
Hace medio siglo, en junio de 1955, Bertrand Russell y Albert Einstein hicieron público un extraordinario llamamiento a los habitantes del mundo, en el que les pedían que dejaran de lado el furor que les inspiraban muchos temas y se considerasen “meros miembros de una especie biológica que ha tenido una historia extraordinaria, y cuya desaparición ninguno podemos desear”. La alternativa que se le planeaba al mundo era “descarnada, espantosa e ineludible: ¿pondremos fin a la raza humana, o renunciará la humanidad a la guerra?”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.