sábado, 12 de abril de 2008

A propósito del Tíbet


Cada día aparecen, a pesar de la censura china, imágenes de las protestas y la represión china en Tíbet, pero jamás vemos a mujeres o a hombres que no vistan de monjes. Desde el siglo VII, Tíbet ha sido posesión de unas cuantas familias nobles, numerosos monasterios budistas y algunos pequeños terratenientes. La mitad de la población, las mujeres, nunca ha existido, pues ha estado dedicada solo a parir monjes y braceros. De los 1,2 millones de habitantes, 700.000 eran simples siervos. Básicamente, la estructura social y económica ha permanecido igual, con la ayuda de la asunción del Karma y de la esperanza del Nirvana final por parte de una población imbuida de los principios budistas hasta los tuétanos. En un régimen teocrático y clasista como el tibetano, los derechos civiles y humanos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas nunca han existido para gran parte del pueblo tibetano. Sin embargo, nunca jamás nadie había movido hasta hoy una ceja en favor de la libertad y los derechos humanos en Tíbet. Con los chinos los derechos humanos están siendo atacados. Sin los chinos, solo bajo el régimen del Dalai Lama, buena parte de esos derechos brillarían por su ausencia, pero quizá al resto del mundo no le importaría, y algunos famosos del cine, confesos budistas, seguirían irradiando su simpatía por el mundo publicitando a Tíbet.

1 comentario:

  1. Saludos

    Creo que compartimos al 100% la opinión sobre el Tíbet. Hace poco escribí una entrada en mi blog exponiendo lo mismo que tú: que estamos a favor de la independencia total y real del Tíbet, poro sólo bajo un gobierno democrático, nada de basuras teocráticas encabezadas por un Lama descendiente de esclavistas.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.