martes, 18 de octubre de 2011

Flores, vírgenes y escasa aconfesionalidad




 Publicado hoy en Izquierda Digital

La Academia General Militar de Zaragoza es una institución pública donde los futuros cuadros de las Fuerzas Armadas adquieren la formación requerida para los cargos y las funciones que les esperan. La Academia General Militar la pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos y es mediante los fondos públicos y los Presupuestos Generales del Estado como se costea los gastos generados por esa institución pública.
Por eso mismo, la presencia oficial de los cadetes de la Academia General Militar en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
La Guardia Civil es “un Instituto Armado de naturaleza militar que forma parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, tal como consta en el web del Ministerio del Interior. La Guardia Civil la pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos y es mediante los fondos públicos y los Presupuestos Generales del Estado como se costea los gastos generados por esa institución pública.
Por eso mismo, la presencia oficial de la Guardia Civil en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
Un ayuntamiento, una alcaldía, una corporación local, una corporación municipal, un gobierno municipal denominan una institución pública del Estado que realiza las funciones de órgano de gobierno o administración local de un municipio.  
Por eso mismo, la presencia oficial de la Corporación Municipal de Zaragoza, encabezada por su alcalde Juan Alberto Belloch, en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
El Cuerpo de Bomberos de Zaragoza tiene una titularidad pública y forma parte de los servicios públicos a cargo del Ayuntamiento zaragozano, institución pública del Estado.
Por eso mismo, la presencia oficial del Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Zaragoza en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
La Jefatura Superior de Policía de Aragón es una institución pública del Estado al servicio de todos los españoles/as.
Por eso mismo, la presencia oficial  de la Jefatura Superior de Policía en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
El Cuerpo de Policía Local (también denominado en algunos municipios Policía Municipal o Guardia Urbana) es un instituto armado, de naturaleza civil con estructura y organización jerarquizada, rigiéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios generales de los Capítulos II y III del Título I y por la sección cuarta del Capítulo IV del Título II de la LO 2/86 de13 de marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con adecuación que exija la dependencia de la administración correspondiente, las disposiciones dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los reglamentos específicos para cada cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes ayuntamientos.
Por eso mismo, la presencia oficial de la Policía Local de la ciudad de Zaragoza en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar en la festividad del Pilar es contraria al principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones.
En un país civil, moderno y democrático debe resultar perfectamente conciliable la libertad religiosa de las distintas confesiones (católica, judía, protestante o musulmana) con un Estado aconfesional y con unas instituciones públicas aconfesionales. La vida pública ciudadana pertenece a todos por igual y debe estar separada de las creencias de los individuos y de los grupos. El Estado aconfesional puede ser el garante del ejercicio pleno de todos los derechos y libertades, precisamente porque deja patente que las instituciones públicas y los espacios públicos están por encima y quedan al margen de cualquier confesión religiosa.
De igual modo, muchas de las fiestas tradicionales son expresión de tradiciones ancestrales y del sentimiento popular, y, como tales, forman parte de la cultura de una sociedad. Precisamente por ello, tienen pleno derecho a manifestarse en fechas determinadas, con tal de que cuenten con los debidos permisos gubernamentales. Sin embargo, lo público: las instituciones públicas, los actos públicos, los representantes públicos…, deben cumplir y hacer cumplir con claridad el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y de sus instituciones.

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