miércoles, 31 de octubre de 2012

EL MILAGRO DE FÁTIMA, POR IÑAKI GABILONDO

BASTA ESCUCHAR UNOS SEGUNDOS. EL MILAGRO ESTÁ SERVIDO.

http://www.ivoox.com/inaki-gabilondo-el-secreto-fatima-audios-mp3_rf_1535082_1.html

Intervención de Sabino Cuadra: La creme de la creme; los capo di capi / ...

Recordando a los que se han ido

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Publicado hoy en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

Días de filas interminables de coches que se dirigen a los cementerios. El ayuntamiento zaragozano, por ejemplo, lleva una semana ultimando preparativos para que el cementerio de Torrero reciba 400.000 visitantes, lo que significa que más de la mitad de su población  se acercará al cementerio.
Hace años, acompañaba a mi madre a “hacer una visita” a su marido, su madre, sus hermanas y otros familiares difuntos. Limpiaba despacio, con mucho esmero, sus lápidas, que adornaba con flores, y musitaba con labios temblorosos y mucho sosiego una oración. Recuerdo cómo subía unos peldaños trabajosamente y hablaba, mientras limpiaba, a mi padre: “Guillermo, mi Guillermo…”, le decía. Aquellos momentos eran inefables, pues en el ambiente brotaba a borbotones todo el amor, el dolor y la devoción que permanece incólume en el corazón de los humanos por sus seres queridos, por mucho que hayan fallecido mucho tiempo antes. Junto a mi madre, miles de personas más volcaban de igual modo su recuerdo y su cariño para con sus  seres queridos fallecidos.
Hoy se conmemora a los muertos, más allá de los teatros y sus Tenorios, del Halloween anglosajón, de los ritos religiosos o de la interminable procesión de coches por las autopistas con gente ahíta de monotonía y deseosa de descanso durante el puente vacacional. Hoy toca hablar de muerte, de muerte buena y de buena muerte. Muchos la temen o le dan la espalda o la esconden en hospitales y en la farragosa burocracia que una compañía aseguradora se encarga de aliviar. La muerte, sin embargo, no es tétrica ni oscura, sino solo el doloroso desgarro final y la ausencia irremplazable de una persona que amamos. Por eso hay que hablar de la muerte sin reparos, para precisamente poder proporcionar a quien se va una buena, tranquila y cálida despedida.
Mi entrañable compañero y hermano, Luis Montes, me facilitó hace unos meses un estudio realizado por el CIS en 2009 sobre la atención médica a los enfermos en la fase final de enfermedades irreversibles. Conmueve leer allí que el 52% de los encuestados había vivido “con mucho sufrimiento” el fallecimiento de personas muy próximas y queridas (el 88%, de familiares directos).
En realidad, no costaría tanto aliviar el sufrimiento del enfermo y el “mucho sufrimiento” de quienes asisten a su muerte, a no ser que nuestros gobernantes pretendan someter también a los muertos a la ley de sus recortes. Sanidad significa ayudar a vivir saludablemente y a morir dignamente, sin discriminación alguna. Por eso la sanidad ha de ser pública, al alcance de todos y de todas por igual. Sin embargo, grandes intereses económicos están empeñados en hacernos caer en las redes de la sanidad privada, de las aseguradoras, dejando abandonados a quienes no pueden costearse la salud y la muerte.
Cioran nos cuenta en Breviario de los vencidos que quería a los que estaban cercados por la muerte, para poder volverse espíritu con ellos. En un poema de Brecht, un obrero pregunta a un médico que achaca su dolor de hombro a la humedad si también la mancha que hay en la pared de su casa proviene de esa misma humedad, para acabar preguntándole si sabe también de dónde proviene la humedad. De igual modo, en estos tiempos de empobrecimiento creciente de la población, el sistema público de salud debería ser, junto con la educación pública y un sistema universal e igualitario de pensiones, las joyas de la corona de un país habitado por ciudadanos y ciudadanas libres, iguales, formados intelectual, profesional y cívicamente, cuyos derechos fundamentales incluyen poder llevar una vida buena y una buena vida, al igual que contar con una muerte buena y digna.
Eso incluye igualmente poder ser atendido en casa en los momentos finales, tal como declara preferir en la citada encuesta del CIS el 45,4% de los encuestados, recibir información completa y precisa sobre su estado de salud (96,6%), tener acceso a la asistencia sanitaria necesaria para una muerte sin dolor ni sufrimiento (96,5%), aunque el tratamiento acelere su muerte (82,6%) sin prolongar la vida de forma artificial cuando no existe esperanza alguna de curación (81,2%).
Asimismo, el 63,3% de la ciudadanía española quiere que la ley autorice al médico a poder poner fin a la vida y los sufrimientos de una persona que lo solicite libremente y el 49,7% cree que la ley debería permitir a los médicos proporcionar los medios necesarios para que el paciente termine con su vida. Incluso, el 42,8% estaría dispuesto a contribuir personalmente a adelantar el final de la vida de un allegado, si bien el 44,2% no lo haría. Ignorar estos hechos y datos es solo un acto de hipocresía social e institucional.
 Maravilloso anhelo el de morir un día rodeado de personas amantes de la tierra. Fecundo deseo el de volver a la tierra para volver a ser tierra como acto definitivo de amor a la tierra.


lunes, 29 de octubre de 2012

Matar al mensajero y cebar al estafador


 

El periodista griego, director de la revista Hot Doc, Kostas Vaxevanis ha sido detenido por publicar la llamada “lista Lagarde”, donde figuran los nombres de 2.059 griegos con cuentas bancarias en Suiza, entre los cuales hay, al parecer, políticos y empresarios de gran relevancia. Dicha lista estaba en poder del Gobierno griego desde el otoño de 2010 (seis meses después del primer rescate a Grecia), pero se esfumó en el limbo de los intereses creados del poder, hasta que una mano anónima la pasó a la revista de Vaxevanis, que decidió cometer el execrable delito periodístico de publicar la información, a pesar de la inextricable amenaza de acabar en tribunales. Anteriormente, Vaxevanis  había destapado el “caso Vatopedi”, en el que también había desvelado la noticia de que unos 40.000 griegos fallecidos seguían percibiendo sus pensiones (un dato más dentro del enorme fraude fiscal heleno, que supone más de un tercio de la economía del país).
La judicatura y la policía se cuidaron muy mucho de detener a algún defraudador griego presente en la lista Lagarde, pues, ya se sabe, no se detiene al delincuente, sino al irresponsable que osa destapar los pufos de los ricos. Como, por otro lado, las leyes no llueven de lo alto, sino que reflejan y salvaguardan los intereses del dinero y delincuente es quien infringe la ley, el delincuente acaba siendo un periodista, Kostas Vaxevanis, que resolvió levantar la esquina de la alfombra donde huelgan los que desde hace tantos años viven a costa del pueblo y debajo de la cual tienen fraudulentamente escondidos sus dineros.
En España no es precisamente para tirar cohetes al respecto: el ingeniero informático y ex empleado de la central suiza del banco HSBC, Hervé Falciani, se encuentra preso en España a la espera de que se resuelva la solicitud de extradición pedida por Suiza. ¿Delito cometido? Revelación de secreto bancario (figura delictiva inexistente en España): descubrir 130.000 cuentas de personas y empresas europeas (entre ellas, Botín e hija) que erigen mediante ellas una enorme montaña de fraude fiscal en detrimento de la economía de sus respectivos países.

Por si fuera poco, en marzo de este mismo año el Gobierno del PP indultaba a un alto cargo de la Generalitat de la época de Jordi Pujol y a un empresario, ambos militantes de Unió Democràtica, por prevaricación y malversación de fondos públicos. Y en noviembre del pasado año, el Gobierno indultaba al número dos del Banco Santander, Alfredo Sáenz , retirando la pena de tres meses de arresto y la inhabilitación para ejercer cargos de administración que le había impuesto el Tribunal Supremo por una causa que se inició en 1994 a raíz de una denuncia falsa en Banesto.  Son solo dos gotas en una compleja cloaca. Seguramente, a la mayoría de los defraudadores y delincuentes fiscales se les llena la boca públicamente de encendidas loas a la patria: adolecen del más vil de los patrioterismos.

En medio de este río revuelto en la medida que permita mayor ganancia de los sempiternos pescadores, nos llegaba de Alemania la noticia a través del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble,  de que su Gobierno ha comprado una lista, facilitada por una persona “anónima” (que percibirá de “comisión” 2,5 millones de euros), con los datos de unos 1.500 evasores fiscales germanos que depositaron fondos en bancos suizos, con lo que el fisco teutón podría ingresar entre 100 y 200 millones de euros. A cambio de otros cinco millones de euros, el Gobierno alemán se había hecho anteriormente con una lista de evasores fiscales alemanes en Liechtenstein, que reportó a las arcas germanas unos 180 millones de euros en pagos de impuestos.   
Moraleja: los trileros pagan unas migajas y se van de rositas, mientras los que desvelan el chanchullo  son detenidos y acaban con sus huesos en la cárcel. El delincuente es el periodista, y no el empresario, el político o el vividor fraudulentos. El país señalado por los señores del libre mercado como un peligro para la libertad y la democracia es acusado de populismo, caudillismo o bolivarismo, pero los países cuyas economías se sustentan sobre el fraude fiscal, el lavado de dinero, y la irresponsabilidad de algunos ciudadanos e instituciones para con sus respectivos países son tenidos como inmaculados ejemplos de democracia y de libertad (primas hermanas, en estos casos, de su hijo preferido: el antedicho “libre mercado” y su omnipotente mano invisible).

 






domingo, 28 de octubre de 2012

¿Qué pasaría si los bancos españoles en problemas no recibieran ayudas y se les dejara caer?

Eduardo Garzón – Consejo Científico de ATTAC España

Desde el estallido de la crisis financiera hemos visto cómo muchas entidades bancarias españolas se han visto en serios problemas y cómo el gobierno ha acudido en su ayuda inyectándoles de una u otra forma dinero público (para ver las diferentes formas de ayuda y su cuantía leer este artículo). Este traspaso directo de dinero perteneciente a todos los ciudadanos a unas entidades privadas atenta claramente contra la justicia social e incluso contra los fundamentos económicos en boga. Sin embargo, el gobierno ha esgrimido continuamente como argumento la necesidad de no dejar caer a las entidades bancarias para evitar así un colapso financiero que terminaría perjudicándonos más a todos. Pero, ¿hasta qué punto es cierto este argumento tan recurrido? Profundicemos en el tema.
Un banco en problemas es un banco que no puede atender los pagos que tiene comprometidos con otros agentes. Si un banco en problemas no es ayudado con dinero público se verá forzado a caer, a ser liquidado, a desaparecer como entidad. Esto significa que el banco tendrá que vender todo aquello que posea y que tenga valor y con el dinero recaudado tendrá que devolver los pagos que tenía comprometidos. Pero claro, si el banco se está liquidando es porque no tiene suficiente dinero para abonar todos los pagos que debe, por lo que después de vender sus propiedades dispondrá de menos dinero del que debe pagar. No podrá pagar a todos aquellos a los que les debe dinero, así que algunos se quedarán sin cobrar.
Por ejemplo, si un banco debe dinero por una cuantía de 1.000 millones de euros y después de vender sus posesiones recauda solo 700 millones de euros, quedarán 300 millones de euros sin poder pagarse y que se consideran pérdidas. Alguien no podrá cobrar; alguien debe hacerse cargo de esas pérdidas.
¿Pero quién se quedará sin cobrar? Pues eso lo decide la ley, que se rige por el siguiente criterio: los últimos en cobrar (los primeros en asumir pérdidas) serán aquellos agentes económicos que más riesgo hayan contraído en sus operaciones con el banco, y cobrarán primero aquellos que menos riesgo hayan asumido. Este criterio es muy lógico, porque cuanto mayor riesgo existe más dinero se puede ganar, pero también perder. Cuando una persona o un fondo invierte en un banco contrayendo un riesgo elevado tiene que ser consciente de que su inversión dependerá del funcionamiento del banco: si al banco le va bien, el inversor ganará mucho dinero; pero si le va mal, perderá mucho dinero.
Así las cosas, en el dibujo siguiente se muestra el orden en el que los agentes deben asumir las pérdidas del banco.
Los primeros en asumir pérdidas (los primeros en no cobrar) serán los accionistas. Las acciones son un elemento de inversión con un riesgo elevado que genera mucha rentabilidad. Puesto que sus propietarios han ganado bastante dinero con este tipo de inversión, se entiende que deben ser los primeros en asumir pérdidas.
Si, por ejemplo, el banco en cuestión ha cuantificado las pérdidas por orden de 300 millones de euros y debe a los accionistas 100 millones de euros, quedarán 200 millones de euros en pérdidas. Alguien más tiene que quedarse sin cobrar. En ese caso se procederá en el orden comentado: los segundos en contraer pérdidas serán los propietarios de los bonos subordinados. Ésta es una inversión de menor riesgo que las acciones, pero todavía con un alto riesgo y alta rentabilidad.
Si después de ello todavía quedasen pérdidas por traspasar, los siguientes serían los poseedores de bonos no garantizados (tipo de inversión con menor riesgo que los bonos subordinados y que las acciones).
En penúltimo lugar se encuentran los depósitos de los clientes. Los propietarios de estos depósitos son los ciudadanos que han depositado en el banco sus ahorros, y por lo tanto no han corrido riesgos ni han ganado mucho dinero con esa actividad, por lo que se entiende que tienen prioridad a la hora de cobrar en caso de liquidación.
Y ya por último el banco tendrá que pagar a los propietarios de los bonos garantizados. Estos bonos son un elemento de inversión muy seguro (con poco riesgo) que genera muy poca rentabilidad. Puesto que sus propietarios no han ganado mucho dinero con este tipo de inversión, se entiende que deben ser los primeros en cobrar (los últimos en asumir pérdidas).
Esta prioridad en el pago ya nos está indicando algo muy importante: si a un banco se le deja caer y es liquidado, los propietarios de los bonos garantizados pueden estar tranquilos porque cobrarán con toda seguridad. Además, y con casi toda seguridad, después de devolver el dinero de los bonos garantizados sobrará dinero para devolver a los depositantes sus ahorros. La única forma de que el banco no pudiese devolver los depósitos a los ahorradores sería si las pérdidas del banco fuesen tan grandes como para que no pudieran ser absorbidas por los accionistas, por los propietarios de bonos subordinados y por los poseedores de bonos no garantizados.
Saber con total seguridad cuántas pérdidas tienen los bancos españoles es muy difícil. Es difícil porque muchos de los activos bancarios tienen los precios inflados en su contabilidad, y la única forma de conocer con exactitud su precio real sería acudiendo al mercado a venderlos. No obstante, se han hecho muchas estimaciones sobre estas cantidades y todas calculan que las pérdidas de los bancos españoles nunca serían tan grandes como para no poder devolver los depósitos en caso de liquidación. La estimación más pesimista calcula que las pérdidas serían de 300.000 millones de euros (la más optimista es la de la Unión Europea: menos de 100.000 millones de euros y por eso el rescate será de esa cuantía), que a pesar de ser una cantidad relevante, puede ser absorbida por los inversores más arriesgados de los bancos (accionistas y poseedores de bonos subordinados y de bonos no garantizados). Según el director de Independent Advisors este tipo de inversores podrían asumir pérdidas de hasta 700.000 millones de euros. Incluso empleando la estimación más pesimista (300.000 euros), habría suficiente margen para que las pérdidas no llegasen a afectar a los depositantes.
En otras palabras, si el gobierno no ayudase con dinero público a los bancos españoles en problemas, éstos tendrían que ser liquidados y tendrían enormes pérdidas. Pero las pérdidas afectarían a los inversores más arriesgados y nunca a los depositantes. Los ciudadanos podrían recuperar sus ahorros aunque el banco no fuese ayudado por el gobierno. Por lo tanto, ni los ahorradores del banco ni el Estado tendrían que sufrir las consecuencias de la mala gestión de los bancos. Los costes los tendrían que asumir los accionistas y otros inversores más arriesgados (lo que es normal y lógico, pues se embarcaron en operaciones arriesgadas y han perdido). Si tenemos en cuenta que estos inversores son fundamentalmente grandes entidades financieras y grandes empresas, veremos todavía con mejores ojos que sean estos agentes los que soporten las pérdidas, puesto que gracias a su tamaño y potencial poseen una gran capacidad para afrontar pérdidas.
Ahora bien, es cierto que en este caso se generaría un efecto dominó que terminaría afectando a más bancos y a más empresas. Esto es así porque aquellas empresas que deberían asumir pérdidas podrían luego no poder cumplir sus compromisos de pago con terceros agentes. Liquidar bancos problemáticos tiene un coste alto, aunque no sea para el Estado o para los ciudadanos. Pero la pregunta clave es: si el coste hay que sufrirlo de todas formas, ¿por qué tienen que padecer todo el coste los ciudadanos corrientes -que nunca se arriesgaron en las operaciones bancarias, que apenas ganaron dinero con ellas, y que además en general no gozan de suficientes recursos para soportarlos- y no padecerlo en absoluto los inversores privados -que se arriesgaron, ganaron dinero con ello, y que además tienen un colchón económico mucho mayor?
La forma en la que se están traspasando las pérdidas de los bancos a los ciudadanos atenta contra la lógica económica y la justicia social; fenómeno que revela la estrecha ligazón entre la élite económica que saldría perdiendo si se liquidasen los bancos y la élite que posee el poder político. No es de extrañar, por lo tanto, que los indignados españoles digan bien claro y bien alto que la respuesta a la crisis sea una enorme estafa.

¿Progreso?


Cómo poner fin al exilio fiscal



Por Salim Lamrani
Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV. Profesor en las Universidades Paris-Sorbonne-Paris IV y Paris-Est Marne-la-Vallée. Periodista, especialista sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos



El deseo del magnate francés Bernard Arnaud de adquirir la nacionalidad belga reaviva el debate sobre el exilio fiscal y el rechazo de los grandes patrimonios a cumplir sus obligaciones tributarias. No obstante, existe una solución simple y eficaz para poner fin a la evasión fiscal legal.

Bernard Arnaud, primera fortuna europea y cuarta fortuna mundial con 40.000 millones de euros, cuyo salario anual se eleva a 10 millones de euros y cuyas inversiones generan cada año 200 millones de euros de ganancias, pidió su naturalización con el fin de conseguir la nacionalidad belga(1). Algunos sospechan que el hombre más rico de Francia quiere escapar de su deber de ciudadano, igual que varias decenas de miles de exilados fiscales que eligieron instalarse en otros países como Suiza, Bélgica, Reino Unido u otros que ofrecen sustanciales ventajas a los más adinerados(2).

Entre 1988 y 2006, el 0,01% de los franceses más ricos, alrededor de 3.500 familias, vieron sus ingresos reales aumentar un 42%. A guisa de comparación, en el mismo periodo, el 90% menos pudiente sólo se benefició de un alza de 4,6% (3). Así, la evasión fiscal legal e ilegal cuesta cada año 50.000 millones de euros al Estado francés. Con semejante suma, se podrían construir 500.000 viviendas sociales a 100.000 euros, o se podrían crear más de 1,5 millones de puestos en educación, salud, servicios sociales o cultura.

En Suiza, en algunos cantones, los residentes extranjeros no pagan impuestos sobre sus ingresos o su patrimonio sino únicamente sobre sus gastos, lo que vuelve muy atractivos esos territorios para los más acaudalados. En este país, donde residen cerca de 2.000 exilados fiscales franceses, las 43 familias más adineradas acumulan una fortuna de 36.500 millones de euros(4).

Para responder a la problemática del exilio fiscal, el argumento dominante en Francia, que defienden el mundo económico, la derecha y una parte del centro-izquierda, consiste en promover una disminución de la tasa tributaria para las categorías más acaudaladas. Así, tras su elección en 2007, el antiguo presidente Nicolas Sarkozy adoptó el escudo fiscal, un dispositivo tributario según el cual no se pueden gravar los ingresos de un contribuyente más de un 50%(5).

No obstante, existe un mecanismo aplicable y eficaz para poner término a la evasión fiscal legal. Actualmente, la imposición está vinculada al lugar de residencia. Así, un exilado fiscal francés que elige vivir más de seis meses al año en Suiza se convierte automáticamente en contribuyente suizo y se beneficia de su legislación ventajosa. Sucede lo mismo para el francés que se instalase en Luxemburgo, Reino Unido o Bélgica.

Para poner fin a este abuso que priva de importantes recursos al Estado francés, y por consiguiente a los ciudadanos, bastaría simplemente con vincular la imposición a la nacionalidad, y no al lugar de residencia, y aplicar una tasación diferencial. Este dispositivo acabaría automáticamente con esta plaga. Así, un contribuyente francés refugiado en Suiza que sólo pagara un 35% de impuestos en su nuevo lugar de residencia, en vez de un 41% en Francia por ejemplo, se vería obligado legalmente a pagar la diferencia al Estado francés, es decir un 6%, lo que haría inútil toda expatriación por razones de orden fiscal.

Esta práctica existe en países como Estados Unidos. Los ciudadanos estadounidenses instalados en el exterior pagan exactamente los mismos impuestos, conseguidos en cualquier parte del mundo, que sus compatriotas que viven en el territorio nacional. Desde un punto de vista técnico, todos los países del mundo entregan cada año al Departamento del Tesoro una lista de los estadounidenses que viven dentro de sus fronteras. Así, el exilio fiscal ya no resultaría posible y la única alternativa para escapar de los impuestos sería la evasión fiscal ilegal.
Para contrarrestar este tipo de delito, el Congreso estadounidense adoptó una ley que permite a toda persona –en particular los empleados de los grandes bancos– que ofrezca información sobre los casos de fraude fiscal conseguir hasta el 30% de las sumas que recupera el Estado. Así, Bradley Birkenfeld, antiguo empleado del banco suizo UBS, obtuvo la suma de 104 millones de dólares por suministrar información, "excepcional a la vez por su tamaño y su alcance”, sobre los delitos de evasión fiscal que cometieron los clientes estadounidenses del Banco. Esta información permitió a los servicios tributarios estadounidenses recuperar la suma de 5.0000 millones de dólares y conseguir la lista de todos los delincuentes que tenían una cuenta en UBS(6).

Francia y las demás naciones, europeas y del mundo, deberían adoptar un modelo tributario que permitiera aplicar la tasación diferencial, vinculando la imposición a la nacionalidad y no al lugar de residencia. Del mismo modo, para luchar contra la evasión fiscal ilegal, que constituye una expoliación caracterizada de la riqueza nacional, los delincuentes de cuello blanco deberían recibir sanciones más severas, a la altura del daño causado. Entonces, los más adinerados tendrán que elegir entre su nacionalidad o su dinero.

[El último libro de Salim se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr - Página Facebook:https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel].

Notas:

(1) Ivan Letessier, «Bernard Arnault, première fortune de France», Le Figaro, 9 de septiembre de 2012.
 (2) France Info«Exilés fiscaux: de quoi parle-t-on?», 13 de marzo de 2012.
 (3) L’Humanité, «C’est la loi qui autorise l’évasion fiscale, elle peut donc aussi l’empêcher», 9 de marzo de 2012.
 (4) Bilan, «Les Français, réfugiés politiques en Suisse?», 14 de diciembre de 2011.
 (5) Le Figaro, «Bouclier fiscal: 750 millions d’euros en 2012», 4 de julio de 2012.
 (6) 20 minutes, «Récompense record de 104 millions de dollars pour le dénonciateur d’UBS», 11 de septiembre de 2012.

sábado, 27 de octubre de 2012

¿Y si la crisis fuera el petróleo?



Margarita Mediavilla Pascual. Socia de Attac Castilla y León.
Grupo de Energía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid 
Publicado en El Norte de Castilla, 12 mayo 2012.

Es, probablemente, demasiado simplista achacar toda la crisis económica al precio del petróleo y no se puede negar que, en estos momentos, los problemas financieros son los más inmediatos. Sin embargo, no deberíamos olvidar que, desde el año 2004 hasta ahora, el precio del petróleo se ha multiplicado por cuatro, y es evidente que esto afecta a todos los sectores de la economía: hunde a las compañías aéreas, inhibe el comercio internacional, encarece el turismo, hace menos atractiva la compra de coches, hunde a agricultores y ganaderos por el precio de los insumos, hace más caros los alimentos...  en definitiva, hace mucho más difícil el crecimiento de todos los sectores que dependen de él, sobre todo en los países que no lo producen.

La verdad es que, con todas las consecuencias que tiene, lo difícil es no caer en la tentación de atribuirle al alto precio del petróleo la responsabilidad de la crisis global. Además, es posible que sus consecuencias  vayan mucho más allá del aumento de  costes y quizá tengan razón los que argumentan que las relaciones entre la energía y la economía son muy estrechas y el petróleo está incluso en la base de la crisis financiera actual.

A principio de los años 70 un geólogo norteamericano llamado Hubbert se preguntaba qué sucedería con la economía mundial si el consumo de energía    empezara a declinar. Esto le preocupaba especialmente porque él había observado que los yacimientos de petróleo siguen una curva de extracción en    forma de campana, de forma que, cuando se ha explotado aproximadamente la mitad, la extracción se hace forzosamente más lenta. Hubbert estimaba que en torno a 2005 se alcanzaría el máximo de extracción de petróleo de todos los pozos, tanto descubiertos como  por descubrir, y ese momento  marcaría el techo de toda la energía.  Su teoría se había visto confirmada en EEUU, que en 1970 había empezado a disminuir su
producción,  como él había previsto 20 años antes.  

Hubbert observaba que hay dos construcciones humanas en constante crecimiento: la de la riqueza  real de los bienes materiales y la del dinero. También observaba que el dinero tiende a crecer en virtud del sistema bancario basado en el préstamo con interés, ya que el interés provoca un constante crecimiento de la masa monetaria. Hubbert pensaba que este crecimiento monetario debía estar respaldado por un crecimiento paralelo de la riqueza física: si el dinero crece y no lo hace la riqueza física, el aumento del dinero se convierte en puramente especulativo, es sólo inflación. Además, la riqueza física está alimentada con
energía en todos sus aspectos, ya que la energía es, por definición, la capacidad de  realizar todo tipo de trabajos.

El consumo de energía y el volumen monetario    han crecido de forma paralela durante décadas ¿Qué pasará el día que la energía no pueda crecer al mismo ritmo que el dinero porque se alcanza el pico  del petróleo?  Hubbert hablaba de se produciría una  “inestabilidad financiera a gran escala”    hasta que se implantase un sistema monetario basado en interés cero y esto permitiera una economía no basada en el crecimiento y la estabilidad entre el mundo físico y el mundo del dinero.

Es hora de ver si las intuiciones de Hubbert  eran correctas, ya que  cada vez es más evidente que estamos viviendo el pico de la producción de petróleo mundial tal y como Hubbert predijo. La propia Agencia Internacional de la Energía ha reconocido oficialmente que el petróleo convencional (es decir, lo que Hubbert consideraba petróleo) alcanzó su máximo deextracción en 2006 y, aunque ahora estamos intentando  cubrir la demanda con  petróleos de muy baja calidad y biocombustibles, se observa que la producción total de todo tipo de líquidos se ha estancado    mientras su precio sube sin parar. Viendo el estancamiento del petróleo y los problemas económicos mundiales actuales, es difícil no preguntarse si la actual crisis no es, simplemente,  esas “inestabilidades financieras a gran escala”  de las que Hubbert
hablaba hace 40 años.

¿Y si realmente no tuviéramos una crisis financiera sino algo mucho más profundo y complejo? ¿Y si estuviéramos viendo que los recursos naturales y la energía, que han sido poco relevantes durante décadas, se vuelven los actores más importantes de la economía? ¿Y si viéramos cómo crecen los países ricos en recursos naturales como los latinoamericanos y decrecemos los países europeos con fuerte demanda pero muy pocos recursos (especialmente desde que los yacimientos de petróleo del Mar del Norte en el año 2000 entraran en un severo declive)? ¿Y si la actual crisis fuera completamente diferente a las anteriores porque estaríamos  viviendo un enorme cambio histórico marcado por el colapso del sistema bancario basado en  la deuda y el crecimiento? ¿Y si estuviéramos viendo que esta globalización tiene serios problemas porque se ha basado en un comercio internacional que requiere mucho petróleo barato? ¿Y si eso que llamamos crisis financiera no fuera nada más que...  el declive del petróleo?

De que se rie (Sr. Ministro)

La probable esquizofrenia del policía antidisturbios



Todos recordamos manifestaciones recientes de policías (nacionales y locales) en las calles de nuestra ciudad donde denunciaban públicamente la política de recortes del Gobierno y exigían el reconocimiento de algunos de sus derechos fundamentales. Es igualmente de justicia recordar la lucha que un numeroso grupo de Guardias Civiles sostuvo desde la AUGC a fin de lograr un estatuto civil y democrático de sus estructuras y sus funciones, lo que costó a más de uno un sinfín de sanciones y sanciones punitivas.
Asimismo, hace unos años tuve el honor de leer en su nombre y ante los medios de comunicación un manifiesto firmado por todos los sindicatos de policía y guardia civil (son legión) donde reivindicaban derechos cívicos, laborales y sociales básicos que cualquier ciudadano demócrata habría apoyado y suscrito.
Son los mismos policías que se enfundan el caso, las coderas, el chaleco y el escudo de los antidisturbios para preservar “el orden” en manifestaciones y concentraciones. Se ha hablado mucho últimamente sobre la proporcionalidad, por ejemplo, de las fuerzas policiales con ocasión de algunas concentraciones del 25S “Rodea el Congreso”, pero sería igualmente conveniente plantear que pasa realmente por las mentes de esos policías al reprimir intereses económicos y sociales que ellos mismos reivindican y al acordonar una zona para defender así la seguridad de unos parlamentarios que en su inmensa mayoría  muestran muy poco interés por escuchar y poner solución a los problemas del pueblo.
Estoy convencido de que una buena parte de la policía corre el riesgo de convertirse en carne de psiquiatra ante tamaña esquizofrenia entre su vida personal y su quehacer corporativo: defienden un supuesto orden de los que consolidan el desorden económico, familiar y social de gran parte de la población ciudadana.  Garantizan la seguridad de quienes han decidido, por ejemplo, la bajada de sus salarios o la no percepción de la extra en diciembre. Pegan –algunos despiadadamente- al pueblo al que pertenecen, desde el falaz argumento de la obediencia debida (para entrar en los Cuerpos respectivos, deberían visionar obligatoriamente la película –clásica y vetusta- Vencedores o vencidos, donde se juzga en Nuremberg a un grupo de jueces nazis que pretenden ampararse en la obediencia debida para justificar atroces crímenes contra la humanidad.
Hace años tuve la fortuna de conocer a Ramón, un policía nacional que rezumaba bondad por los cuatro costados. A veces me viene a la cabeza la pregunta de qué puede estar haciendo Ramón si y cuando le toca operar como antidisturbios. En tal caso, o bien le sangrará el corazón o se habrá hecho objetor y llevará ya tiempo fuera del Cuerpo o visitará dos veces a la semana a un psicoanalista que no cobra mucho y le ayuda a sobrellevar su esquizofrenia.

viernes, 26 de octubre de 2012

La crisis en España e Islandia

Documental sobre paralelismo del proceso político-económico y la crisis en España e Islandia
En mi opinión, hay que verlo; merece la pena

http://www.surgere.org/pelicula.php


ATTACTV Estrategias del neoliberalismo - Susan George


Otro suicidio, otro crimen




Puedo hacerme cargo de los difíciles días previos a su muerte. Muy especialmente, la última noche, solo, rumiando un plan oscuro y sin retorno. Su vida era pura negrura y seguramente sus manos temblaban mientras aseguraba los nudos de la cuerda con que acabaría su vida. No podía pagar la hipoteca y aquella misma mañana iban a desahuciar su vivienda, donde más tarde coincidieron los policías encargados de ejecutar la orden de desahucio con los policías alertados por la persona que halló su cadáver sobre las nueve de la mañana. Ocurrió en Granada, en un país donde hay tres millones de viviendas vacías. “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho”, así empieza la Constitución Española de 1978. Y las carcajadas provenientes de las tripas del Ibex 35 atruenan en el país entero.
La noticia parece un “deja vu”, pues anteriormente un hombre en paro decidió ahorcarse en un parque de Hospitalet de Llobregat tras recibir una semana antes una orden de desahucio del piso vacío de protección oficial que había “okupado” con su mujer y su hija.
Algo parecido había ocurrido en abril de 2012, cuando Dimitris Christoulas, un farmacéutico griego de avanzada edad, se suicidó disparándose un tiro en la cabeza como protesta por su situación personal y la de su país entero provocada por la crisis económica y la brutal deuda externa griega, considerada deuda odiosa o ilegítima.
Hoy, apenas despierto, he notado la misma vergüenza con la que me acosté anoche. Tres muertos, tres suicidios, y centenares de miles de gente depauperada, desahuciada, privada de derechos personales y sociales fundamentales y de los recursos mínimos para ganarse la vida dignamente. También millones de ciudadanos europeos en manos de la desalmada rapiña de los poderes económicos y financieros, verdaderos amos del mundo; un mundo donde 2.800 millones de personas viven con menos de dos euros al día, 1.000 millones no tienen acceso al agua potable y 30.000 seres humanos mueren diariamente por causas relacionadas con la malnutrición.
Las empresas financieras especuladoras, que irresponsablemente causaron este enorme desaguisado español, europeo y mundial, dejan material y literalmente en la calle a quienes no pueden pagar su hipoteca, se quedan sin objetivo alguno con la vivienda vacía, y reciben la ayuda de decenas de miles de millones de euros, que pagamos toda la ciudadanía, para “sanear” sus pufos. Se amparan en la ley, como si la ley no la hubiesen puesto ellos mismos y sus sicarios políticos. Se lavan las manos hipócritamente ante cada drama, cada desgarradura personal y familiar, cada muerte, cada suicidio.
Quieren hacernos creer que la deuda bancaria es pública y es del Estado, que una deuda ilegítima y odiosa puede hacerse convertirse en soberana, para futura desventura de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos.
El día en que las generaciones futuras lean qué pasó en las dos primeras décadas del siglo XXI y la pasividad con que el pueblo fue asumiendo desmán tras desmán como si la cosa no fuera con ellos; el día en que se enteren de que unos seres humanos, asfixiados por la desesperación, decidieron suicidarse por no poder pagar su vivienda, seguramente nos equipararán a todos esos ciudadanos y ciudadanas que vieron tras las rendijas de las persianas de sus casas los crímenes perpetrados en 1934  por el régimen nacionalsocialista en la Noche de los Cuchillos Largos.





jueves, 25 de octubre de 2012

En descargo de Mariló Montero y su teoría de las almas de los órganos transplantados





En efecto, por mucho que se metan con ella, Mariló Montero tiene razón cuando afirmó una mañana en TVE que “no está científicamente demostrado que el alma no se transmita en un transplante de órganos”, al igual que no está científicamente demostrado que la virgen de Fátima no se apareció a unos pastorcillos lusos o que los niños guatemaltecos no son más inteligentes que los niños de la galaxia de Andrómeda, conocida también como NGC 224. Lo que Mariló ignora (no solo desconoce, sino que ignora) que la carga de la prueba no corresponde a la ciencia, sino a quien afirma tamaña boutade.
Ciertamente, la concepción aristotélica de los seres vivos supone que a cada materia configurada de un determinado modo (dromedario, palmera, geranio, ameba, José García de Capadocia, etc.) le corresponde un determinado principio vital (psiché, traducido como “anima” al latín). Por consiguiente, un riñón o un pulmón aislados y dispuestos para su transplante en otro ser vivo dispondrían, según Aristóteles, de su correspondiente psiché o principio vital.
El mismo Tomás de Aquino, doctor por antonomasia de la iglesia católica, dieciséis siglos después, aprovecha la embriología aristotélica, sustentada en su teoría de alma-psiché, para afirmar que un embrión humano solo es humano a los cuatro o cinco meses de vida, siendo anteriormente un  simple vegetal, para desarrollarse después como animal. La cúpula jerárquica católica ha silenciado esta teoría del eximio santo teólogo dominico, pues de lo contrario quedaría abierta de par en par la puerta al aborto hasta los cuatro o cinco meses, sin cometer otro pecado que no fuera equiparable a arrancar una lechuga de la huerta o sacrificar y guisar un pollo de corral.
No hay que descartar que Mariló quizá se haya basado en las teorías frenológicas del criminólogo italiano Ezechia Marco Lombroso que afirmó que un criminal está abocado necesariamente a cometer crímenes, entre otros factores, por una serie de rasgos físicos y biológicos (asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares…).  Incluso otros pseudocientíficos llegaron a afirmar que la mayor o menor disposición de la mujer a la infidelidad es debida a determinadas medidas concretas de su endometrio. Imaginemos, por ejemplo, a un hombre que ha matado a otro decirle al juez que su crimen ha sido inevitable porque el riñón que tiene transplantado era de un asesino; o una mujer que intenta hacerle comprender a su marido al entrar en el tálamo conyugal y descubrir a otro hombre en su cama que es inocente porque la mujer a la que pertenecía el corazón transplantado padecía de furor uterino.
Quizá Mariló estaba pensando en la creencia sagrada de que el alma humana es inmortal y que, tras la muerte, va al cielo o al infierno. Pero en tal caso  habríamos imperdonablemente olvidado que en la entraña misma de esa creencia hay que determinar el paradero concreto de las ánimas del purgatorio. ¿Y si finalmente el purgatorio consistiese en ir de órgano transplantado en  órgano transplantado hasta conseguir la purificación final  al habitar en el cuerpo de una persona santa y cabal?
En resumidas cuentas, gracias a Mariló Montero la investigación científica ha quedado abierta a nuevos interrogantes de indudable interés para toda la humanidad. Gracias, Mariló.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Desobediencia civil. X. Renou. ATTAC TV

ATTACTV El fin de la expansión - Ricardo Almenar


ATTACTV Democracia - Ignacio Ramonet


ATTACTV Ecopesimismo - Pedro Costa


ATTAC TV Militar en los medios. P. Iglesias


El PSOE sigue sin enterarse de nada

 Publicado hoy en El Periódico de Aragón

Mientras la noche del domingo iban cayendo sobre nuestras cabezas los primeros datos de las elecciones gallegas y vascas, con resultados anunciados por las encuestas con bastante anterioridad, quedó patente, más allá de las preferencias políticas de cada uno, que el pueblo, con todos sus condicionamientos sociales, económicos y políticos que se quiera, habló con claridad en Euskadi y Galicia. Quedó asimismo patente, si tenemos en cuenta la abstención habida, que una parte de la  ciudadanía cada vez está más harta e indignada con la clase política actual.
Por otro lado, el domingo pasado se puso de manifiesto una realidad que cada vez parece más habitual y dada por sentada: el PSOE sufre un nuevo batacazo electoral. El declive del Partido Socialista Obrero Español es una mala noticia para el país, pues buena parte del voto captado por el PSOE desde 1977 hasta nuestros días no sabe ya a qué atenerse, parece tan desnortado y desorientado como los actuales dirigentes socialistas, al carecer de un criterio claro y unos objetivos creíbles.
El sistema político español ha creado dolosamente un sistema electoral tendente a consolidar la alternancia en el poder de dos únicos partidos (PP y PSOE), con una sustanciosa ganancia de escaños por parte de dos partidos nacionalistas (PNV y CiU), que en el río revuelto de los intereses partidistas han ido apoyando en su propio beneficio al partido en el gobierno de turno, con un flagrante perjuicio para los llamados “partidos minoritarios”. Este sistema, perverso, está llevando a que el actual hundimiento del PSOE, que ha gobernado durante veintiún años en España, deje al país en manos del entreguismo del PP a los dictados de Bruselas y Berlín, con la correspondiente catarata de recortes laborales y sociales en detrimento del bienestar de la ciudadanía, el retroceso de varias décadas en una serie de derechos fundamentales y el marasmo global del país.
Tras su batacazo electoral en 2011, los socialistas parecen seguir sin haber entendido nada, presos de sus propios intereses creados de partido.  Parecen no ver, oír o decir algo realmente coherente, pues su actual cúpula dirigente está cautiva de su propia modorra: su oposición crítica resultaría poco creíble para la ciudadanía y su presunto plan alternativo sería objeto del escepticismo general.
A la ciudadanía le resulta difícilmente creíble que ahora el partido socialista pueda criticar la pasividad del actual Gobierno respecto del dictado de los mercados, cuando ellos sucumbieron por las mismas razones y en igual medida a los mismos dictados de los mercados. La ciudadanía no comprendería que el PSOE propusiera otra política fiscal con los estratos socio-económicos de población de mayores recursos, cuando durante sus últimos ocho años el Gobierno de ZP apenas hizo nada al respecto; o que pretendiere alinearse ahora con posiciones críticas a la confesionalidad del Estado si durante veintiún años de gobierno el socialismo solo ha ido reforzando la posición privilegiada de la iglesia católica en España.
Tampoco puede enarbolar el estandarte de la paz un partido socialista que ha llevado a España al récord de compra y de venta de armamento, o la bandera de la justicia social cuando  en ocho años de gobierno no ha osado plantear siquiera con la boquita pequeña el establecimiento de un impuesto sobre las transacciones financieras o una banca pública o la justa redistribución de la riqueza y de los recursos del país, o el reparto de tierra a unos jornaleros que, pasado más de un siglo, vuelven a exigir tierra y pan, si no han osado rozar el más minúsculo interés de los grandes propietarios de tierra,  incluidas las propiedades de titularidad pública.
La ciudadanía sigue teniendo clavado en su memoria los indultos a grandes figuras de la banca y defraudadoras del fisco; no ha visto ante los tribunales  a los perpetradores de la burbuja inmobiliaria o de la especulación financiera. La ciudadanía sigue sin conocer un posible plan alternativo creíble del PSOE para salir de la crisis e instaurar una dinámica regeneradora de la economía y de la vida política, pues, de hacerlo, recibirían de inmediato la consabida pregunta: por qué no lo habéis hecho antes en vuestros ocho años de gobierno.
Entretanto, siguen los mismos dirigentes socialistas en España. También en Aragón. Con los mismos discursos. En algunos casos, incluso con su cansino y tedioso andar hacia ninguna parte. Toda su vida viviendo de y desde sus cargos, la política se torna un acto continuo de onanismo partidista. Un sempiterno dirigente socialista aragonés propone como solución volver “a las virtudes éticas” de 1982 y al PSOE como única alternativa contra el neoliberalismo. O sea, el discurso vacío de cualquier mensaje tangible y creíble para la ciudadanía, cada vez más harta e indignada.
Lamentablemente, el socialismo de Pablo Iglesias es al socialismo actual lo que la música de Mozart es a la música compuesta con una zambomba.

martes, 23 de octubre de 2012

Pregunta

Si ahora se cuestiona que la edad consentimiento en una relación en España es de  13 años, ¿por qué no parece haber reparos en que según el derecho canónico de la iglesia católica una chica pueda contraer matrimonio a los 14?

Clase magistral de lógica del ministro del Interior

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España tiene esperanza: el ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, le ha pedido al Papa que "rece por España en las circunstancias actuales". El señor Joseph Ratzinger, alias Benedicto XVI, le respondió con un escueto: “Ya lo hago”, según informaron fuentes diplomáticas españolas. En otras palabras, como todo tiene su explicación, ahora ya podemos entender que España va como va.
Cuenta la prensa que el ministro del Interior había ido a Roma a presidir la delegación oficial española para la canonización de la monja española Carmen Sallés y Barangueras, fundadora de las Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza. De esa señora afirmó Ratzinger en su homilía que "su obra educativa, confiada a la Virgen Inmaculada, sigue dando abundantes frutos entre la juventud a través de la entrega generosa de sus hijas, que como ella se encomiendan al Dios que todo lo puede". O sea, más claro, agua.
 ¿Quién mejor que el ministro del Interior, miembro supernumerario del Opus Dei, para “agradecer al Papa la proclamación de un nuevo santo español”, trasmitirle el saludo de los Reyes de España y del Gobierno y pedirle "que rece por España en las actuales circunstancias"? ¿Cómo hacer realidad con mayor devoción que “ninguna confesión tendrá carácter estatal” (art. 16.3 de la Constitución)?
Por la noche, el ministro del Interior ofreció en la embajada de España ante la Santa Sede una cena de gala en honor de la nueva santa española. Como esa cena va a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, ni que decir tiene que esa cena la pagamos entre todos las ciudadanas y los ciudadanos españoles. En dicha cena, Fernández Díaz impartió una clase magistral de silogística. Veamos:

·      Primera premisa: Citando al obispo de Vic, Josep Torras i Bagés (1846-1916): “Cataluña será cristiana o no será”.
·      Segunda premisa: “España será cristiana o no será”
·      Conclusión: “Cataluña sin España no sería Cataluña y España sin Cataluña no sería España".

Nada tiene, pues, de sorprendente que, en consonancia con esa lógica aplastante (realmente aplasta...), el ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, no dimitiera ni se le cayera la cara de vergüenza.

lunes, 22 de octubre de 2012

Un cambio de rumbo algo cornudo



Leo en la prensa que el batacazo del PSOE en las urnas le fuerza a cambiar de turno, lo cual, de ser cierto, sería una triste y mala noticia, pues confirmaría principalmente que su motivación fundamental seguiría siendo ver en el ciudadano exclusivamente un posible votante capaz de encamarlo otra vez al poder.
Entro a renglón seguido en el sitio web del partido socialista obrero español y me topo con la sección “Nuestras ideas y valores”, cuyos dos primeros párrafos rezan así:
“El Partido Socialista Obrero Español, con más de 130 años de historia, es una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos.
Nuestra razón de ser es la de contribuir a alcanzar una sociedad mejor, detectando los problemas y aportando soluciones, sobre la base de los principios de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social”.
Y entonces, como ya no entiendo nada, me pregunto qué y por qué y para qué han de cambiar algo los aún presuntos socialistas españoles. Si a una pareja le va cada vez peor, siempre les resta no hacerse más daño mutuo, poner tierra de por medio e intentar buscar la esquiva felicidad por algún otro lado.  Al socialismo español le está yendo muy mal desde hace unos cuantos años, pero no parece poner remedio, pues confunde la felicidad que busca buena parte de sus dirigentes por, para y desde el poder de los cargos con la felicidad de esa clase trabajadora y esos hombres y mujeres de los que hablan. Como no saben cómo hacer compatibles ambas felicidades, van eligiendo, de hecho, el camino de la indolencia propia y el olvido de lo ajeno. Van de batacazo electoral en batacazo electoral, como si un partido fuera fin y no medio, como si el ciudadano –asfixiado cada vez más en sus etiquetas de votante y consumidor- fuera idiota.
Recuerdo que allá por 1976 (el franquismo fáctico estaba en sus últimos estertores de animal aplastador de todo y de todos) las empresas de ingeniería nos propusimos hacer la primera huelga general del sector en Madrid. Para ello hicimos una asamblea en plena sede del sindicato vertical, en lo que ahora es sede de la UGT en Avenida de América. De improviso, como un platillo volante, hizo su aparición un muchacho joven, incendiario más que ningún otro, que se identificó como miembro de la UGT (el primer ugetista que veíamos fuera de las páginas de los libros de historia). A los pocos minutos, propuso con encendido verbo la huelga general. Sí, he escrito bien: ¡la huelga general! Los centenares de compañeros que tuvimos las narices de acudir allí, no salimos de nuestro asombro.
Hoy, quizás, por qué no, ese muchacho de la UGT es un destacado miembro del partido socialista que en una reunión del staff socialista en Ferraz recomienda, vistos los resultados electorales de ayer, cambiar de rumbo, demostrando así su proverbial optimismo, pues sus palabras darían a entender que han tenido alguno en los últimos tiempos (nadie puede cambiar de rumbo, si previamente no lo ha tenido).
 Algo así como el “argumento del cornudo” ideado en la escuela postsocrática de Megara: “Tu tienes lo que no has perdido. No has perdido los cuernos, luego tú tienes cuernos” .

domingo, 21 de octubre de 2012

¿Trama china o trama española?

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Nos enteramos de la red del empresario chino Gao Ping era aprovechada  por unos 200 empresarios para lavar dinero en paraísos fiscales. Empresarios que suspiran por flexibilizar y modernizar el mercado laboral, que son tan comprensivos con la política de austeridad del Gobierno de Rajoy entregaban grandes sumas de dinero a la trama china para evadirlas. Empresarios que públicamente han alardeado de ser patriotas hasta la médula. Así, los empresarios obtenían dinero en efectivo de forma rápida y fuera de control, mientras que la familia de Gao recibía a la vez en China una suma similar procedente de las cuentas que los empresarios tienen fuera de España. Forman parte de la descomunal estafa que los ciudadanos españoles estamos padeciendo desde hace muchos años, especialmente desde la eclosión de la crisis económica.
La cosa es sencilla: empresarios españoles que poseen grandes sumas depositadas en países que, de hecho, son un coladero de chanchullos varios como Suiza, Liechtenstein, Panamá, Argentina, Andorra y otros paraísos fiscales y que evadieron enormes fortunas en época de bonanza, necesitan ahora traer de regreso a España parte de esos capitales para pagar a sus proveedores o para ampliar sus negocios. A costa de la economía nacional, a costa de la ciudadanía española.
Por ejemplo, si un empresario necesitaba medio millón de euros en metálico, los chinos se lo entregaban sin problema en el mismo momento en que recibieran un simple pantallazo desde un banco de un paraíso fiscal confirmándoles que desde la cuenta de ese empresario había sido enviada una cantidad similar hasta una cuenta en China controlada por la familia de Gao Ping. Y así, todos contentos: el español, podía disponer de su dinero sin haber pasado ningún control fiscal, mientras que la red asiática tenía más capital para seguir comprando material para alimentar la cadena de producción de sus fábricas textiles, de plástico y calzados.
Entre enero y mayo pasado, el Gobierno estima que hubo una evasión de capitales total en España de 163.000 millones de euros. En otras palabras, no es que la economía española vaya mal, sino que está sometida al saqueo permanente y feroz de una buena aparte de las mayores empresas de España.
Estoy seguro de que esos empresarios son igualmente partidarios de una España Una, Grande y Libre, incapaz de decir esta boca es mía a la hora de regular los mercados, acabar con la economía sumergida y enchironar a todos esos sinvergüenzas que empobrecen a un país a base de inflar sin límite sus cuentas en paraísos fiscales.
Malditos sean esos empresarios y todos y cada uno de los que consienten esta timo y esta rapiña.