domingo, 26 de octubre de 2008

EL DELITO DE SER COMUNISTA

Próximo artículo a publicar el miércoles, día 29, en El Periódico de Aragón

Hace ya muchos años, en un póster alemán se leía (la traducción es algo libre): “Una palabra sensata, y ya es uno comunista”. Y es que en aquellos tiempos, la derechona y los biempensantes en bloque atribuían el epíteto “comunista” para cuanto y cuantos socavaban o ponían en peligro de socavar, según ellos, las santas tradiciones. Recientemente ha ocurrido lo mismo en la ciudad siciliana de Catania, si bien en este caso con contundentes daños y perjuicios a menores de edad.

En efecto, a finales del mes de agosto de 2008, un tribunal de Catania retiró la custodia de un chico de 16 años a su madre para entregársela al padre, con el que ese muchacho no quiere vivir. La noticia pertenecería simplemente a las crónicas de sociedad si no fuera porque el motivo de tal resolución judicial es la pertenencia del muchacho al Partido Refundación Comunista italiano (PRC), un partido que, aunque legal, aunque integró la coalición de apoyo al Gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi, y aunque cuenta con diputados en el Parlamento Europeo, al parecer pone en trance de disolución moral a la juventud italiana por ser comunista.

Todo comenzó cuando su padre descubrió un día el carnet de la rama juvenil del PRC y una bandera con la imagen de Ernesto Che Guevara. Sumamente preocupado ante semejantes horrores, llevó las pruebas del delito a los servicios sociales de Catania, como argumento irrefutable de que la influencia materna estaba llevando al hijo a las puertas del infierno y de la condenación, pues está convencido de que los comunistas son todos “unos drogados peligrosos”. Según los propios estatutos del PRC, sus objetivos fundamentales son “la libertad de los pueblos, la justicia social, la paz y la solidaridad internacional, la conservación del medio ambiente y la lucha contra el antisemitismo y cualquier forma de racismo y de discriminación”. O sea, nada de quemar iglesias o de robar bancos. No obstante, la cosa sube de tono cuando el PRC propone los execrables objetivos de “la superación del capitalismo como condición para construir una sociedad democrática y socialista de mujeres y hombres libres e iguales”, lo que supone también “la liberación de la mujer a través de su emancipación política, personal y sexual”. Es decir, unos peligrosos comunistas esos del PRC.

Total, que los servicios sociales de Catania acuden en auxilio del alarmado padre para que pudiese obtener la custodia del hijo descarriado, aduciendo, entre otras cosas, que ese carnet prueba la “pertenencia a un grupo extremista", pues los comunistas "son extremistas” y la única explicación razonable de que un menor pertenezca a un grupo comunista es que se han “usado artimañas para convencerle a él y a otros jóvenes de que se inscriban y sean activistas".

El juez dicta sentencia a favor del padre y en contra de la voluntad del hijo, aunque aclara que no ha tenido en cuenta en su dictamen cuestiones políticas, sino solo las graves carencias de la madre y la vida irregular del hijo, pues, basándose en los informes de la asistencia social, éste frecuentaba lugares donde es común “el uso de sustancias alcohólicas y psicotrópicas" o, lo que es lo mismo, se juntaba con comunistas. Fue inútil que el muchacho se sometiese voluntariamente a una prueba de drogadicción, con resultado negativo. Obviamente, el delito principal es su pertenencia a un partido comunista.

Me viene a la mente el conocido poema de Martin Niemüller, equivocadamente atribuido a Brecht, “primero cogieron a los comunistas y yo no dije nada porque no era comunista. Luego se llevaron a los judíos (y a los rumanos, los gitanos, los magrebíes, los subsaharianos), y no dije nada…”. En realidad, la anécdota bufa de ese chico de Catania es también síntoma de unos aires y unos vientos que van dejando un tufo inequívocamente fascista y/o fachoide, con la activa complacencia de Berlusconi y todos los berlusconis que cada vez más pululan por Europa y por el mundo.

Berlusconi ha mostrado su habilidad (¡menudo eufemismo!) esquivando leyes que le hubiesen llevado ante los tribunales como un delincuente, asegurándose la inmunidad y la suspensión de todos los juicios pendientes. Berlusconi, al ser un ferviente anticomunista, tranquiliza los ánimos de sus amigos y aliados. Por otro lado, se escora claramente hacia Gianfranco Fini, líder de la ultraconservadora Alianza Nacional, por quien ha vuelto al poder, junto con la incuestionable contribución de la Liga Norte de Umberto Bossi, que no tiene ningún reparo en propalar sus continuos mensajes xenófbos y racistas.

En los últimos tiempos parece que ser comunista no sólo está ya pasado de moda y pertenece a cuatro nostálgicos sin futuro, sino que conlleva la pérdida de la custodia de los hijos.

“…Y cuando finalmente vinieron por mí, no quedaba nadie para protestar”.

4 comentarios:

  1. Qué se puede esperar de la "justicia" de un país donde absuelven a los agresores sexuales si la agredida viste con minifalda, o donde, por orden directa del jefe de estado, se expulsa a los gitanos rumanos como si fueran animales... El rumbo que está tomando Italia me asusta, aunque lo que realmente me da miedo es que el individuo que está en el poder lo hace con el masivo apoyo de los italianos.

    Una vez más, un artículo excelente.

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  2. Hola, Geminis. Y gracias por la lectura y la evaluación del artículo. Italia ha sido durante mucho tiempo un referente, pero ahora encabeza el deslizamiento hacia un pasado del que no se sentía muy orgullosa. ¿Cuándo nos decidoremos a tomarnos en serio una propùesta de utopías realistas y de reaalismos utópicos? ¿O no es eso realmente la izquierda?

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  3. Claro que sí! No podemos aceptar que los planteamientos utópicos se menosprecien sistemáticaemnte, como algo propio de mentes ignorantes o infantiles, mientras que la vorágine del golpe de talonario y mano dura, es aplaudida con fervor.

    La izquierda debe ser utópica y respetada como tal, como vía para lograr vivir digna y equitativamente todos los seres humanos.

    Por cierto, Antonio. Habrás visto que en la versión electrónica del diario que publica tu artículo, ha habido un serio recorte; no sé si es habitual, pero el texto pierde gran parte de su sentido en este caso.

    Abrazo y buena tarde, amigo.

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  4. Una vez más coincidimos, Elvira. Sin proponer unos objetivos utópicos (en el pleno yb originario sentido del término) la izquierda languidece y el mundo está a merced de los señores del dinero y de las armas.
    Salud y un beso

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