Fotografía de Primo Romero http://primo.com.es/
Publicado en El Periodico de Aragón
Querido Nacho. Me asusté mucho cuando me dijeron que habías salido
malherido de la brutal agresión de la policía en la calle La Gasca y me alegra que ya estés más recuperado. No
quiero entrar en la cuestión de la conveniencia o inconveniencia de vuestra okupación
de un inmueble, si bien me decías que, de momento, únicamente lo estabais
limpiando y adecentando, pues no quiero que ese árbol dificulte la visión de la
totalidad del bosque. También supe que no os desalojaron del edificio, pues
habíais decidido quedaros fuera, en la calle, sobre la acera. A resultas de lo
allí sucedido, no quiero imaginar lo que podría haber ocurrido dentro, sin
cámaras ni testigos.
Acabaste en el hospital, con múltiples contusiones y heridas, producto de
las patadas. Sé que eres una persona convencida de que el pacifismo es la vía
adecuada en cualquier situación o acción reivindicativa. Más aún, me dijeron
que insististe a tus compañeros para no dar argumentos a vuestros detractores
al utilizar actitudes o actos violentos. Tú mismo me contaste al día siguiente
que, en pleno fragor de aquella mañana, dijiste a los policías que podíais ser
sus hijos o sus hermanos. Yo te creo, Nacho; te conozco y te creo. Sé que dices
la verdad al contar que, mientras un policía te pisaba la cara contra el suelo,
otros te pateaban el cuerpo y otro más te rompió de una patada en los
testículos. Poco pudieron ver los compañeros, fotógrafos, periodistas y
curiosos, pues los policías habían formado un semicírculo para ocultar la
escena, pero tu cara y tu cuerpo delatan el troglodítico proceder de aquellos
policías, y ya no orinas sangre, menos mal, menudo susto tuvimos en el cuerpo
todos, especialmente tus padres.
No soy capaz de adivinar qué pasaba por la cabeza de esos policías que
actuaron con tan extrema violencia contigo. Reciben el nombre de “agentes del
orden”, pero, viendo lo que hicieron, no quiero ese orden para mi país ni para
su gente. Imponen orden, sí, pero solo el que conviene a los que se
autodenominan también “gente de orden”. Son llamados “fuerzas de seguridad”,
pero su violencia puede producir muy poca seguridad a cualquiera. Desconozco
qué les exigen para ser policías, pero ante todo debería inculcárseles que han
de ser ejemplo de civismo para toda la ciudadanía y que el empleo de la violencia
debe ser siempre proporcionado. Precisamente por eso, están de más las patadas
y los insultos a una persona como tú, hasta dejarte inconsciente y tirado como
un guiñapo en la calle, entre la gente que pedía una ambulancia e intentaba reanimarte inútilmente.
No quiero olvidarme del buen trabajo que la policía lleva a cabo en otros
ámbitos y a veces en circunstancias penosas o arriesgadas. Todos se lo
agradecemos y lo valoramos. Pero he visto a la policía en Barcelona, en
Zaragoza, en Grecia, en Siria y en muchos otros lugares de Europa y del mundo,
y en todos los casos hay un mismo común denominador: atacan a los que poco o
nada tienen, a los indignados, a las víctimas del desorden mundial y la crisis
económica, y defienden los intereses de los ricos, de los que engordan su
riqueza con la carroña de quienes van quedando en la cuneta. Me pregunto si
alguna vez esos policías caerán en la cuenta del cometido real que están
desempeñando. Seguramente, muchos de ellos contestarán que se limitan a cumplir
órdenes, ignorando así que la excusa de “yo cumplo órdenes” está en la base de
las fechorías y crímenes de muchos regímenes totalitarios. No he visto policías
deteniendo a un empresario por perpetrar un ERE injusto y criminal, a los
financieros responsables de esta crisis, a los tres ejecutivos de Bankia que
cobrarán 10,1 millones de euros al año, a cuantos consienten que en España haya
más de 1,2 millones de viviendas desocupadas. Estos y otros muchos como ellos
son los verdaderos delincuentes, pero no los detienen,
Me extraña también el silencio de los partidos políticos que se dicen de
izquierdas en Aragón. Dejo al margen al PSOE, en tierra de nada ni de nadie
desde hace ya demasiado tiempo, pero miro a CHA e IU y parecen no haberse
enterado de nada, no enterarse de nada. Me pregunto en qué está quedando eso
que antaño decíamos con orgullo: izquierda. Me pregunto qué entienden y que
pretenden realmente esos grupos políticos con su “oposición constructiva”,
también si han decidido que hechos como los del jueves pasado en la zaragozana
calle La Gasca no les concierne.
Solo me resta pedirte que sigas así y no cambies, que la violencia
institucional no haga vacilar tus convicciones pacifistas, que sigas creyendo
que otro mundo es posible. Gracias por ser mi amigo. Un fuerte abrazo
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