lunes, 15 de abril de 2013

A raiz de un artículo de JULIÁN BUEY, Secretario regional de CCOO Aragón



Me pregunto dónde estaba el redactor del artículo y el aparato de su sindicato cuando estaban arrojando en la calle, sin techo alguno, a familias enteras con pocos o ningún recurso y con niños (hijos y nietos) a su cargo. ¿Se trata en estos casos también de presión en y a “su entorno familiar y personal? Me pregunto si sus antecesores de la mina de La Camocha se cuestionaban también que sus acciones tenían un “final indeterminado consecuencias muy poco agradables para nadie”. Por otro lado, vuelve a patinar el autor cuando califica irresponsablemente de “vistosos” los escraches, cuando es lo último que piensan unas personas agredidas y amenazadas en sus derechos elementales es en la vistosidad de sus acciones. ¿Su número reducido denota “debilidad” y sus acciones “son sustitutivo de acciones con gran respaldo popular, a la larga más efectivas? Pertenecí a Comisiones Obreras activamente en cuerpo y alma. Lloré la muerte de mis amigos y compañeros asesinados en el despacho laboralista de Atocha. En su nombre, lamento y denuncio la pérdida de identidad y la debilidad (esa sí que es una verdadera debilidad) de Comisiones Obreras en el mundo y en la vida de los ciudadanos y las ciudadanas. Si el autor denuncia la “perversión del sistema” lo mejor que puede hacer es oponerse críticamente al sistema con quienes realmente lo padecen, salir de su despacho, dejar la pancarta principal de las manifestaciones y de paso salir del sistema mismo donde habita, incluidos los consejos de administración de las Cajas a los que han pertenecido algunos de su sindicato y de los que se han beneficiado.
¡Si los mineros de Comisiones Obreras en Laciana levantaran la cabeza…!

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/escrache-ni-en-mi-casa-ni-en-tuya_846499.html#AltaOpinion

3 comentarios:

  1. Lamento comprobar como te sumas al coro de indignados por el artículo que hoy le publican a Julián Buey en El Periódico de Aragón. Mi lectura es bien diferente de la que tu estás haciendo. Desde una posición totalmente crítica con el sistema, desde la solidaridad incuestionable con los afectados, desde el reconocimiento del papel de la PAH, es decir desde la trinchera de los sufridores y no desde la otra, Buey abre una reflexión que compartimos algunos, no se si muchos o pocos, pero comprometidos sin duda con la causa de la justicia social. Meter en el mismo saco a los que “condenan” hipócritamente los escarches y que a los que manifiestan sus dudas o su descuerdo con que se sobrepasen determinadas líneas, sin por eso rebajar nada la crítica de los que realmente lo provocan, es una equivocación. Comprobar el como los supercríticos de la izquierda, que de manera permanente ponen a caer de un burro las decisiones que otros toman (sindicatos, partidos o entidades varias) llevan tan mal la disidencia produce tristeza. Antonio Aramayona, tratar de ridiculizar la labor de un sindicalista, por muy secretario general que sea, reduciendo su trabajo a pancartero, está muy alejado del ejercicio de rigor que admiro en ti en muchos otros temas. Acusarlo de estar fuera de la realidad cuando expresa valientemente lo que otros muchos piensan, SI que denota un cierto alejamiento de la realidad. La valentía de expresar lo que siente y aguantar la cascada de juicios de valor, que no crítica, que se ha desencadenado ya merece un respeto. Sacar a pasear a los abogados de Atocha y a los mineros de la Camocha.. a ¿cuento de que?.
    Y acusarlo de estar en consejos de administraciones… y además beneficiándose de ello, averigua antes de acusar. Libertad de expresión para unos, para otros, callar “prudentemente” lo que se piensa. Es posible que Julián Buey se haya equivocado al no calcular bien la reacción de todos los santones de los múltiples peanas de la pureza izquierdista y sus púlpitos. ¿Es necesario terminar manifestando, por si no quedara clara, mi repulsa por las actuaciones del gobierno y por el desalojo, tremendo, de viviendas? O para ser admitido en el selecto club de los progres tengo además que jurar acuerdo con todas y cada una de las decisiones y movilizaciones que algunos proponen. En su artículo Buey solo plantea un desacuerdo y, con mayor o menor fortuna, lo argumenta. Mere no ser devorado por opinar.

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    1. ¡Qué argumento tan falto de sustancia! Respetemos entonces la "valentía" de Cospedal por "expresar lo que siente", cuando compara los escraches con el nazismo. Ella también ha aguantado una "cascada de juicios de valor" ¿no? ¡Valiente tontería propones!

      Todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión, pero no todas las opiniones son respetables.

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  2. Observo una cierta esquizofrenia en el autor del comentario. A veces parece el autor del artículo. Otras veces, en cambio, solo aparece como esforzado defensor.
    No me voy a molestar más en responder. Buey ha escrito en un medio de comunicación lo que piensa. Y nada más que decir. Que cada palo aguante su vela.
    Como ya le dejé escrito en mi carta de despedida como sindicalista de CCOO, no reconozco ya a Comisiones Obreras ni me reconozco en eso que ahora aún se sigue autodenominando Comisiones Obreras.
    Ah, y fijate qué manía más rara tengo: no me gusta nada de nada la gente que se oculta tras anónimos.

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