Marisol y yo estamos estado saboreando,
recuerdo a recuerdo, la jornada de ayer.
Antes, Juan de Mairena y F. Nietzsche
me han acompañado hasta la orilla del río Ebro, crecido y marrón, al ritmo de
La Consagración de la Primavera. Inefable. Trillones de toneladas de firmeza se
han ido quedando en mi interior. Seguimos y seguiremos.
Estos días tienen todos los colores del
arco iris: Begoña y María están pasando unos días en casa y construyen nuevos
peldaños de su proyecto de trabajo social.
Bastantes personas han estado en el
portal de la Consejera. Javier, Jonatan, María, Marisol, Begoña, Pedro, Juan,
Tamara, Carlos, Víctor, Álex, el perroflauta motorizado…
Mario me envía por Facebook esta bonita melodía
de Ludovico Einaudi. ¡Gracias!
Hasta mañana
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