Foto de Primo Romero
Esta semana se da en las ciudades españolas la eclosión
de procesiones, cofradías, fanfarrias, tamborradas, y demás parafernalia. Esta
semana resurge con fuerza la España negra, que celebra la sangre, el dolor, el
pecado, la redención, la culpa, los capirotes de los antaño condenados por la
Inquisición, el ruido del pueblo que acompaña el ajusticiamiento.
Foto de Primo Romero
Esta semana una multitud se lanza a la calle a conmemorar
(¿son conscientes de ello?) la crueldad de un padre que condena a la muerte a
su hijo inocente para perdonar las culpas de terceros. Soy padre y cualquier
cosa que hicieran mis hijos quedaría solventada con un beso y el perdón
recíproco envuelto en cariño. Sin embargo, esa multitud se disfraza de vestidos
tremebundos, se tapa el rostro y el cuerpo y se suma al rito del sadismo y el
masoquismo divinos.
En el escudo de Aragón, en uno de sus cuarteles, “sobre
campo de plata, vemos cuatro cabezas de moro, degollados, de sable (color
negro) y encintadas (con diadema colgante) de plata”. Ahora se añade por las
calles un ajusticiado junto a otros dos ajusticiados más, recubiertos de
sangre, latigazos y sufrimientos hasta la muerte. Ferocidad, saña, barbarie.
Los clérigos predican que murió “por nuestros pecados”.
También por los pecados de un niño de unos pocos días o unas pocas semanas al
que bautizan para borrarle el “pecado original”. El timo de la estampita a
golpe de tambor y custodiado por guardias civiles, soldados y policías, que
pagamos todos y todas. El mito de la alienación de lo humano en aras de la
voluntad de un dios vengador, invento de mentes inseguras y perversas..
Mi alcalde, esta semana, en la calle, procesionando
procesiones de muerte. Mis representantes políticos, lo mismo. Delirio del
nacionalcatolicismo. La derecha que sumió a España en una charco infinito de
sangre y dictadura se viste esta semana de manola, de cofrade mayor, de
general, de custodio de los valores eternos de la patria. Por el imperio hacia
dios.
Como contraste, hoy ha sido una mañana gloriosa,
llena de luz y sencillez. Marisol y Pedro, su marido, Begoña, su hija, y cuatro
nietos llenos de cosas bonitas y valiosas, han estado en el portal de la
Consejera aragonesa de Educación. ¡Gracias, Marisol Estamos muy orgullosos y agradecidos
por ti y por todos tus seres queridos.
Gracias a Bach, tenemos joyas musicales como el Coro inicial (“Herr, unser Herrscher”) de
su Pasión según San Juan. Sublime, bello, fuera de cualquier furor sadomaso.
Hasta mañana
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