miércoles, 19 de agosto de 2009

Acuerdos y consensos en y por la vida


Bien pensado, sería bastante sencillo llegar a acuerdos si se cumplieran unas reglas simples y concretas: por ejemplo, escuchar realmente al interlocutor (y no principalmente preparar la contrarréplica, mientras habla), abrir los ojos y la mente a su mensaje, no anteponer el YO a la posibilidad de quedar "derrotado" (la derrota sumarísima consiste en echar a perder una opotunidad de salir más enriquecido del encuentro. Sin embargo, ese YO puede llegar a ser mastodóntico y un tirano. Un "tienes razón" no significa una derrota, sino un re-conocimiento. Cuanto más inseguro se está de algo (especialmente de uno mismo), menos se está dispuesto a intercambiar incondicionalmente opiniones y puntos de vista. Los dogmatismos no solo provienen de fuera, sino que también pueden estar enquistados en el interior.
En fin, hace tiempo esta indeciso, pero ahora ya no estoy tan seguro...

1 comentario:

  1. ¡Qué razón tienes, Antonio!

    A veces nos perdemos demasiadas ocasiones de aprender de los demás sólo porque nos encanta escucharnos a nosotros mismos y, mientras nos hablan, no hacemos sino pensar en nuestro "próximo discurso".

    Una interesante reflexión que nos convendría tener en cuenta más a menudo.

    Saludos.

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