domingo, 20 de junio de 2010
Gracias, de nuevo, Saramago
No cesaste de caminar. Te veíamos ir y venir, aparentemente sin rumbo fijo, en realidad dejando huella allí por donde pasabas.
Decías que te dedicabas a levantar piedras que salian a tu paso y a enseñar qué había debajo. Mirábamos. Algunos se irritaban (no hay más que leer las crónicas periodísticas que informan sobre la irritación del Osservatore Romano cuando habla de tu obra y tu vida). He de reconocer que has hecho que mi corazón latiera más y con más emoción cuando he leído tus libros. Te agradezco mucho los momentos de placer que me has regalado, sobre todo que me hayas convertido el mundo a través de muchas de tus páginas en un caleidoscopio que me ha ayudado a configurar la mente y el corazón.
Me siento identificado contigo en algunos detalles: hasta la muerte, has sido marxista; hasta la muerte has sido tú. Gracias por ser, decir, escribir y obrar así.
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Saramago es un ejemplo para todos. Merece todo nuestro agradecimiento.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Gracias, Saramago. Seguiré tus pasos, a pesar de todas mis limitaciones.
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