He recibido esta mañana aviso bancario de
que por orden de la Agencia Estatal de Administración Tributaria se me ha
detraído de mi cuenta la cantidad de 240 euros (200 correspondientes a la
primera multa -octubre 2013-, más 40 por intereses por no pagar).
A llegar a casa, tenía en el buzón un
“aviso de llegada” certificado, del Gobierno de Aragón. Puede ser la
notificación en paralelo del hurto institucional que se ha perpetrado contra mi
bolsillo en concepto de esa misma multa, o bien la notificación de la/las
multas –dos- restantes que se me impusieron el 4 y 5 de junio de 2014. Esta
tarde, venceré mi cansancio, y saldré de dudas acercándome a la Oficina de
Correos correspondiente. Cuando tenga todo en mi poder, escribiré una nota informativa,
donde incluiré mi punto de vista al respecto.
Hoy ha salido publicado otro artículo mío
publicado en The Huffington Post.
Como se desprende del título mismo, Lo
que raramente se dice y se piensa sobre educación, el tema es la
educación. Me produce una excelente sensación de quietud y de deber cumplido
ver mis escritos aceptados y publicados en otros Diarios y Sitios webs. Sería
estupendo que cada artículo fuese acompañado de “me gusta”, “fan”, comentarios,
“compartir”, etc., pues finalmente son estos y otros datos estadísticos
similares los que son tenidos en cuenta. ¿Te animas?
Este es el artículo (cada palabra es un
trocito de mí mismo):
0.
Educación e instrucción no es lo mismo. La instrucción, sin duda necesaria, es
una parte auxiliar al servicio de la educación. A los Ministros de Educación actuales
se les debería llamar solo “Ministros de Instrucción”.
1.
En un centro de enseñanza hay mesas, sillas, aulas, ventanas, paredes,
ordenadores… y alumnado. El mobiliario es un objeto inanimado y el alumnado, al
parecer, también: raramente se le pregunta algo, pues se le supone carente de
criterio, de voz y de voto aun en cuestiones de enorme relevancia que le atañen
directamente.
2.
Un alumno ejemplar es el que calla si no se le pregunta, y también el que
responde con exactitud lo que el profesor pregunta en clase o en el examen. Es
decir, el más obediente. Ni más ni menos, pues, que un ciudadano ejemplar.
3.
Al sistema educativo le interesa principalmente que los engranajes
encajen y la máquina esté en funcionamiento. Al sistema le preocupa sobre todo
que cada pieza esté en su sitio y que cada movimiento se ejecute a la hora
prefijada, sin que nada ni nadie cree problemas.
4. Al sistema educativo, como a cualquier
otro sistema que se precie de serlo, le importa muy poco que la gente piense,
más aún, estima que es mucho mejor que apenas piense o hable. El sistema
educativo forma parte de un sistema global que consideraría una peligrosa
amenaza que las personas piensen por su cuenta y posean un criterio propio para
analizar y encarar el mundo y la vida.
5. Saber, en esencia, es saber pensar, y no simplemente saber cosas o
datos.
6. Pensar es siempre
una acción personal (“personal” no equivale a “individual” o “aislada”), que
emerge desde el interior de y se sumerge dentro de cada uno. Saber no equivale
a memorizar. De hecho, olvidamos casi todo, una vez que hemos hecho y superado
el examen.
7. Se aprende a pensar
o no se aprende nada. Se enseña a pensar o no se enseña nada.
8. Para aprender algo
hay que entenderlo previamente. Para entender algo, hay que atender previamente
a ese algo. No se atiende realmente si no hay interés por ese algo, si no
resulta interesante. Poco o nada es interesante, si no tiene su origen y a la
vez no desemboca en el gusto, en el placer, en el disfrute.
9. El placer de saber
y de aprender puede llegar a ser a veces inseparable amigo del esfuerzo. El
placer de saber puede anhelar a veces lo difícil y lo costoso, en lugar de los
caminos trillados y los horizontes planos.
10. El placer de saber
también se enseña. Si no se enseña el placer de saber y si no se enseña con
placer, la actividad de la enseñanza es un acto baldío, vacío. Si no se aprende
el placer de saber y si no se aprende con placer, la actividad del aprendizaje
es igualmente un acto baldío, vacío.
11. En la cultura
judeocristiana-occidental han tratado de inculcarnos el valor del sacrificio
(asociado con el displacer) hasta los mismos tuétanos. En cambio, no han sido
vistos con buenos ojos los planteamientos que sitúan el principio del placer
(vg. Epicuro o Freud) en el ámbito de las motivaciones humanas básicas.
12. Aristóteles comienza el libro A
de la Metafísica http://www.filosofia.org/cla/ari/azc10051.htm
diciendo: “Todos los seres humanos anhelan conocer por naturaleza”. La
necesidad de saber es para él tan natural como respirar, comer o dormir. Otra
cosa es por meter a unos seres humanos de corta edad en una recinto escolar
concluyan que el saber está encerrado en unos libros de texto y que estos libros no pertenecen al área de las
cosas más ajenas a sus vidas.
13. Según afirma Ortega y Gasset
profusamente en muchas de sus obras, comenzamos a ser propiamente humanos
cuando sentimos la necesidad de saber. Conociendo, no solo conseguimos saber a
qué atenernos con las cosas del mundo, sino también saber a qué atenernos con
nosotros mismos. La vida no es vivible sin la incesante aventura del preguntar
y el hallar, del conocer y el indagar.
¿Es eso lo que se hace en la escuela?
14. La mayor parte del
alumnado se siente a disgusto en la escuela o a causa de la escuela; incluso
también cuando piensa en la escuela. Sin embargo, eso no preocupa, de hecho, a
casi ningún adulto.
15. ¿Por qué muchas de las horas de
clase suelen ser a veces tan mortalmente aburridas?
16. En la escuela se
debe impartir conocimientos científicos y racionales, no creencias.
17. El objetivo
esencial de la escuela es ayudar a cada alumno y alumna, según sus
peculiaridades, a ser una persona libre, responsable, con criterio propio,
solidaria y dotada de los instrumentos profesionales adecuados para ganarse
dignamente la vida según sus deseos, siempre que ponga los medios para ello. De
lo contrario, la escuela apenas sirve para otra cosa que para que el alumnado
suspire por las vacaciones, los puentes y los fines de semana. Ese es el
verdadero fracaso escolar.
17. Así acaba el penúltimo capítulo del
libro de Daniel Pennac Mal de escuela
(Mondadori, 2009):
“-
¡Vamos, dilo!
-
Te digo
que no puedo. Si sueltas esta palabra hablando de instrucción (educación), te
linchan, seguro.
-
….
-
…
-
…. El amor” .
Hasta mañana
No sé como funciona esto, pero tras la sentencia absolutoria pensaba que aunque se recurriera no pasarían el cargo.
ResponderEliminarYa veo que estaba equivocado. Supongo que tras el recurso volverán a absolveros, pero por si acaso renuevo la oferta de ponerlo en un crowfunding con la Plataforma de Alba"somos amalgama". Por supuesto yo pondría el 5% que se queda la plataforma y algo más.
Sigo tus artículos en el nuevo periodico. Pondré me gusta, porque es verdad.
Un saludo. Federico
1.- La multa que se ha cobrado al profesor corresponderá sin duda a las multas "administrativas", no a las del juicio de faltas penal en que fue absuelto y está recurrido por el Fiscal.
ResponderEliminar2.- Y qué ciertas tus palabras, profesor, qué cierto que los profesores que más nos han motivado cuando peques y mayores, los que nos han hecho menos farragosas las materias, que en sí no lo son, han sido aquellos que han abordado la materia desde su reflexión personal y además han conectado con los alumnos, logrando un respeto mutuo que se ofrece y acepta espontáneamente, por el alumno, pero que se agradece en el docente porque alumbra su profesionalidad como tal.
Como vienes a insinuar, no se puede ser ( buen )docente sin ser decente.
Gracias por todo, profesor Aramayona.
No hay derecho Antonio, estamos contigo pero que tre quiten algo de tu sueldo es una injusticia más de este gobierno estatal, corrupto y fascista, Israel, asesinos. Yo soy Palestino. 17 Pekos.
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