lunes, 1 de marzo de 2010

Puede fallar el Parlamento (se intenta solucionar entonces con nuevas elecciones). Puede fallar el ejecutivo (ídem de lienzo). Si falla la judicatura, sin embargo, el Estado queda en trance de marasmo y de hundimiento. Pues bien, el poder judicial (sin haber sido estructuralmente tocado desde el franquismo) se h convertido en un espectáculo de ultramontanismo.

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