viernes, 19 de octubre de 2007

Reflexiones


Nuestra mirada se constituye en el foco central del mundo. La mirada configura, estructura, sitúa en perspectiva al mundo. Imposible ser objetivo o neutro ante el entorno. No somos cámaras fotográficas que simple retratamos la realidad. No somos simples computadoras que procesan lo que nos va sobreviniendo. Necesitamos explicar lo que sucede, lo que nos sucede. Necesitamos interpretarlo. Transformamos el mundo con nuestras manos, con nuestras máquinas, pro también lo transformamos con nuestras ideas, con nuestra mente. Desde que nacemos nos vamos construyendo una visión de la realidad de la vida, que aspira a hacerse cada vez más global. El filósofo Dilthey llama a esta visión global del mundo “Weltanschauung”, cosmovisión. El animal no racional se mueve bien en su entorno inmediato, pues no necesita más para sobrevivir de acuerdo con sus instintos. El animal racional, en cambio, precisa estar en el mundo, no sólo en el entorno. El ser humano, por tanto, es responsable de su propia visión del mundo, pues con ella beneficia o perjudica a sí mismo y a los demás. El ser humano no puede declararse indiferente ante el mundo, pues esa indiferencia misma incluso puede llegar a resultar dañina. De ahí también que el ser humano sea necesariamente ético, pues es responsable de lo que hace y de lo que deja de hacer, también de lo que ha hecho consigo mismo, de si va haciéndose cada día más cabalmente humano, o se va echando a perder a lo largo del tiempo. El ser humano tiene y se atiene a unas normas sociales y morales determinadas . El ser humano es inexorablemente ético. Su ser es ético. Su vida es ética. Esa dimensión ética lo constituye como humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.