martes, 19 de febrero de 2008

En-simisma-miento


Nada en la vida carece de importancia. Querámoslo o no, en cada situación “nos va la vida”, es decir, estamos implicados en la aventura de vivir, incluso cuando nos lamentamos de estar precisamente “perdiendo el tiempo y la vida”. Por supuesto, “vivir” no tiene aquí un significado eminentemente biológico o vegetativo, sino existencial: en mi vida “me va la vida”, en mi ser “me va ser” de una forma o de otra. Por consiguiente, lamentarnos o lavarnos las manos ante lo que somos -como si nada tuviéramos que ver con nosotros mismos- es una irresponsabilidad: somos el resultado dinámico de nuestra propia libertad, es decir, de lo que hemos decidido llegar a ser, paso a paso, momento a momento. Para bien o para mal, mi ser es mío, y debo decidir qué hago conmigo mismo, incluyendo nada o sumirme en la más delirante alienación.

No tengo forma de desembarazarme de mí mismo. Cada situación, hecho o decisión me enfrenta a mí mismo, me pone en el brete de decidir qué hago con la vida y en la vida. No me puedo tirar al cubo de la basura u ocultarme en el baúl de cualquier desván. Incluso cuando no quiero pensar en ello, cuando intento huir por todos los medios del problema o no “complicarme la vida”, estoy optando por un modo de conducirme en el mundo, por una forma determinada de vivir: concretamente, vivir “fuera de mí”, diluido entre las cosas y los demás, sin identidad propia.

2 comentarios:

  1. “Y entonces el amor se hace agua de río que va acariciando tus dedos mientras pasa...” y al pasar te arrastra, te convierte en su afluente, te lleva hasta el mar y te sumerge, el tiempo se hace nada o infinito y el espacio sin límites, luego afloras de nuevo, te evaporas para ser lluvia una nueva primavera y dejarte caer, que tal vez tú y el sol de mayo procuréis una rama verdecida al viejo olmo hendido por el rayo...

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  2. Eduardo, qué bello es ese poema; qué afortunados sois de quereros tanto y tan bien. Me parece una imagen tan luminosamente diáfana la que describes... ¿Conoces el poema de Lorca dedicado al "Chopo muerto"? Incluso ese chopo se sentirá revivido con tus versos. Por cierto, tienes un estilo muy lorquiano. Enhorabuena. Y un fuerte abrazo

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