domingo, 10 de junio de 2007

Cosas que pasan (algunas arrollan)


No sé cómo se llama. Viajaba en una patera y estaba embarazada de unos tres o cuatro meses. No eligió la fecha de embarque. Simplemente, le tocó el turno y subió, llena de esperanza y de sueños, también de zozobra. Llegaba a Fuerteventura y notó que algo no iba bien. Delante de sus 35 acompañantes de la patera, abortó. Ella ya no dejó de sangrar, por mucho que las otras dos mujeres que iban en la patera (una de ellas de unos 14 años) intentaron ayudarla y animarla. A aquella mujer le dolía todo, pero aún pudo ver entre la neblina de aquella pesadilla cómo arrojaban el feto al mar. La inmigrante, que sufría una hemorragia vaginal cuando fue atendida por los efectivos de Cruz Roja a su llegada al puerto de Gran Tarajal (Fuerteventura), ha sido trasladada primero al centro de salud de la citada localidad y posteriormente al Hospital General de la isla, donde permanece en estado estable. Mientras todo eso estaba sucediendo, Bush y el Papa se saludaban efusivamente en Roma, media España saltaba de alegría porque el Real Madrid estaba muy cerca de conseguir el campeonato de Liga y una anciana estaba muy preocupada al ver sus piernas hinchadas, pues su organismo estaba cada vez más deteriorado.

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