su partida. Con este panorama, recordar los discursos de Aznar, Bush y Blair sobre establecimiento de la democracia, lucha contra el terrorismo, paz mundial o armas de destrucción masiva suena a puro cachondeo, mientras lo que está muy lejos de cualquier cachondeo son las 1.220.580 muertes violentas habidas en Irak hasta 2007. ¿Se preguntarán algo sobre esto los soldados acuartelados? ¿Y sus familias? ¿Y los votantes de quienes allí les enviaron y allí los mantienen? ¿Dónde quedan las responsabilidades del trío que perpetró la invasión de Irak? ¿Para qué sirve la ONU? ¿Para qué está realmente el Tribunal Internacional de La Haya?

Un personaje tan poco sospechoso de subversivo como Paul Wolfowitz, ex subsecretario norteamericano de Defensa, declaraba en 2003 que “la diferencia más importante entre Corea del Norte e Iraq es que, económicamente, en Iraq no teníamos alternativa. El país nada en un mar de petróleo”. La guerra de Irak fue una obscena agresión ilegal por la posesión y el control del petróleo iraquí, actualmente ya en manos de contratistas estadounidenses, en manos de un monopolio de explotación angloamericano, con un papel títere de la ONU y con la práctica exclusión de empresas de otros países. En otras palabras, se cumplió lo sabido y lo temido. ¿Tiene algún sentido aún, tal como dice el Preámbulo de la Carta de los Derechos Humanos de la ONU, que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”? ¿Dónde han ido a parar los derechos del pueblo kurdo (el 40% de las reservas de crudo en el actual Irak están en territorio kurdo)? El Gobierno títere iraquí ha firmado un convenio por el que las reservas de petróleo del país se dan a cambio de los costes por la reconstrucción del país. O sea, el tocomocho a escala internacional. ¿Acaso no es otra versión de explotación de un país a manos de las grandes potencias mundiales y las grandes empresas petrolíferas, tal como se hizo antes de la invasión de Irak con el programa “Petróleo por alimentos”, por el que durante trece años el pueblo iraquí estuvo sometido a un durísimo régimen de bloqueo económico internacional, que impedía vender o comprar en los mercados internacionales, que fue arruinando lentamente la economía iraquí, que condenó al hambre a centenares de miles de familias y niños iraquíes?

¿Alguien se acuerda de José Couso? ¿Alguien explica que tras la invasión de Irak el índice de malnutrición infantil en Irak se haya duplicado, que hospitales, carreteras, viviendas, aeropuertos y escuelas estén en una situación calamitosa, que se sucedan impune y cotidianamente los asesinatos y atentados entre la población civil? ¿Cómo puede pervivir un país con los altísimos niveles de corrupción a los que ha llegado? ¿Cómo puede subsistir una población que en un considerable porcentaje no tiene acceso al agua potable, sufre con frecuencia cortes de agua, carece de un suministro de energía eléctrica mínimamente aceptable? ¿Qué leerán los hijos de nuestros hijos en sus libros de historia sobre la invasión de Irak? ¿Dirán algo esos libros sobre nuestro silencio, sobre nuestra apatía?

En España pertenecemos a un sistema occidental que proporciona bienestar y seguridad a su ciudadanía a cambio de no dificultar sus engranajes ni cuestionar sus principios organizativos, así como sus normas, valores y dispositivos de control. Desde ese sistema, se nos pide consumir, mirar hacia donde nos indican, borrar de la memoria lo políticamente incorrecto y dormitar en el fondo de la caverna.

lunes, 5 de abril de 2010

"semana santa" en televisión.

De nuevo, intervengo en un programa de televisión exponiendo la visión laica de la sociedad y de la vida, defendiéndola también contra quienes no quieren escuchar ni entender nada que se salga de sus esquemas.
Programa: Sin ir más lejos
Cadena Autonómica de Aragón
Duración 34 minutos
3 primeros minutos quizá desechables
Minutos 4 a 17: Indultos de presos en "semana santa"
Minutos 17-34: "semana santa", ¿cuestión de fe o de folclore?
Todo ello, adobado con algún que otro tertuliano peculiar.
Una fidedigna fotografáia de lo que hay y de lo que no hay.

sábado, 3 de abril de 2010

Crónica de un viernes oscuro y siniestro 5


Frente a todo ello, MHUEL apenas pudo acercarse al lugar convenido para encontrarse y concentrarse, para mostrar su repulsa contra la presencia de sus representantes municipales en semejante espectáculo confesional. El próximo año lo organizaremos mejor. Solo más tarde, unos cuantos tuvimos la ocasión de mostrar en la Avenida César Augusto, casi llegando a Coso nuestras pancartas a Belloch, a sus concejales, a sus escoltas y a sus caballos. “Ayuntamiento laico”, “Zaragoza laica”, “Estado laico”.

Belloch miró solo de reojo. Le quedaban casi cinco kilómetros de procesión, de narcisismo, de inmersión confesional, por la ciudad.