Genial artículo de J.-J. Millás
El rescate no es un rescate, tralará, al modo en que el copago no es
copago, tralará, ni el aumento de la presión fiscal una putada, tralará.
Por el mar iba la liebre, tralará, por el monte la sardina, tralará, lo
que demuestra que ni la amnistía fiscal es una amnistía fiscal ni el
martes, martes ni el domingo, domingo, tralará. De hecho, el no-rescate
este evoca esos mediodías resplandecientes como boca de lobo, aunque
también nos trae a la memoria aquellos inviernos crudos de la infancia
en los que el frío nos obligaba dormir desnudos y con la ventana
abierta, tralará. Hay momentos de la vida que remiten, por su curiosa
semejanza, a otros. Sacas, por ejemplo, del cesto de la historia los
telediarios de Urdaci, a punto, suponemos, de volver a la televisión
pública, y detrás de ellos aparece el NO-DO, como dos pares de cerezas
enganchados, tralará. Ahora que vamos despacio, tralará, lees una novela
picaresca española, y parece que estás leyendo la biografía del
intachable Dívar. El rescate no es un rescate, entre otras cosas, porque
ya cuatro días antes del mismo, y en sede parlamentaria, Rajoy proclamó
públicamente, sin ambages, que había encontrado un ciruelo cargadito de
manzanas, tralará. Las cosas han dejado de ser lo que son hasta el
extremo de que, lejos de haber recibido España oxígeno de Europa,
signifique lo que signifique Europa, ha sido España, signifique lo que
signifique España, la que le ha administrado los primeros auxilios a
esos muertos de hambre, que todavía no nos han dado las gracias,
tralará. De modo que si usted temía que ese dinero, en lugar de
devolverlo quienes lo reciben, que son los mismos que lo robaron, íbamos
a devolverlo usted y yo, quíteselo también de la cabeza, tralará. Por
el mar iba la liebre, por el monte la sardina, por el monte la sardina,
tralará, por el monte la sardina…
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