viernes, 28 de agosto de 2009

Progresa el ser humano


Un niño de unos seis años se ha quedado sorprendido al verme subir al autobús con el auxilio de una rampa automática para silla de ruedas. Durante un buen rato, ha estado preguntando a su madre el porqué de las rampas, las sillas de ruedas y las personas que necesitan de todo ello. La madre ha sido toda ella claridad y delicadeza en las respuestas que iba desgranando a su hijo. El ser humano progresa: ese niño y esa madre lo confirman. Y me he sentido feliz.

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