A la hora de celebrar funerales de Estado, el rito católico, la jerarquía y los oficiantes católicos y los discursos católicos marcan la pauta y el sesgo de los funerales oficiales. El 26 y 27 de agosto hemos podido constatarlo con motivo de los funerales de los dos guardias civiles y un traductor, los tres de nacionalidad española, abatidos a tiros en Afganistán. No obstante, no todos los funerales son iguales. Uno está oficiado por el rito católico y nada tiene de funeral de Estado en un país constitucionalmente aconfesional. En otro (casualmente el traductor es musulmán), se distingue netamente la ceremonia pública y oficial de la ceremonia religiosa, que se celebra en el ámbito privado.
Lo más grave no es un funeral de Estado confesional, sino la ausencia de voluntad política por parte de nuestros representantes políticos y de las miembros de las instituciones del Estado para que finalmente sea una realidad la aconfesionalidad del Estado.
A continuación presentamos unos extractos de El País y El Periódico de Aragón, donde quedan descritas ambas ceremonias.
Primero. ¿Funeral de Estado? celebrado en Logroño. Los príncipes de Asturias presidieron la ceremonia, un funeral, que se celebró en Logroño, en la sede del Centro de Adiestramientos Especiales de la Unidad de Acción Rural, a la que pertenecían el capitán José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, muertos a tiros en Afganistán.
Al acto asistieron también el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la de Defensa, Carme Chacón, así como los presidentes de La Rioja, Pedro Sanz, Castilla y León, Juan José Herrera y la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría.
El funeral estuvo orquestado por el arzobispo católico castrense, Juan del Río, quien elogió la "valentía" de los dos guardias civiles, a los que definió como "servidores de nuestra propia seguridad y la del Estado, que buscaron la paz y encontraron la guerra, que lucharon por la libertad y fueron víctimas de los tiranos". El jerarca católico afirmó igualmente que lo ocurrido en Afganistán era “un vil atentado terrorista que enfada a Dios, repugna a la razón, degrada a la humanidad y enfrenta a los pueblos".
Segundo. Ceremonia celebrada en Zaragoza. El Gobierno también ha concedido la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo y la Medalla de Oro de la Guardia Civil a Ataollah Taefik Kalili, de 55 años y vecino de Cuarte de Huerva, también abatido a tiros en Afganistán. Sus restos llegaron a la Base Aérea de Zaragoza, donde fue homenajeado y condecorado a título póstumo por el Ministerio de Defensa y la Guardia Civil en un sencillo y emotivo acto, la bandera de España, que envolvía el féretro del intérprete, fue entregada a su viuda, que recibió el afecto del presidente aragonés, Marcelino Iglesias, el Delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y de los máximos representantes militares de la comunidad. También asistieron la alcaldesa de Zaragoza en funciones, Carmen Dueso, y el alcalde de Cuarte de Huerva, Jesús Pérez. Desde allí, el féretro fue trasladado al tanatorio de Torrero, donde decenas de allegados acogieron y dieron el pésame a la familia de Taefik en el velatorio de una forma más íntima. Posteriormente, los restos mortales del traductor asesinado van a Cuarte, que dirá adiós por última vez a Taefik a la una de la tarde en el auditorio de la localidad zaragozana, donde se ha instalado una capilla ardiente. Se trata de un homenaje especial con el que el Ayuntamiento de Cuarte quiere reconocer la importante labor prestada al servicio del Ejército español como intérprete de farsi, el idioma de Irán y Afganistán.
Posteriormente, en ambiente privado, tendrá lugar una ceremonia espiritual Bahá´í con la que se ayuda a que el alma del ser humano progrese en el mundo espiritual a través de la lectura de textos sagrados y oraciones, que han sido elegidas por la Asamblea Espiritual de Zaragoza porque así lo decidieron sus familiares.
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