Hace unas semanas apareció en el diario El País una viñeta de Bernardo Erlich, en la que un hombre que camina por la calle con aire desenfadado, sus manos en los bolsillos, porta una camiseta que lleva dibujado un gran SÍ. A pocos metros, sentados y apoyados en una tapia, dos hombres le miran. Uno de ellos le comenta al otro: “Le odio. Aún no sé por qué. Pero le odio”.
Posiblemente, lo que más les llamaba la atención de aquel hombre, lo que constituía para ellos una rareza inquietante, es que estaba apostando por algo en positivo, que mostraba un sí sin conjunciones adversativas, pues es ley bastante común aglutinar conductas, posturas, e idearios en torno a un NO, u obrar básicamente por miedo al castigo o a la multa, en lugar de por motivos netamente positivos. De hecho, constatando lo que generalmente ocurre en algunas casas, tertulias, calles o reuniones sociales, parece que la inclinación más pronta y natural es oponerse, cuando lo verdaderamente valioso es que ese mundo de noes se torne finalmente un mundo conjugado en constructivo...........................................................
Principio del artículo que mañana aparecerá en El Periódico de Aragón, y que podeis leer íntegramente en mi web/Artículos/Últimos artículos.
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