jueves, 17 de julio de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 297

Sube el calor. Achicharra. A las 12 del mediodía, el Canto a la libertad nos ha salido rayando la perfección. Esta vez Charles ha utilizado un cigarro aún sin encender como batuta y Charo nos recordaba con la potente dulzura de su voz el sublime canto de la Callas. Los demás, un montonazo de gente, hemos hecho de coro con la mejor buena voluntad. Sigue acercándose al portal bastante gente. Una muestra de ello:





Recién desayunado, me llega Mairena y me dice: “¿Sabes cómo comienza mi creador don Antonio su libro que lleva mi nombre?”. “Déjame pensar” –respondo- “… no caigo”. “Te refresco la memoria, Antonio”, ataja rápidamente Mairena. Y entonces, lee:

“La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
  Agamenón:  -Conforme.
  El porquero: -No me convence”

Eso me lleva a mi país, a toda esa gente que parece tener que recuperar su propia identidad oponiéndose a todo lo que se le ponga por delante, a sus propios molinos de viento interpretados como gigantes y monstruos. Necesitamos, en cambio, personas con verdades quizá pequeñitas, pero siempre honestas, honradas, coherentes. La verdad, decían algunos en la Grecia clásica, es un des-ocultamiento, un des-cubrimiento, lo cual implica que hay que quitar el velo, la tapadera a lo que está oculto y cubierto. Nada más seductor que una persona reconocida como verdadera. La gente nada tiene de tonta, y por eso reconoce a quien no la engaña, a quien nada oculta. Hay mentirosos en mi país que poseen los medios de comunicación y proyectan sus intereses y sus miedos en las columnas de opinión, en las tertulias… Pero la gente no tiene un pelo de tonta, y sabe que esas personas mienten y las reconocen como mentirosas.

Te recuerdo, al hilo de tus pensamientos, algunas cosillas más que don Antonio Machado puso en mi boca”, insiste Mairena. “¡Adelante!”, lo animo.

1)             “Lo corriente en el hombre es la tendencia a creer verdadero cuanto le reporta alguna utilidad. Por eso hay tantos hombres capaces de comulgar con ruedas de molino. Os hago esta advertencia pensando en algunos de vosotros que habrán de consagrarse a la política”.

2)             “Sed originales; yo os lo aconsejo; casi me atrevería a ordenároslo. Para ello —claro es— tenéis que renunciar al aplauso de los snobs y de los fanáticos de la novedad, porque ésos creerán siempre haber leído algo de lo que vosotros pensáis, y aun pensarán, además, que vosotros lo habéis leído también, aunque en ediciones profanadas ya por el vulgo, y que, en último término, no lo habéis comprendido tan bien como ellos. A vosotros no os importe pensar lo que habéis leído ochenta veces y oído quinientas, porque no es lo mismo pensar que haber leído”.

3)             “Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte”.

4)             "Por más que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre".


Y a renglón seguido gritó Zaratustra: “¡¡Si los partidos, grupos y organizaciones de izquierda no son capaces de arrancar a algunos de sus propios dirigentes de sus poltronas y despachos, para formar un amplio frente progresista y revolucionario (¡revolución exterior e interior!) habrán perdido su esencia, su razón de ser. En tal caso, será solo la hora del pueblo!!”.

Mairena me entrega en plena calle Alfonso I un billete de avión y aquí estoy volando con Zaratustra y con él hacia Massachusetts. ¿Te vienes?

Hasta mañana
  


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