martes, 21 de agosto de 2012

El ojo hispano del Cíclope

Artículo a publicar mañana en El Periódico de Aragón
Publicado en ATTAC Mallorca el 23 de agosto 
Publicado en ATTAC España el 24 de agosto

Tres muchachas del grupo punk ruso Pussy Riot han sido condenadas a dos años de prisión por "gamberrismo motivado por odio religioso", pues cantaron en la catedral una “oración punk”, suplicando a la “madre de Dios” que echara a Vladimir Putin, actual presidente de Rusia. Días antes se había levantado una campaña mundial a favor de la libertad de las tres mujeres, a la que se sumaron relevantes figuras del mundo musical, como Sting, Madonna, Björk o Paul McCartney.
Buena aparte de los medios de comunicación españoles no fueron a la zaga, calificando la condena de las Pussy Riot como “acto de intolerancia”, “atentado contra la libertad de expresión” o incluso signo de la “alianza entre las autoridades políticas y los sectores conservadores, condensados en la iglesia ortodoxa”. La prensa afín a la derechona hispana carga las tintas sobre todo en los “apoyos a las Pussy Riot en todo el mundo” y en que la canción iba en contra del presidente ruso (que goza en numerosos medios de comunicación españoles de tan escasas simpatías como los “populistas” Morales, Correa, Castro o Chávez, a diferencia, por ejemplo, del rey Fahd de Arabia, Hamid Karzai o Benjamín Netanyahu).
Alguien se preguntará qué dirían esos mismos medios de comunicación españoles si esas "acciones provocadoras y humillantes en un templo religioso, que afectaron a un amplio círculos de creyentes", como dice la sentencia rusa, hubieran ocurrido en España. Dicho de otro modo, cuál sería su reacción si un grupo de cantantes punk españolas irrumpieran en la madrileña catedral de la Almudena, cantando “madre de dios, echa a Rajoy”. En tal caso, sin ningún género de dudas, sus alaridos de indignación y su furor clamarían ante los tribunales celestiales y las esencias patrias, a la vez que pedirían las más duras penas contra tal “agresión a los sentimientos religiosos”, con lo que coincidirían de pleno con el fallo contra las Pussy Riot, y clamarían que esas chicas incurren en "clara falta de respeto hacia los visitantes y a los sacerdotes del templo, humillando y defendiendo profundamente los sentimientos y los referentes religiosos de los creyentes".
Algún medio resalta incluso que, siendo Rusia un “Estado laico”, con la sentencia condenatoria de las Pussy Riot se pone en evidencia la connivencia entre los poderes políticos, los sectores conservadores y la iglesia ortodoxa. Esos mismos medios (y sus primos hermanos) jamás mencionan el Concordato de 1953 y los Acuerdos entre el Vaticano y el Estado español, o los cerca de 11.000 millones de euros que anualmente recibe la iglesia católica con cargo a los PGE. Como declaró una de las chicas condenadas, si hubiesen cantado “madre de Dios, protege a Putin” en vez de pedir que lo echara, ni siquiera habrían sido enjuiciadas. De hecho, a Rouco Varela y a toda la CEE les parece de perlas, por ejemplo, que el Jefe del Estado o del Gobierno de España lean en Santiago de Compostela ante la estatua de un supuesto apóstol de Jesús de Nazaret unas rogativas y súplicas que mueve a la hilaridad o a la indignación.
En España no existe delito de blasfemia, pero el artículo 525 del Código Penal contempla el delito de escarnio y una pena de ocho a doce meses a “quienes, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”. Es decir, en España la blasfemia no es delito, como tampoco la leche es leche, sino solo blanca y en botella.
Basta recordar el caso de Javier Krahe, que, junto a la productora de Canal Plus, fue llevado al Juzgado de lo Penal por el Centro Jurídico Tomás Moro, de corte ultracatólico (en el titulo de su web se lee: “cristianizando el derecho, cristianizando la sociedad”), por un vídeo casero de menos de un minuto realizado treinta y tantos años antes y donde se cocina en clave de humor un crucifijo. ¿Cuál sería su ultrarreacción en el caso de que unas muchachas cantaran y bailaran, pongamos por caso, al son de La Internacional en la catedral de su ciudad?
En noviembre de 2010 la Asociación Estatal de Abogados Cristianos presentó también una querella contra el actor Leo Bassi, así como contra el Ateneo Republicano y el rector de la Universidad de Valladolid, coorganizadores del acto celebrado en el Paraninfo de dicha universidad, al considerarlo autor de una ofensa pública hacia la religión católica, con incitaciones al odio y violencia por razones confesionales.
Como dice Cioran, “el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado: así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas”. Y añade en otra parte: “si Dios fuera Cíclope, España le serviría de ojo”.


1 comentario:

  1. Te escribo para felicitarte por tu blog para pedirte autorización para usar la imagen de tu cíclope que me parece fantástica. Inclusive quisiera saber si acaso pudieras pasarme datos de quien sea su autor. Desde ya muchas gracias.
    Julián Rodríguez

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