Cuatro españoles —tres chicas y un chico— han desaparecido
en México al sufrir un accidente cuando trataban de cruzar un río en la zona de
Aqismon, en San Luis de Potosí, a bordo de una balsa junto a otros dos compatriotas que lograron alcanzar la
costa a nado. Seguramente, llevaban meses preparando el viaje, ultimando
detalles, deleitándose en esas vacaciones estupendas. Lamentablemente, a cuatro
les llegó la muerte. Lo siento, aunque no los conocía.
Nos pasamos la vida presuponiendo que hemos de morir un día,
pero nuestros planes miran primordialmente al futuro (=eso que pre-suponemos),
pocas veces el presente.
Hay gente que se pasa ahorrado y acumulando dinero hasta su
muerte (“para cuando me llegue la auténtica vejez”), sin que ese dinero se
invierta en disfrutar de la vida ya, en libar la esencia de cada momento. No
podemos, ciertamente, vivir pensando en la muerte, pero tampoco debemos
hipotecar la vida que está en nuestras manos (el ahora, el presente) en aras de
un futuro etéreo, que quizá no llegue nunca, que no podemos calcular, ni
presuponer.
Hay gente que se diluye en la añoranza de lo que fue y en el
anhelo de lo porvenir. Qué pena.
Carpe
diem. Disfruta. Descansa. Sé tú mism@. Ama siempre lo que eres (y eres solo lo
que en este instante vives aquí y ahora).
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