martes, 28 de febrero de 2012

Belloch, su crucifijo y el eterno retorno de lo mismo


Publicado en Izquierda Digital


Al parecer, existe el eterno retorno de lo mismo. Nos persigue y acosa, por mucho que nos hayamos comprado un matamoscas para espantarlo. Vuelve y vuelve, con su paso cansino y sus zapatos de plomo, disfrazado de cualquier cosa, casi siempre predecible, tediosa, cansada de sí misma.
Ayer el terno retorno de lo mismo me dio un capón en el cogote. Venía disfrazado del sempiterno alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que había traído toda la fanfarria municipal para proclamar pública y solemnemente que su animo seguía firme e incólume frente a los embates del impío y nunca jamás iba a retirar del salón municipal de Plenos el crucifijo, su crucifijo, un crucifijo artístico y cargado de sagradas tradiciones que custodia habitualmente en su despacho.
El eterno retorno habíase transmutado días antes en moción municipal dirigida a la retirada del antedicho crucifijo. Esta vez promovía la moción el grupo municipal de Chunta Aragonesista, que insiste públicamente una vez más en que en el salón de Plenos zaragozano no debe haber símbolos religiosos, pues estamos en un Estado aconfesional (ay, esa constante diferencia entre la música y la letra del artículo 16.3 de nuestra Constitución…).
Belloch ya ha anunciado que votará en contra de esa moción, lo cual corrobora la concienzuda labor del eterno retorno de lo mismo. Es decir, el Alcalde socialista de Zaragoza nada nuevo anuncia y algunos socialistas (por ejemplo, Largo Caballero, Prieto o Iglesias) se preguntan desde sus tumbas de dónde ha podido salir semejante sujeto para ir a incrustarse en el Partido Socialista Obrero Español, mientras que otros socialistas (pongamos por caso, el 99% de los presuntos socialistas actuales) miran hacia otra parte, mascullan entre sí y en corrillos maldiciones, pero después -públicamente- no dicen ni mu.
Claro, a los munícipes zaragozanos del PSOE también se les ha vuelto a aparecer el eterno retorno de lo mismo: no hace mucho tiempo tuvieron que votar a favor o en contra de esa misma retirada de ese mismo crucifijo de ese mismo salón de Plenos, o de otorgar una calle a José María Escrivá, paradigma de la democracia y la libertad. Ni un solo concejal socialista osó desviarse de las pías inclinaciones de su caudillo Belloch. ¿Qué harán ahora respecto de esta nueva-rediviva moción? Se admiten apuestas.
Por su parte, en las filas del PP se acude al topicazo y algunos de sus miembros preguntan si los de CHA no tienen otra cosa mejor y más importante que hacer que preocuparse de un crucifijo. A los munícipes del PP les traiciona su subconsciente y creen que la aconfesionalidad del Estado es un asunto baladí, con sus excelsas excepciones, claro está: por ejemplo, las visitas de Ratzinger a costa del dinero de  todos los españoles, los 10.000 millones de euros anuales que recibe la iglesia católica o la declaración de las corridas de toros como BIC (bien de Interés Cultural). El eterno retorno de lo mismo no se molesta en aparecérsele al PP porque este es su reencarnación más fiel en todo el territorio hispanovisigótico.
Fuentes dignas de todo crédito y cercanas a las altas esferas de IU-Aragón dejan deslizar, a su vez, que IU-Aragón se plantea presentar otra moción para reformar el Reglamento de Protocolo a fin de que el Ayuntamiento zaragozano y sus miembros no asistan en calidad de sus cargos a actos, fiestas, celebraciones y procesiones de corte confesional. O sea, que, repasando el historial de mociones municipales de los últimos años, a IU-Aragón también se le ha aparecido el eterno retorno de lo mismo.
Es magnífico que CHA e IU hayan estado al pie del cañón a la hora de revindicar programáticamente la aconfesionalidad de las instituciones del Estado, incluido el Ayuntamiento de Zaragoza. De bien nacido es ser agradecido, y no está de más reconocer la cercanía de ambas formaciones a la eliminación de esa obsolescencia histórica como es la multisecular confesionalidad del Estado.
No obstante, algunos ciudadanos pueden preguntarse cómo IU y CHA lograron conciliar, de hecho, sus convicciones aconfesionales con el hecho de que hace unos meses tomaran posesión de sus cargos pública e institucionalmente en una sala y una mesa donde había una Biblia y un crucifijo y no exigieran la retirada de esos símbolos confesionales o la celebración de un acto paralelo de toma de posesión de cargos sin la presencia de símbolos religiosos, tal como habían firmado y se habían comprometido unos meses antes.
En resumidas cuentas, esos ciudadanos pueden preguntarse si CHA e IU presentan mociones que amparan su postura oficial, pero no dan una vuelta de tuerca institucional para que toda la ciudadanía vea y compruebe que las mociones van acompañadas por los hechos. Por lo mismo, IU y CHA saben que hay asociaciones que salen a la calle a denunciar la presencia del alcalde y los concejales, en calidad de sus cargos, en misas, celebraciones y procesiones católicas. Quizá el eterno retorno de lo mismo les debería susurrar al oído que difícilmente se queda justificado por no asistir (el artículo 13.1 del Reglamento de Protocolo Municipal declara obligatoria la asistencia), y que  su verdadero lugar quizá estaría mostrando también pancartas a su Alcalde y a sus colegas municipales.

martes, 21 de febrero de 2012

César Cesar Vallejo Himno a los voluntarios de la republica poemas

Cualquier mujer amante de la libertad puede hacer suyas estas palabras

¡NO PASARÁN!, versión cuerpo de ingenieros republicanos

¡NO PASARÁN! por J.M. Serrat

Des-concierto en la escuela


 Artículo a publicar mañana en El Periódico de Aragón


 Cuando la Consejera de Educación, Dolores Serrat, y la Presidenta del Gobierno aragonés, Luisa Fernanda Rudi, presentaron la semana pasada un Informe sobre la situación de la educación en Aragón con un profuso paquete de medidas y propuestas, hablaron de árboles, pero no del bosque. Un cargo público yerra su punto de mira si pierde la perspectiva de conjunto de toda la comunidad, sin privilegiar a un sector en detrimento del conjunto.
Dice la Consejera que la escuela privada concertada está “infradotada” (¿en comparación con la pública?). En el fondo, parece no solo carecer de información sobre lo que realmente hay actualmente en la educación aragonesa en su conjunto, sino también desconocer que lo fundamental para un responsable del interés general es el por qué y el para qué de sus decisiones. Seguramente movida (concedamos el beneficio de la duda) por esa etérea virtud moral denominada “buena voluntad”, parece prescindir del alcance global de sus responsabilidades educativas.
No hace muchos años, la situación de la educación era bastante penosa. Ya en democracia, existía una multisecular red de colegios privados donde se formaba una minoría, y el resto de los niños y los jóvenes quedaba a merced de unas escuelas públicas escasas e infradotadas. El 10% de los niños de 6 a 11 años no estaba aún escolarizado y solo un 65% de los que tenían de 12 a 14 años iba a la escuela, estando destinado a zambullirse a renglón seguido en un mundo laboral muy poco especializado. Dos tercios de los muchachos de entre 15 y 16 años no seguían estudios secundarios postobligatorios, e incluso la cuarta parte de la población mayor de 16 años era analfabeta funcional o carecía simplemente de estudios. Entretanto, mientras la enseñanza privada llevaba a cabo holgadamente sus objetivos, enseñando a los suyos y cerca de donde vivían los suyos, la enseñanza pública seguía sumida en la precariedad de medios y a cargo de unos pocos maestros convertidos en paradigma de quienes pasan estrecheces (“tiene más hambre que un maestro de escuela”…). Para colmo, en Aragón la situación era aún más grave por su estructura social, geográfica y poblacional.
Pues bien, al Partido Popular todo esto parece sonarle a música celestial, pues se debe a quienes ideológicamente sustentan sus votos. Así como en la reciente Reforma Laboral han quedado plasmados fielmente los intereses del empresariado, en las Propuestas supuestamente educativas de la Consejería aragonesa se atiende las demandas de la enseñanza privada, cada vez más concertada. Tras los tan denostados Pactos de la Moncloa, la enseñanza pública se vio fuertemente impulsada: se crearon numerosos Institutos de bachillerato y Formación Profesional, así como Escuelas de Primaria y Secundaria, y aumentó de forma importante el numero de profesores, de tal forma que en solo dos décadas la enseñanza pública había mejorado sustancialmente su situación pasada de inferioridad respecto de la privada. Finalmente, la escuela pública estaba en condiciones de educar dignamente y con calidad a su alumnado, como mínimo hasta los 16 años de edad.
No obstante, quedaban y siguen quedando muchas cosas por hacer. No se trata de borrar del mapa a nadie, incluida la red privada de enseñanza, pero sí de dotar a la escuela pública de cuantos medios, personal y servicios son necesarios para que pueda llevar a cabo real y dignamente sus fines educativos en todos y cada uno de los barrios, pueblos y comarcas de Aragón. Cualquier concierto con la privada debe tener en consideración que previamente ha de quedar garantizada suficientemente una educación pública, laica, integradora, universal y de calidad. Que la Consejera Serrat afirme a estas alturas que la escuela privada concertada está “infradotada” es un monumento al disparate interesado, al servicio de los intereses particulares de la enseñanza privada.
Más allá de la hojarasca retórica de las 25 Medidas propuestas por la Consejera y su Ley de Autoridad del Profesorado, el Partido Popular prefiere que los libros de texto sean propiedad del alumno, en lugar de recibidos gratuitamente de curso en curso, así como la desaparición del Programa Escuela 2.0, el concierto en etapas no obligatorias o la supresión de CPRs. Se sigue hablando de fracaso escolar, sin entrar a analizar (ni saben ni quieren) qué hacer y no hacer, qué impartir y dejar de impartir con ese 26% de repetidores y con ese número abrumador de alumnos que se aburren como una ostra de lunes a viernes, cinco horas diarias.
La escuela pública está en peligro al estar en manos de quienes se desentienden, de hecho, de las metas y los valores comunes y generales, compartidos por toda la ciudadanía. Todos y cada uno de los agentes sociales pertenecientes a la comunidad educativa (¡despertad, sindicatos!) deben trabajar más que nunca por que la escuela pública no acabe regresando a los estados de desatención y penuria pasados.


Franquismo desmoriado y Memoria incólume


miércoles, 15 de febrero de 2012

Imágenes elocuentes



¿Reforma laboral, creación de empleo?

Publicado hoy en El Periódico de Aragón



La semana pasada, el primer ministro italiano, Mario Monti, declaró que  "los jóvenes se tienen que acostumbrar a la idea de no tener un puesto de trabajo fijo para toda la vida", pues, según él, es algo “monótono”. Cual lluvia sobre mojado, la ministra italiana de Interior, Anna María Cancellieri, ponía la guinda en el pastel, diciendo que los italianos están "aferrados a un empleo fijo en la misma ciudad y cerca de mamá y papá". Probablemente, Monti y Cancellieri están muy contentos con la “monotonía” de tener ininterrumpidamente suculentos y relevantes puestos de trabajo, pero  pretenden desconocer que no hay banco que conceda un crédito si no se le garantiza una permanente seguridad en sus fuentes de ingreso, y que es imposible planificar a medio plazo la vida personal, familiar y social sin esa “monotonía” laboral, tan denostada por Monti y Cancellieri.
En ese mismo espíritu, el pasado viernes el Gobierno español aprobó por decreto-ley la “Reforma Laboral”, exigida insistentemente por Bruselas, el FMI, el Banco Mundial y todas las grandes empresas y entidades financieras que encarnan la ideología neoliberal. Rajoy prometió antaño que la “reforma” iba a solucionar el problema del paro y crear una catarata de puestos de trabajo. Sin embargo, tras leer el texto de la “reforma laboral” queda meridianamente claro solo que el despido va a ser más barato y sencillo, y que han sido recogidas ampliamente todas y cada una de las demandas del empresariado.
De hecho, en la “reforma” todo queda en manos del empresario: despida y contrate usted a discreción, que nosotros, los gobernantes le facilitamos la tarea. Sin embargo, un empresario, lejos de ser una ONG, solo contratará si y solo si conviene a los intereses de su empresa y si con ello va a obtener mayores beneficios; un empresario tendrá el mínimo número de trabajadores en su empresa, con tal de que quede garantizado su funcionamiento según sus intereses; un empresario despedirá a cuantos trabajadores sea necesario si con esos despidos se eliminan posibles pérdidas y se aseguran los beneficios.
Ante este panorama, el Gobierno, por mediación de su ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez,  se lo ha puesto al empresariado como a Felipe II: decreta una rebaja generalizada del coste del despido, se flexibilizan las causas para que el empresario pueda acogerse a la vía del despido procedente (reducido a veinte días por año trabajado), se puede despedir por causa justificada cuando se aduzca "pérdidas actuales o previstas" o una "disminución de ventas durante tres trimestres consecutivos", etc. ¿Y qué hay de la creación de empleo?
Para emprender, un empresario necesita dinero y créditos razonables por parte de las entidades financieras. Estas han recibido del dinero público cerca de 200.000 millones de euros, que no han destinado a la economía real y de producción, sino a tapar agujeros, maquillar basura y especular. Y sin dinero no hay inversión ni empleo ni nada de nada, salvo la realidad del trabajador cada vez más esquilmado y la del parado cada vez con menos salidas.
 Respecto del paro juvenil (con una tasa de desempleo del 48%), el Gobierno prevé un contrato que incluye una rebaja de los costes laborales de 3.000 euros para las empresas de menos de 50 trabajadores al contratar al primer trabajador de menos de 30 años, que podrá seguir cobrando el 25% del paro, mientras que el empresario no pagará el 50% de la prestación. C’est tout. ¿Algo más sobre creación de empleo?
El Gobierno establece una ayuda de 4.000 euros para quienes contraten  a parados de larga duración, las agencias de trabajo temporal pueden funcionar como agencias de colocación y los contratos indefinidos quedarán sustituidos cada vez más por trabajos temporales. Tiene razón la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando afirma que esta reforma “marcará un antes y un después del mercado laboral”: supone una palmaria regresión a épocas pasadas, consideradas harto superadas.
Paralelamente, el Gobierno, en su presunto plan de crear empleo, no habla de combatir la economía sumergida, el fraude fiscal, las operaciones en paraísos fiscales del 86% de las empresas del Ibex 35, o de instaurar la regulación de las transacciones financieras, una mayor carga impositiva para los que más tienen o una redistribución más equitativa de la riqueza y la renta existentes en nuestro país. Este es la verdadera vía para crear empleo, pero el Gobierno ni la roza.
Estamos siendo víctimas de un golpe de Estado global por parte de los poderes económicos y financieros que, invocando la ideología neoliberal, se proponen que la mayor parte de la población mundial esté compuesta por una mano de obra barata, con recursos cada vez más limitados y precarios, y totalmente dependiente de los intereses y dictados del poder económico y los medios de comunicación (cada vez en mayor medida, medios de propaganda). La “reforma laboral” decretada por el Gobierno español es una contribución más a este proceso.



martes, 14 de febrero de 2012

Advertencia y aclaracion

Últimamente, estoy recibiendo algunos comentarios a entradas de este blog muy, muy cercanas a la derecha ultraconservadora. En un caso, el comentario era de sesgo netamente nazi y antijudío. En otro, de la propaganda falangistoide y ultra española.
No viene en estos casos apelas a la libertad de expresión, pues hay ideas y actitudes radicalmente opuestas a la libertad, las libertades y losderechos humanos.
En este blog se publican comentarios no coincidentes con lo que pienso, pero jamás contra los derechos civies y derechos humanos.
La ultraderecha tiene incontables medios propios para propagar su ideología, pero nunca encontrará lugar en este blog.

domingo, 12 de febrero de 2012

Manifiesto en defensa de la Educacion Pública, leído en la concentración del 12 de febrero


EN DEFENSA DE LA EDUCACION PUBLICA

Estamos aquí para defender la educación pública y estamos  aquí porque hay que plantar cara. Porque hay que decir ¡¡Ya Basta¡¡
Cuando el neoliberalismo muestra su lado más agresivo, cuando los gobiernos actúan cada vez más al dictado de los especuladores y ponen en entredicho la soberanía popular y la propia democracia, cuando la economía se pone al servicio de los intereses del mercado es cuando más compromisos debe asumir la ciudadanía para reclamar la conformación de una alternativa que abra espacio a un futuro más igualitario, con más equidad, más solidario y que dé valoración a la diversidad.
Necesitamos que la alternativa a esta crisis salvaje sea construida desde planteamientos democráticos, más justos y solidarios. Necesitamos un sistema educativo que ayude a construir un nuevo modelo productivo y económico que sirva al interés general y no al de los mercados.
No es esta la dirección que sigue nuestro Gobierno en Aragón. Una vez pasado el 20 N el Gobierno PP-PAR ha enseñado su verdadero programa. Los presupuestos y la Ley de Medidas de Acompañamiento son su línea política de actuación y son para, tal y como señalan, cumplir el objetivo de estabilidad presupuestaria. Van en la misma dirección de cargar las consecuencias de la crisis sobre el empleo, sobre los servicios públicos y sobre el Estado del Bienestar.
La línea política que marcan los presupuestos presentados por el Gobierno de Aragón anticipan un grave deterioro de los servicios públicos. Estos presupuestos suponen la mercantilización de la educación, de la sanidad, de las prestaciones sociales. Están diseñados para facilitar la entrada de las empresas privadas en la prestación de los servicios públicos. Buscan potenciar la enseñanza privada concertada, en todos los niveles y condenar a la educación pública a un segundo plano. Sólo así se entiende que los Presupuestos contemplen incrementos de las partidas para la concertada, sólo así se entiende que no haya partidas para la construcción de nuevos centros educativos públicos. Sólo así se entiende que permitan a la Universidad Privada duplicidad de estudios mientras ahogan financieramente a la Universidad Pública.
Financiar insuficientemente a la Universidad de Zaragoza, bloquear las inversiones en los campus públicos es planificar las enseñanzas superiores apostando por la Universidad Privada.
La Enseñanza Pública está siendo duramente castigada por los recortes del ajuste que, con la excusa de la crisis, están aplicando a todo el gasto social.
Pero esta estrategia de debilitar a la enseñanza pública no es única y exclusivamente económica y no es sólo cuestión de las políticas presupuestarias que quiere desarrollar este Gobierno.
La agresión a la enseñanza pública se produce también cuando se quieren tomar medidas que, pueden afectar a los procesos de escolarización para favorecer los intereses de la enseñanza privada concertada. Las propuestas de que la escolarización de niños y niñas se hagan recurriendo a zonas únicas mientras se recurre a barracones y se paraliza la construcción de equipamientos públicos es potenciar a la enseñanza privada concertada.
Se agrede, también, a la Enseñanza Pública cuando no se convocan oposiciones o se pretende  aplicar solamente el 10% de la  reposición de efectivos de los y las enseñantes, consecuencia de las políticas de ajuste.
Cerrar Centros de profesores y Recursos y recortar los gastos de funcionamiento de los centros educativos públicos son medidas gravísimas, especialmente para la escuela rural, que tienen como objetivo debilitar la Escuela Pública en su conjunto.
Se agrede, también, a la Enseñanza Pública cuando se mantiene un inaceptable desequilibrio en la distribución del alumnado de Diversidad entre los Centros Públicos y Privados concertados.
Se agrede, también, a la Enseñanza Pública cuando los recortes en el gasto público no impiden que haya partidas para llevar el programa 2.0 a los centros concertados, ni cuando se plantean ampliar servicios complementarios a estos centros privados.
Se agrede a la Escuela Pública cuando, con un inaceptable estilo autoritario, el Departamento de Educación, cambia las cerraduras y echa de sus despachos a la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública para dárselos a los padres y madres de los centros concertados.
Hay más amenazas para la Escuela Pública. Ya empiezan a hablar de recurrir a la gestión privada del servicio educativo público mediante el sistema de permitir que, a cambio de la gestión y de la explotación, sean empresas privadas las que construyan los necesarios centros educativos que requiere la red pública.
Por todo eso estamos aquí, porque queremos frenar la política de agresiones a los servicios públicos. Porque queremos una Educación Pública, Laica, Integradora, Universal y de Calidad. Estamos aquí para defender la Escuela Pública y de gestión pública del continuo deterioro al que está siendo sometida por la ideología neoliberal que menosprecia la escuela pública y defiende un modelo de escuela privada concertada con privilegios especiales. Por eso hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que se oponga con rotundidad a los recortes y exprese su apoyo escolarizando a sus hijos e hijas en la escuela pública
No permitiremos que la Escuela Pública sea sometida a la marginalidad ni aceptaremos que pretendan convertir a la escuela Pública en una escuela subsidiaria de la escuela privada concertada.
En Defensa de la Escuela Pública:

¡¡ NO A LOS RECORTES EN EDUCACION ¡¡

Buena definición,sí, señor.


En memoria y homenaje

miércoles, 8 de febrero de 2012

Wert y la mala fe en educación

 Publicado hoy en El Periódico de Aragón

Cuando el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, exponía su recién estrenada ideología y sus consiguientes proyectos en una entrevista en la SER, no daba crédito a lo que estaba escuchando: el ministro estaba leyendo los mismos párrafos del mismo libro sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía que habían estado leyendo desde hacía años los detractores de la asignatura (PP, los grupos católicos más granados del ultraconservadurismo moral y la Conferencia Episcopal Española: tanto monta, monta tanto…). Lo que el ministro ignoraba (¿o no?) es que el libro que estaba leyendo ni ha sido propuesto ni ha sido adoptado como libro de texto en algún centro escolar, sino, a lo sumo, si nos atenemos a lo declarado por la Editorial que lo publicó, es un “ensayo crítico” sobre algunas materias de la asignatura.
En realidad, el ministro Wert ha ejercido solo de vocero de la ideología nacionalcatólica del Partido Popular, que hasta ahora había azuzado a sus peones de infantería a declararse objetores de la asignatura, apelando a que supone una grave intromisión en la educación de sus hijos. Paralelamente, el adalid de las buenas costumbres y ex Presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, había ordenado que la asignatura se impartiese ¡en inglés! en Valencia, y un sinfín de artilleros católico-populares habían lanzado a discreción toda suerte de obuses contra la asignatura.
Ahora Wert repite exactamente las palabras de la jerarquía católica española: Educación para la Ciudadanía es “un adoctrinamiento sociopolítico y moral” del alumnado español y para evitar tal supuesta tropelía educativa, el ministro resuelve sustituirla por otra “objetiva”, sin “connotaciones morales” y por encima de “cualquier ideología y adoctrinamiento”: Educación Cívica y Constitucional. Toda una “tartufiana” ceremonia de mala fe e hipocresía, indigna de un ministro de Educación, pues, hablando de adoctrinamientos, el ministro debería tener presente que no hay actualmente mayor adoctrinamiento en los centros públicos de enseñanza que la asignatura Religión y Moral Católicas, impartida en horario lectivo por un profesorado designado directamente por el obispo católico del territorio correspondiente, con rango igual al resto de las asignaturas fundamentales, costeado con el dinero de todos los españoles,  que supone 700 millones de euros solo en concepto de sueldos de profesores de religión.
Hace unos años fui invitado a intervenir en una Jornada sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía, organizada por CEAPA-FAPAR. Leí entonces detenidamente cinco libros de texto de la asignatura publicados por distintas editoriales y llegué a la conclusión de que cualquier persona de buena voluntad no podría poner una sola objeción a aquellos contenidos y explicaciones, que la algarabía armada en torno a la asignatura por la celtiberia hispanovisigótica se debía básicamente a mala fe, y que era imposible que hubiesen leído uno solo de aquellos libros de texto. Sospecho que tampoco el ministro Wert se ha molestado en informarse por sí mismo.
En España el poder económico-político-militar y el poder religioso institucional llevan siglos acostumbrados a dictar en exclusiva qué hay que pensar y no pensar, leer y no leer, decir y no decir, hacer y no hacer. Interpretan cualquier intento de formación ciudadana como “intromisión” y “adoctrinamiento”, cuando son ellos los que han tenido durante siglos  la patente de corso como entrometidos y adoctrinadores. Niegan, de hecho, que los órganos competentes del Estado, constitucionalmente aconfesional, puedan desempeñar una función formativa de la juventud en el ámbito de lo público, también a través de una asignatura que se imparte sin problemas en numerosos países del ámbito de la UE.
Ninguna institución o grupo privados deberían haberse opuesto a la enseñanza de Educación para la Ciudadanía, pues en ella se transmiten solo los valores y los principios esenciales existentes en la Declaración Universal de los derechos Humanos de la ONU y en la Constitución Española, así como su concreción legal y social que democráticamente se han otorgado los españoles a través de sus representantes en el Congreso y en el Gobierno.
La asignatura Educación para la Ciudadanía responde a la necesidad de que la ciudadanía joven de una sociedad tengan la oportunidad de conocer, reflexionar y debatir todos los elementos y aspectos tocantes al ámbito de su ciudadanía en el ámbito local, nacional e internacional.
Esta asignatura no comprendía solo el marco de los datos y los conocimientos teóricos, sino también el de la implicación personal y colectiva que conllevan los derechos y las obligaciones fundamentales de todo ciudadano. Así como la asignatura de Ética responde a la necesidad de reflexionar personal y críticamente acerca de los elementos morales de cada individuo, de igual forma Educación para la Ciudadanía responde a la necesidad de reflexionar personalmente y en grupo, crítica y fundadamente, sobre  todo cuanto implica ser ciudadano libre y responsable en la ciudad, en la comarca, en la nación y en el mundo.


Intervención de Alberto Garzón en el Congreso

martes, 7 de febrero de 2012

Carta a los "ayatobispos". ¡Cómo os calienta la temática de la intimidad carnal!

Artículo de Maruja Torres en El País.
http://www.elpais.com/articulo/portada/Queridos/ayatobispos/elpepusoceps/20120205elpepspor_1/Tes

Esta es la carta que os dirige una simple mujer que, aunque no ha perdido el sueño de un país laico en el que ni vosotros, ni vuestros pares de cualquier otra religión, metan cuchara en la vida de los ciudadanos, y que, aunque ahora mismo no deja de canturrear el Himno de Riego por el pasillo de su casa... Pese a ello, y ni siquiera con este bagaje ético-estético a mis espaldas, puedo dejar de reconocer que:

¡Sois la bomba! Sois unos petardazos. Sois la falla. Sois el incendio de Roma. Sois la hostia.

Todavía me siento conmocionada por la habilidad con que disponéis del espacio escénico en cuanto avistáis una mínima posibilidad de enrollaros el marabú, saltar a la pasarela y acaparar el foco. No caeré en la tentación de proclamar que todos los cardenales, arzobispos y obispos sois iguales -consciente como estoy de que los hay notablemente peores-, pero sí me precipitaré en la de confesaros que me fascina vuestra perseverancia. A propósito, si me entrego al tuteo es porque, en este caso, el tuteo tiene razones que el corazón no entiende, como detallaré más abajo.

Por el momento, dejadme seguir alabando vuestro sentido de, por ejemplo, la imitación. Como los asesinos de mujeres, o como los suicidas, que se entusiasman los unos a los otros al contemplar, al enterarse de lo que han hecho, los ayatobispos debéis de experimentar el gusanillo de la emulación, y os emuláis, pues, los unos a los otros, que da gloria, en las declaraciones sobre el sexo y las costumbres privadas. No falla nunca: sale un obispo, y poco después le refuerza un arzobispo. O declama un cardenal, y acto seguido saltan los coros de hombres píos.

Y cómo os calienta la temática de la intimidad carnal. ¿Es porque no la catasteis? Porque no será por principios. De sobra sabéis que el dios que predicáis -el del amor al prójimo-, si existiera, os habría hecho butifarra hace ya un par de milenios.

Siempre me ha fascinado vuestra ansiosa necesidad, la compulsión que sentís de meter baza en los asuntos sexuales de la gente. ¿Es vuestra forma de practicar el sexo? ¿Es vuestra versión del sexo oral? Posiblemente, pero debo deciros que resulta repugnante enfocar -aunque la prefiero a que os entreguéis a la pederastia, otro efecto contagio que os posee demasiado a menudo-, por ejemplo, un primer plano de los labios del obispo de Tarragona cuando, con sumo deleite, anatematiza a los gays, y se complace en negar derechos a las mujeres, y en hablar de partos -vosotros: ¡de partos!-, y en tratar al hombre (al tradicional suyo, no al verdadero: tranquilos) de chiquitín de la casa. Por todos los demonios, qué espectáculo tan asqueroso. Unos delgados, yertos, estériles labios opusinos, hablando de las cosas de la vida.

¿dónde os educan, de dónde salís? ¿En qué criadero os reproducís, criaturas mutantes que constantemente camináis hacia atrás, que os refociláis en el tenebrismo y que sólo entendéis el sacrificio de cintura para abajo y de libertad para arriba? ¿En qué lugar de vuestro organismo os colocan el resorte que hará que saltéis una y otra vez -retrocediendo, simultáneamente, a la oscuridad de los tiempos- para contarnos lo que opináis -vosotros, seres ociosos y empingorotados- de nuestras formas de vida? ¿Acaso el mecanismo se encuentra entre vuestras piernas, de ahí que os avise, con la frecuencia de la frustración, cuando oteáis que otros satisfacen su cuerpo de espaldas a vuestros anatemas?

Ésta es la carta que os dirige una mujer. Una simple mujer que ejerce el derecho a tutearos esgrimiendo, como razones, esos 13.266.216,12 euros que, durante todo este año, el Estado entregará mensualmente a la Iglesia católica, "a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación de lo dispuesto en los apartados uno y dos de la disposición adicional decimoctava de la ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007", según se determina en el Boletín Oficial del Estado número 315, del 31 de diciembre de 2011.

O sea: 13 millones, más un cuarto de millón, más 16.000, más 216 euros, más 12 céntimos. Al mes. De nuestros impuestos.

Los socialistas difícilmente son creíbles en materia de laicismo


 Publicado hoy en Izquierda Digital
Tantas veces advirtió Pedro a los pastores de que venía el lobo, que finalmente nadie le hizo caso y el lobo se merendó a unos cuantos pastores y labriegos. Tantas veces vienen diciendo los socialistas (cuando están en la oposición y nunca cuando están el poder) que van a revisar los acuerdos con el Vaticano que cuando los candidatos a la secretaría general del PSOE (Chacón y Rubalcaba) anuncian en el Congreso de Sevilla sus intenciones de revisar dichos acuerdos, mueven principalmente al escepticismo y al cachondeo, pues ya no resultan creíbles.
 Rubalcaba, Chacón –miembros del anterior gobierno socialista- y el PSOE en general acaban de estar ocho años seguidos en el Gobierno de España. No solo no han reformado nada o han planteado la conveniencia de caminar hacia un Estado laico, sino que se ha visto aumentado (0,7%) el tanto por ciento de la casilla de la Iglesia Católica en la Declaración del IRPF, no se ha hecho el menor intento de derogar el Concordato de 1953 y los Acuerdos de 1979 entre el Estado español y el Estado del Vaticano, la Iglesia Católica, lejos de cumplir su compromiso de autofinanciación, ha recibido anualmente más de 13.000 millones de euros y se sigue impartiendo religión y moral católicas en los centros públicos de enseñanza en horario lectivo.
Rubalcaba, Chacón –miembros del gobierno socialista- y el PSOE en general, lejos de fomentar un Estado aconfesional, contribuyeron directamente a que el resto de las confesiones religiosas disfrutaran de no pocos de los privilegios de la Iglesia Católica (capellanes en cuarteles, hospitales, cárceles, enseñanza religiosa en la escuela pública, etc.), de tal forma que el socialismo español hizo del país un país multiconfesional, en vez de aconfesional. Incluso cuando había que hablar con los obispos, la comisión socialista-gubernamental iba encabezada por los miembros más proclives y afectos a su catolicismo practicante (por ejemplo, la vicepresidenta Fernández de la Vega o el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui).
Rubalcaba, Chacón –miembros del gobierno socialista- y el PSOE en general no son creíbles en materia de reivindicación de la aconfesionalidad del Estado. Financiaron cuantos viajes a España tuvo a bien hacer el señor Ratzinger y se postraron a sus pies. Tumbaron en el Congreso una Ley de Muerte Digna o una Ley de Libertad de Conciencia. Asistieron a misas en calidad de sus cargos, fueron a procesiones, mantuvieron símbolos religiosos en lugares públicos y juraron públicamente defender dogmas religiosos. Ni un solo cargo gubernamental socialista movió un solo dedo para criticar, oponerse o denunciar estos hechos.
Rubalcaba proclamó en su discurso en Sevilla como nuevo secretario general del PSOE que tiene intención de revisar "seriamente" los acuerdos con la Santa Sede, si bien lo condiciona a que ”la derecha continúe cuestionando los pactos básicos de estos 30 años”. Es decir, en román paladino: todo está bien como está, pero le parece demasiado que el PP toque algunas cosas, como Educación para la Ciudadanía o la ley del aborto. Con ello pone de manifiesto que sus convicciones laicistas son bastante endebles, pues un Estado laico y aconfesional es un punto de referencia constitucional absoluto y no depende de lo que hagan unos u otros.
Previamente, la candidata Carme Chacón había proclamado en tono mitinero que su propuesta es “una sociedad libre de tutelas confesionales, con separación clara entre la esfera pública y las creencias privadas". Y es que desde la debacle socialista en las últimas elecciones municipales, autonómicas y generales, son muchos integrantes de esas filas los que, cual Saulo de Tarso, parecen caídos de su caballo, fulminados por un rayo divino, convertidos a ideas y proclamas que no osaron ni siquiera mencionar mientras estaban en el poder.
Incluso Chacón se deja llevar por la emoción, y manifiesta su hartazgo confesional recién expresado: "Un país laico, compañeros", dijo. "Llevamos 30 años aguantando demasiado. Un país laico con todas sus consecuencias". Por ejemplo, entre tales consecuencias, que las Fuerzas Armadas no tengan un arzobispado castrense ni vicariatos castrenses ni catedrales castrenses ni ceremonias religiosas castrenses ni capellanes castrenses ni fiestas religiosas castrenses, y un sinfín de elementos confesionales más que la ministra Chacón en ningún momento de su mandato osó poner mínimamente en cuestión.
Es para ponerse a reír o a llorar.




domingo, 5 de febrero de 2012

Incómodo pasado, por J. Casanova

Publicado hoy en El País


La muerte de Manuel Fraga y el juicio al magistrado Baltasar Garzón por la investigación de los crímenes del franquismo han sacado de nuevo de la oscuridad a los fantasmas del pasado. Por un lado, la constatación de lo difícil que resulta en la sociedad española tener una mirada libre hacia las experiencias traumáticas del siglo XX, recordar para aprender. Por otro, la incomodidad que produce a muchos el recuerdo de la violencia franquista, ejercida desde arriba, durante 40 años, por el nuevo Estado surgido de la sublevación militar y de la Guerra Civil, que puso en marcha mecanismos extraordinarios de terror sancionados y legitimados por leyes hasta la muerte del dictador. Más de un año después, allí estaba todavía el Tribunal de Orden Público (TOP), disuelto finalmente por un decreto ley de 4 de enero de 1977.
La muerte de Fraga y el juicio a Garzón constatan lo difícil que resulta recordar para aprender
Con la muerte de Manuel Fraga la mayoría de los medios de comunicación nos regalaron la vista y el oído con unas cuantas horas de música celestial. El disco solo tenía cara A: hombre de Estado, político extraordinario, uno de los más importantes del siglo XX español, padre de todo lo bueno que puede exhibir la derecha actual en el poder. Pocos hicieron sonar la cara B, la otra cara del mismo disco, inseparable, compuesta con anterioridad, cuando la música tenía un solo director. Puede verse en los libros de historia, aunque únicamente en aquellos que no usan y abusan de ella para conformar o legitimar el presente a su gusto.
Fraga fue ministro de Franco, desde 1962 a 1969, y ministro del Gobierno de Arias Navarro que se formó tras la muerte de su caudillo, desde el 12 de diciembre de 1975 hasta el 1 de julio de 1976. Nunca fue ministro con la democracia. Su autoridad nació de la dictadura y tuvo después en sus manos durante unos meses, como ministro de Gobernación, todo el aparato represivo intacto, ese que cargaba en las calles contra los manifestantes, detenía y encarcelaba de forma arbitraria y sin garantías, torturaba en los cuarteles y comisarías y, si hacía falta, disparaba mortalmente a los trabajadores, como en Elda, Tarragona, San Adrián de Besós, Basauri o en el asalto policial a la iglesia vitoriana de San Francisco de Asís, una masacre que dejó cinco muertos y decenas de heridos. Y todo ello en apenas medio año, donde quedó al descubierto el talante reformista de los franquistas sin Franco, cómo trataban a opositores y huelguistas, "desórdenes callejeros" los llamaban, y la impunidad de las fuerzas armadas.
La historia de Europa del siglo XX proporciona abundantes ejemplos de políticos que transitaron desde las dictaduras a las democracias. Ocurrió en los países dominados por los fascismos hasta 1945, por el comunismo hasta 1989 y en Grecia, Portugal y España tras 1974-1975, los únicos lugares del continente donde seguían en pie dictaduras salidas del firmamento político de la ultraderecha.
Fraga no fue, por lo tanto, un caso excepcional ni caminó solo por la pedregosa senda que conducía del autoritarismo a la libertad. Y como otros muchos compañeros de viaje, tampoco tuvo que quitarse el caparazón franquista para distanciarse de los sectores más inmovilistas y participar en el cambio político.
En noviembre de 2005, 30 años después de la muerte del dictador, o 27 desde la aprobación de la Constitución, de la que dicen que fue uno de los padres, en una entrevista publicada en Corriere della Sera, hacía una desaforada defensa de Francisco Franco y de su régimen político, recordando a los italianos las excelencias del que fue durante tanto tiempo su jefe y los enormes beneficios que su sistema de gobierno ("ni fascista, ni totalitario") dejó a todos los españoles.
Una explicación de ese tipo puede causar sonrojo, cosas de don Manuel, del hombre de Estado. Ocurre, sin embargo, que se refiere a una historia real de asesinatos, tortura y violación sistemática de los derechos humanos, que destruyó a familias enteras e inundó la vida cotidiana de miedo, humillación y castigo. Y todo eso, además de las circunstancias de la muerte y paradero de decenas de miles de víctimas, es lo que intentó investigar Baltasar Garzón, juzgado ahora por la Sala Penal del Tribunal Supremo, ante la indiferencia y el desprecio de muchos, hacia él, hacia las víctimas y hacia todos aquellos que quieren honrarlas.
Fraga tenía poderosas razones para pensar eso de la dictadura de Franco, antecedente necesario de la democracia, a la que él tanto dio, como nos ha recordado la música orquestada por sus seguidores ideológicos y de partido. Y así, a través de imágenes autocomplacientes, libres de zonas oscuras, jaleadas por los medios de comunicación más afines, dicen que esa historia, no otras, ya es pasado y hay que mirar al futuro. Mientras tanto, el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia insiste en que el régimen franquista, tenía razón don Manuel, no fue "fascista ni totalitario". Y las políticas de gestión de la historia y memoria de ese pasado violento desaparecen con la excusa de la crisis, arrinconadas por los nuevos gobernantes. Y Garzón en el banquillo.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

Para pensar un poco


miércoles, 1 de febrero de 2012

Intereses creados y ley del aborto


 Publicado hoy en El Periódico de Aragón
 

17 de octubre de 2009. Sábado soleado. Una gran multitud se manifestaba por las calles de Madrid contra la ampliación de la ley del aborto (se trataba de cambiar la ley de supuestos de 1985 por una ley de plazos que declara el derecho de la mujer a decidir y no la abandona en la inseguridad y la incertidumbre jurídicas). Allí se dieron cita Aznar (que justificó su presencia porque está “a favor de la vida”), Aguirre, Cospedal y medio centenar de diputados y senadores del PP “a título personal”, flanqueados y bendecidos por obispos y arzobispos católicos.
Pidieron al Gobierno que escuchase “el clamor de la calle”, y corearon lindezas tales como “España unida, lucha por la vida” y simplezas argumentativas como “Vida sí, aborto no”. Días antes, la Conferencia Episcopal Española había declarado que “un país que mata a los suyos es un país sin futuro”. Políticos y clérigos olvidaban conscientemente que, mientras los grupos ultra convocantes y los manifestantes exigían la abolición del aborto, durante los ocho años de mandato de Aznar (1996-2004) se habían producido 500.000 abortos y, sin embargo, ni se había tocado la ley de 1985 ni salieron a la calle a manifestarse.
A la hipocresía de políticos, eclesiásticos y organizaciones que solo parecen querer protestar cuando los suyos no están en el gobierno, se une la simpleza intelectual de plantear cuestiones capciosas como si fuesen la clave de la salvación del orbe: “¿está usted a favor de la vida?” equivale para esa gente a que asentir a la pregunta significa pertenecer a sus filas, de tal forma que desmarcarse de sus posiciones es equiparable a estar a favor ¡de la muerte!. Lamentablemente, hay personas que necesitan simplezas de ese calibre para creerse justificadas y combatir al maligno. Hay personas cuyos razonamientos saben moverse solo entre blanco-negro, bueno-malo, vida-enemigos de la vida. Algunos políticos y eclesiásticos se sirven de tales planteamientos capciosos en su propio beneficio.
El PP, un mes después de llegar al Gobierno, vuelve a tropezar con la misma piedra. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunciaba la semana pasada que los conservadores quieren hacernos regresar a la Ley del Aborto de 1985, acabando con la posibilidad de interrumpir libremente el embarazo en las primeras catorce semanas de gestación. Se da vía libre al populismo, ignorando así conscientemente que los países europeos con menores tasas de abortos (Austria, Grecia, Croacia, Suiza, Bélgica, Alemania. Holanda, Francia, Reino Unido) tienen ley de plazos. Gallardón mezcla “la defensa del derecho a la vida” con la necesidad del permiso paterno para abortar de las embarazadas de 16 y 17 años, pero en realidad conduce a la mujer al angosto planteamiento de la violación, de las posibles graves taras físicas o psíquicas del feto, o la confusa y difusa necesidad de probar que continuar con el embarazo acarrea un grave peligro para su vida o su salud.
No obstante, introduzcámonos por unos momentos en la maraña de planteamientos capciosos, apliquemos su lógica sin matices. Si la doctrina católica oficial dictamina que el aborto, en cualquiera de sus modalidades y supuestos, es un crimen, un delito contra la vida, ¿los obispos católicos volverán a convocar manifestaciones multitudinarias, fletarán autobuses, invocarán el “clamor de la calle” para abolir la lay del aborto de 1985, al que el PP quiere regresar y desde el que ya ha estado gobernando durante ocho años? ¿Veremos criticados y denunciados en la calle a los ministros del Gobierno de Rajoy por mantener una ley del aborto que permite decenas de miles de interrupciones del embarazo cada año? ¿Seguirán “aconsejando” las hojas parroquiales, las alocuciones episcopales y las cartas pastorales votar a aquellos partidos “que defienden la vida” y no votar a los que mantienen cualquier ley del aborto? ¿Qué nuevos subterfugios y artificios tendrán que inventar para seguir incitando a su rebaño a votar al PP? 500.000 abortos o la guerra de Irak no les impidieron sostener, por acción u omisión, al Gobierno Popular de Aznar. Seguramente, más abortos, más paro, más corrupción solo les moverán al silencio durante el Gobierno de Rajoy.
Hace unos años, Forges publicaba una viñeta donde dos paseantes comentan las noticias de la prensa. Uno lee: “El Vaticano lanza los 10 mandamiento para los conductores”. El otro comenta: “Stupendo, ¿y los 10 de los banqueros? Por ejemplo”. Bajo el disfraz de moralidad, se esconden la hipocresía y los intereses creados de sus voceros. Tras los fuegos de artificio de los lemas populistas, queda oculta la cruda verdad de los hechos. Si los obispos se oponen al aborto, que lo hagan siempre y no dependa del acompañante. Y de paso, que no omitan que los bancos y las grandes empresas, financiadores, por ejemplo, del 50% de la última visita de Ratzinger a Madrid, han llevado a esta tragedia humana y ciudadana, a esta estafa mundial, llamada eufemísticamente “crisis económica”.