sábado, 11 de mayo de 2013

Son 1.500 en huelga. Pero también somos muchos más





He pasado por muchos hospitales, muchos quirófanos, muchas UVI, muchas camas. Me han tratado, operado y cuidado muchas personas del servicio sanitario. Y cada día de esos días, y a veces varias veces de cada día de esos días, siempre había unas personas que simplemente se daban por supuesto: el personal de limpieza del hospital y de sus distintos recintos. Les dábamos por supuesto, pero ellas y ellos estaban ahí, siempre, velando por la asepsia hospitalaria, por nuestra salud y nuestra seguridad. A veces me contaban un poco por encima su vida, otras veces preguntaban qué me pasaba e intentaban animarme. A menudo les damos por supuesto, pero hoy están en un lugar principal de mi mente y mi corazón.
Hay 1.500 trabajadores y trabajadoras encargados de la limpieza de los centros públicos de Sanidad en Aragón que están en huelga. Hasta ahora su convenio colectivo los equiparaba en salario y jornada laboral a los trabajadores de la categoría E del SALUD, si bien ni siquiera cuentan con algunas ventajas (permisos, etc.) correspondientes a esa categoría. Pero el 7 de julio expira su convenio y si no llegan a un acuerdo con la patronal caerán al pozo del estatuto de los trabajadores, regido por la Ley de la Reforma Laboral del PP, con la consiguiente merma de plantillas y de derechos conseguidos a base de lucha y sacrificio. Me niego con rabia e indignación a que una sola de esas personas pierda su puesto de trabajo o uno solo de sus derechos. Son mis compañeros. Son mis camaradas. Son mis hermanos.
El Servicio Aragonés de Salud (SALUD) no tiene interés alguno en mantener un vínculo directo laboral con los trabajadores y trabajadoras de la limpieza de sus centros públicos de salud. Al contrario, es el propio SALUD el que parece empujar a las empresas subcontratadas a reventar el convenio y dejar a su personal de limpieza a merced de la Ley de Reforma Laboral. Por su parte, en el río revuelto e inconsistente de la nula convicción hacia lo público por parte de los organismos gubernamentales, las empresas de limpieza concursan con presupuestos entre temerarios e irrisorios a fin de hacerse con la concesión. La Administración autonómica sanitaria, ahora en manos del PP-PAR, mira hacia otro lado y se lava irresponsablemente las manos, aun a sabiendas de que las empresas no pueden hacerse cargo de todos los servicios con tan exiguos presupuestos. Y el resultado está cantado: para sacar un generoso margen de beneficio, esas empresas sistemáticamente incumplen el convenio y escatiman en personal y materiales.
Ciertamente, entre las cláusulas del contrato entre empresa y Administración, hay una cláusula (rescisión de contrato) que especifica que el SALUD se reserva el derecho de suspender la concesión a la empresa que incumpla el convenio. De hecho, los sindicatos han denunciado más de una vez ante los responsables del SALUD los reiterados incumplimientos y las mermas de personal (y por tanto de calidad del servicio) que se están dando por parte de las empresas. Sin embargo, hasta ahora su respuesta ha sido y sigue siendo que el personal de limpieza del SALUD no es su problema porque pertenece a la empresa privada. Omiten hipócritamente que ese personal de limpieza de los centros públicos del SALUD es pagado con dinero público, desentendiéndose de paso de sus obligaciones, entre ellas velar por la buena gestión de un servicio sanitario que afecta directamente a la salud del pueblo aragonés.
Hay además contradicciones flagrantes y preguntas punzantes que el SALUD omite irresponsablemente. Si al beneficio empresarial se añade el 21% de IVA, el servicio de limpieza de los centros públicos sanitarios le sale mucho más caro al SALUD que si lo gestionase directamente. En otras palabras, el SALUD podría reducir costes eliminando las empresas y gestionando directamente el servicio. A este ahorro (en estos tiempos en que tanto parece preocupar a los gobernantes el “ahorro”, aunque solo en el ámbito de lo público)  se podría añadir el de centralizar y comprar racional y masivamente los materiales de limpieza desde el propio SALUD, sin dar lugar a trapicheos mil en la compraventa de dicho material. Sin embargo, el SALUD prefiere, de hecho, optar por cargarse el convenio, y de paso dejar el sueldo del personal de limpieza de sus centros de salud a la mitad y reducir personal, en lugar de pensar en el interés general y en la salud de la ciudadanía aragonesa.
El trabajo del personal de limpieza de nuestros centros de salud es imprescindible para la asepsia hospitalaria y la seguridad de los pacientes. Ese personal que damos por supuesto lucha estos días por una vida digna y un trabajo digno. Se ha puesto en huelga indefinida, avalada por los cinco sindicatos del sector (CCOO, CSIF, OSTA, UGT y CGT) y refrendada asambleariamente en todo Aragón.
Son 1500 trabajadoras y trabajadores de Aragón que han tomado libre y responsablemente la decisión de defender a ultranza su convenio a pesar de las presiones y amenazas que ya sufren algunos de ellos en sus respectivos centros. Conozco a algunos de ellos, particularmente a Ana Cuevas, mujer excelente y trabajadora infatigable por una sociedad libre y justa. Por eso tengo la certeza de que no van a reblar.
Son 1.500, pero son también muchos más, que apoyamos su lucha y queremos estar con ellas y ellos incondicionalmente y hasta que se haga justicia.


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