lunes, 30 de abril de 2007

Brecht y la duda



Algunos fragmentos del poema de Bertold Brecht

"Loa de la duda"



Loa de la duda

¡Loada sea la duda! Os aconsejo que saludéis

serenamente y con respeto

a aquel que pesa vuestra palabra como una moneda falsa.

(…)

Leed la historia. (…)

Así fue como un hombre ascendió un día a la cima inaccesible,

y un barco logró llegar

al confín del mar infinito.

¡Oh hermoso gesto de sacudir la cabeza

ante la indiscutible verdad!

¡Oh valeroso médico que cura

al enfermo y desahuciado!

Pero la más hermosa de todas las dudas

es cuando los débiles y desalentados levantan su cabeza

y dejan de creer

en la fuerza de sus opresores.

(…)

Frente a los irreflexivos que nunca dudan,

están los reflexivos, que nunca actúan.

No dudan para llegar a la decisión, sino

para eludir la decisión. Las cabezas

sólo la utilizan para sacudirlas. Con aire grave

advierten contra el agua a los pasajeros de naves hundiéndose.

Bajo el hacha del asesino,

se preguntan si acaso el asesino no es un hombre también.

Tras observar, refunfuñando,

que el asunto no está del todo claro, se van a la cama.

Su actividad consiste en vacilar.

Su frase favorita es: “No está listo para sentencia”.

(…).

¡De qué le sirve poder dudar

a quien no puede decidirse?

Puede actuar equivocadamente

quien se contente con razones demasiado escasas,

pero quedará inactivo ante el peligro

quien necesite demasiadas.

Tú, que eres un dirigente, no olvides

que lo eres porque has dudado de los dirigentes.

Permite, por lo tanto, a los dirigidos

dudar.

jueves, 26 de abril de 2007

Muy profundo


YO CAVO
TÚ CAVAS
ÉL/ELLA CAVA
NOSOTROS/NOSOTRAS CAVAMOS
VOSOTROS/VOSOTRAS CAVÁIS
ELLOS/ELLAS CAVAN





(Parece una tontería, pero es profundo...).

martes, 24 de abril de 2007

Amor pleno


Casi siempre seduce un cuerpo hermoso o atractivo (¿o nos parece y lo hacemos hermoso por el hecho de estar ya seducidos?), casi siempre atrae en el momento decisivo un cuerpo. Sin embargo, a medida que se van acumulando y cotejando experiencias y seducciones (activas y/o pasivas), con el paso de la edad y el tiempo, de las heridas y las cicatrices que va dejando la vida, quizá no sean pocos los que acaban por concluir que, a fin de cuentas, los cuerpos se parecen mucho unos a otros, los besos son más o menos iguales, el sexo -sin más aditamentos- termina siendo una colección de variaciones sobre el mismo tema, al igual que el sudor y el jadeo y el orgasmo y el final del final y las palabras de bienvenida y de amor y de despedida...

Cada ser humano va avanzando inexorablemente hacia la madurez (a propósito, ¿qué es eso de la madurez? ¿qué es ser mayor? ¿mayor que quién? ¿qué es ser adulto?) y algunos incluso tienen la ventura de arribar a la certeza de que lo que realmente merece la pena es el alma del otro. La posesión del otro es ante todo la posesión de su alma (sin que "alma" comporte ningún significado religioso o similar). Y el alma nunca se tiene ni se posee por derecho de conquista, pues sólo se entrega como regalo.

Un violador puede poseer violentamente un cuerpo, pero el alma de la víctima queda sólo asustada y espantada en un rincón, llorosa, maldiciendo al agresor. Es todo lo que consigue, todo lo que hace: forzar al otro, destruir al otro, a la vez que constatar su impotencia para amar y ser amado. El violador carece de alma, es un des-almado, precisamente porque se cree incapaz de buscarla en el otro, también de entregársela a alguien.

Y, sin embargo, el alma es la verdadera y quizá definitiva conquista, con tal de que conquistar a alguien sea principalmente tener la fortuna de que le done su alma de buen grado, de que incluso le vaya la propia vida en tal donación. El alma se da sobre todo a la persona con quien anhelamos compartir ese impulso. Por un tiempo. O por toda la vida. O por unos instantes.

Ahora bien, el alma de otro nunca se tiene, al menos entera, por completo: resulta siempre inabarcable, demasiado profunda. El alma del otro llega a ser para el amante una estrella fugaz, aparecida intermitentemente con toda su brillantez y fulgor sólo en determinados momentos misteriosos, mágicos. El otro repite una y otra vez que pertenece a quien ama, que es suyo, como su vida misma. Sin embargo, pensándolo bien, se trata de un imposible: él sigue siendo él, su cuerpo y su alma son sólo suyos, no son posible objeto de tamaña enajenación.

El amor total y perfecto es así una quimera precisamente porque nunca se consigue poseer plenamente el alma. Y por eso se vuelve a desear una y otra vez la posesión y el disfrute del cuerpo del otro, hasta llegar incluso a sentir un impulso real de devorarlo, de convertirlo en parte integrante de uno mismo.

El amor es insaciable, por mucho que se ame, principalmente por topar con la incapacidad de tener por completo al otro.

Sin embargo, el cuerpo, trazando finalmente un círculo perfecto (¿quizá también vicioso?), aparece así como el vehículo primordial y magnífico para penetrar en el alma del otro, para rozarla al menos de vez en cuando...

jueves, 19 de abril de 2007

Hola, Epicuro


“No es impío el que desecha los dioses de la gente, sino quien atribuye a los dioses las opiniones de la gente”

EPICURO, Carta a Meneceo. 123

Discurso de Steve Jobs en Stanford


A cualquiera que lea este discurso, le llegará muy hondo, y allí quedará. En mi opinión merece la pena.
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Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestra iniciación en una de las mejores universidades del mundo. Nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria. Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.

La primera historia versa sobre cómo se conectan los puntos.

Dejé Reed College después de los seis primeros meses, pero después seguí por allí por libre otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo de veras. Entonces, ¿por qué lo dejé?

Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una titulada universitaria joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer. Solo que cuando aparecí decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña. Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a media noche preguntando: “Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?” “Por supuesto”, dijeron. Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día iría a la universidad.

Y 17 años más tarde realmente fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora los estaba gastando en mi matrícula. Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo. Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien. En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado. En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban, y comencé a meterme en las que parecían interesantes.

No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del depósito para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna. Me encantaba. Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.

Os daré un ejemplo: en aquella época el Reed College ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre combinaciones de letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante.

Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, volvió a mí. Y diseñamos el Mac con todo dentro. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni tipos con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen. Por supuesto que era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase. Pero era muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.

Otra vez: no se pueden conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo — tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.


Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.

Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados. Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30. Y me despidieron. ¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado? Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a divergir, y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte. Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido, y fue devastador.

Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores – que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de Hewlett Packard] y Bob Noyce [inventor del circuito integrado, Intel], e intenté disculparme por haberla fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley]. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.

No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida.

Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, regresé a Apple, y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.

Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes. El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideráis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacéis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis. No os conforméis.


Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo — las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso — se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir al corazón.

Hace casi un año me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un barrido a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable, y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir prepárate a morir. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que ibas a contarles en los próximos diez años en unos pocos meses. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células al microscopio los médicos comenzaron a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien.

Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:

Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto.

Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. No os dejéis atrapar por el dogma — que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park, y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google: era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos.

Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número. Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si fueseis así de aventureros. Bajo ella estaban las palabras: “Sigue hambriento. Sigue alocado”. Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.

Muchísimas gracias a todos.
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martes, 17 de abril de 2007

El ombligo de la araña


En el sótano 2º de un garaje privado, bajo la lámpara adosada a la pared de uno de los ascensores, una araña de cuerpo pequeño y enormes patas tejía una tela de la que parecía sentirse muy orgullosa. Dedicaba horas y horas a perfeccionar su tela, en la que de vez en cuando quedaban atrapados los más suculentos manjares, según el gusto de la araña. Sin embargo, había algunas cosas que la dejaban descontenta e insatisfecha. Por ejemplo, quejábase amargamente de la envidia de otras arañas, incapaces –según ella- de tejer unas telas tan resistentes y bellas como la suya. Tampoco le gustaban los ruidos de los coches al aparcar y las corrientes de aire producidas por el abrir y cerrar de las puertas de los ascensores. No obstante, lo que más la exasperaba eran ciertos bulos que propalaban otras arañas; principalmente, que, más allá de la lámpara y la pared donde moraba, más allá también de aquel recinto, había otros lugares, seres, sonidos, luces y colores. Aquella araña de cuerpo pequeño y enormes patas estaba convencida de que no había un lugar más hermoso ni una morada más confortable que donde ella vivía. Más aún, que cualquier otro lugar que no fuera el suyo era mera invención de las arañas envidiosas del garaje. Una noche, en plena oscuridad, la araña de cuerpo pequeño y grandes patas puso todo su empeño en plantearse el mundo y su existir de la forma más objetiva posible. Tras largas cavilaciones, aquella noche halló la verdad para ella más diáfana y honda que pudiere encontrarse: el lugar más hermoso, perfecto, admirable y central del universo era su propio ombligo. Y entonces, tras tan magnífico descubrimiento, la araña se sintió inmensamente feliz.

lunes, 16 de abril de 2007

Vivir y conocer apasionadamente


En la cultura judeo-cristiana-occidental han tratado de inculcarnos el valor del sacrificio hasta los mismos tuétanos. Y, en cambio, no han sido vistos con buenos ojos los planteamientos que sitúan el principio del placer (vg. Epicuro o Freud) en el ámbito de las motivaciones humanas básicas.

No se debe obviar una realidad palmaria en la vida: casi todo lo que vale cuesta, pero también hay que admitir que no todo lo que cuesta es valioso. De hecho, estamos dispuestos libre y voluntariamente a poner todo nuestro esfuerzo y nuestras energías en algo que nos resulta valioso y que nos hemos propuesto alcanzar. Un ser humano ha de poseer metas, que a veces resultan costosas y que requieren esfuerzo y trabajo, pero necesita al mismo tiempo para ello que en el horizonte esté siempre presente una finalidad, un sentido positivo, que al mismo tiempo proporcione gusto y placer. Vivir sin pasión la vida es echar a perder la vida.

También en el mundo de la educación deberíamos plantearnos si existe una correlación directa y necesaria entre saber-aprender-entender-atender-gustar. Si uno de esos eslabones se rompe, el proceso del conocer y del vivir seguramente corre el riesgo de quebrarse. La realidad cotidiana puede rebajar a veces la cota ideal de los objetivos a cumplir en un aula, pero estos objetivos quedarían reducidos a pura resignación y a rutina baldía si a priori, se dejara de aspirar a lo máximo, a lo óptimo. El día que no aspiremos a que, acabada una clase, el alumnado siga hablando y debatiendo sobre lo acontecido y tratado en ella, ese día la clase será primordialmente un puñado de minutos durante los que todos o una mayoría están deseando que acabe la clase.

¿El objetivo de la educación? Atrapar y ser atrapados en la pasión por conocer. Ello implica previamente aprender apasionadamente; también, enseñar con pasión, es decir, que el educador desempeñe su labor con la pasión por educar. Hegel ya lo advierte en su Filosofía de la Historia: “Nada grande se ha realizado en el mundo sin pasión”.

jueves, 12 de abril de 2007

Salvadores de pacotilla


España es un país que ha padecido un sinfín de plagas. La más importante ha sido y sigue siendo la creencia de estar en posesión de la verdad absoluta. En nombre de esa presunta verdad supuestamente absoluta, han quemado herejes, incendiado iglesias, creado asonadas, hecho golpes de estado y guerras civiles, fusilado curas y sindicalistas, prohibido libros… En España pervive un virus creador de salvadores. El creyente nos quiere salvar de las llamas del infierno, y el ateo, de las garras de la superstición. En España se inventó hace muchos años el Pensamiento Único, desde el supuesto de que quien no comparte las propias convicciones está equivocado. España precisa ante todo de personas escépticas, en el sentido originario del escepticismo: en cada una de las caras del inmenso poliedro de la vida hallan aspectos no desdeñables, incluso muy valorables; encuentran belleza en toda la gama de colores; por eso mismo, la verdad siempre es compartida, siempre está por completar. Me produce preocupación, turbación e indignación tanto salvador suelto, tanto Torquemada suelto, de todo pelaje, signo y condición. ¿CÓMO SALVARNOS DE LOS SALVADORES?

martes, 10 de abril de 2007

Carné de puntos


Ciento y pico muertos en las carreteras durante las vacaciones de Semana Santa. Dicen ahora que falla el carné por puntos. Sin embargo, el carné por puntos apela principalmente a lo más infantil e inmaduro del ser humano: la evitación del castigo, por un lado, y, por otro, el cumplimiento de la ley solo si la autoridad sancionadora está presente. Mientras una persona no conduzca sensatamente por sentido de la responsabilidad y por respeto a sí misma y a los demás, tendrán que ir en aumento los radares, las multas y la pérdida de puntos. Quizá todo ello evite muertes, pero también seguirá siendo síntoma de que estamos aún muy lejos del ideal ilustrado del ciudadano cultivado, libre, responsable y solidario.

sábado, 7 de abril de 2007

España procesionaria


Ya han sacado sus fetiches, sus ídolos y sus fanfarrias. Ya han cantado sus saetas. Los mitos primitivos de renovación se han convertido un año más en una celebración de la muerte y de la resurrección de otro salvador (el enésimo salvador en la historia de la humanidad). Procesiones de iglesias privadas por las calles públicas. Procesiones de automóviles en busca de alivio vacacional. España no es católica ni aconfesional ni laica. España está en situación permanente de dilucidación y aclaración. Una parte de esa España es pereza, inercia, caspa. Una parte de España es el miedo de quienes gobiernan a perder las elecciones si intentan que la jerarquía católica hispana deje de tener las manos libres para cuanto se les antoje. El ídolo más sacado en procesión estos días es el Concordato entre el Estado español y el Vaticano. Una parte de España es superstición y abulia. La historia de esa España es la historia de los mismos amos sobre el pueblo. ¿Tradición o traición? El dinero triunfa, el dinero reina, el dinero impera. El dinero se siente satisfecho porque unos consumidores en estas fechas consumen especialmente tambores, velas, capirotes; otros, gasolina, hoteles y restaurantes. Algunos, desde los televisores y los pulpitos, osan predicar que el enésimo salvador en la historia de la humanidad murió y resucitó por nuestros pecados. (¿Qué es eso de pecado? ¿Por qué hasta a un recién nacido quieren hacerle pecador para bautizarlo y alistarlo en su rebaño?) Con ello pretenden aquietar las mentes, los problemas y los conflictos de esa humanidad. El delito original consiste en esa pretensión de aquietamiento. Las religiones, una vez institucionalizadas y esclerotizadas, cumplen una función primordial para el buen funcionamiento de la sociedad: avalan, justifican, sostienen al poder. El poder necesita la religión. La religión necesita ante todo el poder de la mente a través del sentimiento de culpa. Por una parte, piden crucificar y a la vez crucifican al enésimo salvador en la historia de la humanidad. Por otra, salen en procesión celebrando esa muerte, convencidos de ser culpables, implorando perdón, prometiendo sumisión. Y, un año más, Zaratustra, tras observar y escuchar el espectáculo, solo, sigue hablando así a su corazón: “¡Será posible! ¡Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!” (F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, Prólogo, 2).

viernes, 6 de abril de 2007

Manuela


Manuela ha perdido un trozo grande de su vida: falleció su compañero en paz y sin dolor. A Manuela ahora se le presenta la vida en su estado puro. Mientras cierra heridas, percibe que ella va trazando su propia senda paso a paso, día a día, noche a noche, despertar a despertar. Aún no sabe bien cómo definir el nuevo horizonte, pero su mirada ya atisba que clarea. El sol ya la está saludando, y su calor hace que perviva la esperanza. Cuando se le hace oscuro, no tiene más que cerrar sus ojos y notar que en su entorno hay muchos que la quieren: la quieren alegre, serena, viva, metabolizando su duelo, tejiendo planes y proyectos, alimentando todos los sueños. A Manuela se le están abriendo de par en par puertas y ventanas: con toda esa luz y con todo ese calor, siente ya, a pesar de los pesares, que la vida es hermosa y valiosa.

jueves, 5 de abril de 2007

Partidos por el eje


Estamos partidos por el eje. El Eje del Bien. El Eje del Mal. España y la AntiEspaña. Terrorismo y Antiterrorismo. Democracia y Dictadura. Caín y Abel. Dios y Satán. ProVida o Contra-la-vida. Verdad y Error. Todo y Nada. Barcelona C.F. y Real Madrid. Carne y Verdura. Frente a ese simplismo maniqueo, donde algunos se sienten como pez en el agua, donde algunos quisieran embutirnos a todos, queda la esperanza y la lucha por un mundo de personas libres, autónomas, independientes, maduras, sensatas, liberadas de los juicios y los prejuicios ajenos

martes, 3 de abril de 2007

Diálogos celestiales


Estaba Sadam Hussein hablando con Dios y le pregunta: “¿Cómo estará Irak dentro de 10 años?” Dios le contesta: "Estará todo destruido por las bombas enviadas por los Estados Unidos". Sadam se sentó... y lloró.


Estaba Bush hablando con Dios y le pregunta: “¿Cómo estará América dentro de 10 años?” Dios le contesta: "Estará totalmente contaminada por las bombas químicas enviadas por Irán". Bush se sentó... y lloró.

Estaba Mariano Rajoy hablando con Dios y le pregunta: “Dios, ¿cómo estará España dentro de 10 años si soy elegido presidente"? Entonces Dios... se sentó y lloró

Alcanzar la plenitud de uno mismo


Según Aristóteles, cada ser, cada especie tiene su propio "telos", es decir, surge en la naturaleza para hacerse a sí mismo, desarrollar cabalmente todas sus potencialidades. Así, consideramos que una mazorca de maíz, un tomate, un delfín o un caballo van llegando, en circunstancias normales, mientras dura su existencia, a su pleno desarrollo, a su plenitud natural (a su "telos"). Desde esta perspectiva, resultaría ridículo y fuera de lugar declarar que una ballena es "más excelsa" o de "mayor valía" que un pulpo, pues para el pulpo sería una catástrofe aspirar a parecerse o convertirse en ballena, pues su "telos" natural consiste en llegar a ser pulpo (si no se malentiende la expresión, podría decirse "un buen pulpo"). Lo mismo podría decirse, por ejemplo, de la metamorfosis de la mariposa, las mareas, los eclipses, el desarrollo de un niño, la organización de las termitas en sus hormigueros o la pigmentación variable del calamar.

Por consiguiente, el "deber" primordial de cada ser de la naturaleza consiste en desplegar y culminar su "telos"', es decir, en hacerse adecuadamente a sí mismo, no impedir el pleno desarrollo de su ser. Una abeja que tendiese a ser libélula o un ratón que suspirase por volar no llevarían a cabo su "telos" específico y propio, y se convertirían en un auténtico fiasco. En otras palabras, el mayor error que podría darse en la naturaleza consistiría en que alguien se empeñase en desconocer, ignorar o dar la espalda al pleno despliegue naural de su naturaleza, al propio" "telos": cada uno ha de tender a ser él mismo de la forma más acabada posible.

domingo, 1 de abril de 2007

Mientras llueve...


Llueve.... y se mece en la atmósfera una nube cargada de recuerdos, vestidos de ansia, forrados de espinas. Los seres queridos cubren la tierra con su atenta mirada,al son de los latidos de sus corazones. La vida, una vez más, se torna misteriosa, inefable, incolora, profunda, muy profunda. En la lejanía, miles de seres humanos languidecen de hambre y de agonía. Y así, cada minuto de cada hora de cada día de cada semana de cada mes de cada año..... Llueve...