miércoles, 5 de marzo de 2008

Un escalón más...


Ayer me comunicaron que me han concedido la jubilación anticipada por “incapacidad absoluta”. Se trata de una fórmula jurídica institucionalizada, pero marca un hito en mi vida. A lo largo de la vida, se suceden unos determinados jalones que son puntos de referencia a cuanto va aconteciendo a su alrededor: escolarización, universidad, profesiones y trabajos, casamiento, muerte de seres queridos, parejas, hijos… La jubilación, la incapacidad absoluta, constituye otro escalón ¿(se desciende o se asciende la escalera?). Toca ahora la fase de la asimilación interior, a fin de que la vida siga siendo fecunda y hermosa. Lo de la “incapacidad” refleja, por un lado, una situación física objetiva, pero, por otro, es insignificante (=no significa nada). Me siento y me sé capaz de todo lo que soy capaz (parece una tautología o una perogrullada, pero no es así), teniendo en cuenta que yo soy yo y mis circunstancias. Hoy me siento también necesitado de explicitar que dentro de todas esas circunstancias están mis seres queridos y mis amigos. Todos vosotros, pues, me ayudáis a ser capaz. Gracias y un abrazo hoy especial.

2 comentarios:

  1. No sólo no eres inválido ni incapaz, sino que eres justamente todo lo contrario.

    ¿Cúando nos llegará el día?
    (Que gran día, qué alegría)
    en el que nadie se asombre
    de encontrarse con un hombre
    de tu arrojo y tu valía.

    Con afecto, Eduardo.

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  2. "Todos vosotros, pues, me ayudáis a ser capaz".
    Gracias, Eduardo, por tu ánimo y tu ayuda.
    Un amigo mío, un día, entre clase y clase, me contó una historia que acababa con la siguiente frase: LOS QUE NO MUEREN SE ENCONTRARÁN CAMINANDO POR EL DESIERTO
    Estamos vivos y siempre seguiremos encontrándonos en el desierto, compartiendo aventuras y cantimploras.
    Un abrazo

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