miércoles, 1 de julio de 2015

Diario de un perroflauta motorizado, 534


1 de julio, miércoles, entrada en vigor de la denominada Ley Mordaza. Pongámonos en lo mejor. Los pararrayos están hechos para recibir rayos. Los lapiceros, no. Pongámonos a partir de hoy en que somos lapiceros. Al parecer, además del articulado material, me han dicho algunos letrados que depende de la interpretación del juez o la jueza de turno. En definitiva, un imponderable. Lo único cierto es que continuaré haciendo y dejando de hacer a partir de hoy lo mismo que he venido haciendo hasta ahora, con Ley o sin Ley Mordaza.




La realidad, sin embargo, ha sido gloriosa. Tras una hora -¡gloriosa!- de soledad en Puerta Cinegia, durante la que he pensado y sentido mucho y bien, han ido llegando coches de la policía local y nacional, aparcados a una decena de metros. He repasado velozmente qué había hecho o dejado de hacer (he cantado cuatro veces a las doce del mediodía –solo, eso sí…- el Canto a la Libertad) finalmente he visto aparecer un grupo de personas de Stop Desahucios, que han acabado a las puertas de un banco cercano. Pasados unos quince minutos, se han acercado hasta Puerta Cinegia. Conozco a much@s de ell@s, buenas personas, generosas y luchadoras, y allí hemos estado hablando, cantando y fotografiándonos. Ha sido una gran alegría y un honor para mí.

A renglón seguido ha llegado Julio, cantautor, músico en la calle, además de una persona peruana culta, buena y de buen corazón. Mañana comeremos juntos.

(Esto se va pareciendo poco a los del palo y las flores que van cantado el Alabaré… ejem…).

Continuemos el camino hacia el mismo horizonte. Junt@s. Sin variar el rumbo. Sin vacilar. Tal como éramos. Continuemos siendo y caminando.



hasta mañana

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