miércoles, 6 de julio de 2011

Carta a un amigo


Fotografía de Primo Romero http://primo.com.es/
Publicado en El Periodico de Aragón
Querido Nacho. Me asusté mucho cuando me dijeron que habías salido malherido de la brutal agresión de la policía en la  calle La Gasca y me alegra que ya estés más recuperado. No quiero entrar en la cuestión de la conveniencia o inconveniencia de vuestra okupación de un inmueble, si bien me decías que, de momento, únicamente lo estabais limpiando y adecentando, pues no quiero que ese árbol dificulte la visión de la totalidad del bosque. También supe que no os desalojaron del edificio, pues habíais decidido quedaros fuera, en la calle, sobre la acera. A resultas de lo allí sucedido, no quiero imaginar lo que podría haber ocurrido dentro, sin cámaras ni testigos.
Acabaste en el hospital, con múltiples contusiones y heridas, producto de las patadas. Sé que eres una persona convencida de que el pacifismo es la vía adecuada en cualquier situación o acción reivindicativa. Más aún, me dijeron que insististe a tus compañeros para no dar argumentos a vuestros detractores al utilizar actitudes o actos violentos. Tú mismo me contaste al día siguiente que, en pleno fragor de aquella mañana, dijiste a los policías que podíais ser sus hijos o sus hermanos. Yo te creo, Nacho; te conozco y te creo. Sé que dices la verdad al contar que, mientras un policía te pisaba la cara contra el suelo, otros te pateaban el cuerpo y otro más te rompió de una patada en los testículos. Poco pudieron ver los compañeros, fotógrafos, periodistas y curiosos, pues los policías habían formado un semicírculo para ocultar la escena, pero tu cara y tu cuerpo delatan el troglodítico proceder de aquellos policías, y ya no orinas sangre, menos mal, menudo susto tuvimos en el cuerpo todos, especialmente tus padres.
No soy capaz de adivinar qué pasaba por la cabeza de esos policías que actuaron con tan extrema violencia contigo. Reciben el nombre de “agentes del orden”, pero, viendo lo que hicieron, no quiero ese orden para mi país ni para su gente. Imponen orden, sí, pero solo el que conviene a los que se autodenominan también “gente de orden”. Son llamados “fuerzas de seguridad”, pero su violencia puede producir muy poca seguridad a cualquiera. Desconozco qué les exigen para ser policías, pero ante todo debería inculcárseles que han de ser ejemplo de civismo para toda la ciudadanía y que el empleo de la violencia debe ser siempre proporcionado. Precisamente por eso, están de más las patadas y los insultos a una persona como tú, hasta dejarte inconsciente y tirado como un guiñapo en la calle, entre la gente que pedía una ambulancia  e intentaba reanimarte inútilmente.
No quiero olvidarme del buen trabajo que la policía lleva a cabo en otros ámbitos y a veces en circunstancias penosas o arriesgadas. Todos se lo agradecemos y lo valoramos. Pero he visto a la policía en Barcelona, en Zaragoza, en Grecia, en Siria y en muchos otros lugares de Europa y del mundo, y en todos los casos hay un mismo común denominador: atacan a los que poco o nada tienen, a los indignados, a las víctimas del desorden mundial y la crisis económica, y defienden los intereses de los ricos, de los que engordan su riqueza con la carroña de quienes van quedando en la cuneta. Me pregunto si alguna vez esos policías caerán en la cuenta del cometido real que están desempeñando. Seguramente, muchos de ellos contestarán que se limitan a cumplir órdenes, ignorando así que la excusa de “yo cumplo órdenes” está en la base de las fechorías y crímenes de muchos regímenes totalitarios. No he visto policías deteniendo a un empresario por perpetrar un ERE injusto y criminal, a los financieros responsables de esta crisis, a los tres ejecutivos de Bankia que cobrarán 10,1 millones de euros al año, a cuantos consienten que en España haya más de 1,2 millones de viviendas desocupadas. Estos y otros muchos como ellos son los verdaderos delincuentes, pero no los detienen,
Me extraña también el silencio de los partidos políticos que se dicen de izquierdas en Aragón. Dejo al margen al PSOE, en tierra de nada ni de nadie desde hace ya demasiado tiempo, pero miro a CHA e IU y parecen no haberse enterado de nada, no enterarse de nada. Me pregunto en qué está quedando eso que antaño decíamos con orgullo: izquierda. Me pregunto qué entienden y que pretenden realmente esos grupos políticos con su “oposición constructiva”, también si han decidido que hechos como los del jueves pasado en la zaragozana calle La Gasca no les concierne.
Solo me resta pedirte que sigas así y no cambies, que la violencia institucional no haga vacilar tus convicciones pacifistas, que sigas creyendo que otro mundo es posible. Gracias por ser mi amigo. Un fuerte abrazo

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