lunes, 28 de julio de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 305

Me viene de sopetón Eubúlides de Mileto, que ya me estaba esperando en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, y me dice: “si nunca has perdido una cosa, aún la tienes. Y como nunca has perdido los cuernos, entonces, tienes cuernos”. No le contesto, solo me quedo pensando en lo poco que sabe Eubúlides sobre cornamentas humanas.


Se  adentra en mis cavilaciones Bertrand Russell, que tras un escueto saludo me dice, mirándome directamente a los ojos:
La familia, la escuela y los medios de (des)-información. Estos son las tres vías principales de transmisión de la ideología dominante y deseada desde el poder.
Quien tiene el “palo” más grande –el poder familiar, el poder ideológico  y el poder político y sus mecanismos coercitivos- tiene mayores probabilidades de imponer sus definiciones sobre lo que hay que pensar, decir, reprimir  y callar”.
Se despierta entonces en mi mente, sin saber si Bertrand ha terminado de hablar, una frase del lingüista Max Heinrich que leí y apunté hace ya un montón de años: “una lengua es un dialecto con un ejército y una armada”, de lo que fácil es deducir que un dialecto suele ser tenido solo por dialecto por carecer de ejército y de armada.
Esto mismo, continúa Russell, puede aplicarse a los “principios y normas” principales en materia sexual, social, política, cultural, etc. En otras palabras, el poder decide a menudo la valoración moral y el tratamiento social que han de adoptar los hechos, cotidianos o históricos, en una determinada sociedad. Todo parece adentrarse así en una dimensión teledirigida, donde la mirada propia  se torna en centro evaluador, según las pautas ideológicas y de comportamiento que previamente se han ido inculcando”.

Empiezan a meter baza algun@s de los allí presentes: 



- Es decir, los mecanismos conceptuales para el mantenimiento de las “normas sociales” que quiere imponer un determinado sistema político  son en sí mismos productos de la presión social (como toda legitimación ideológica) y rara vez pueden entenderse al margen de las demás actividades de la colectividad, apunta Marisol.
 - Destacan así tres fuentes legitimadores, que acuñan en el centro de las mentes la ideología oficial del poder: la familia, la escuela y los medios de comunicación, explica Charo.
- Esa es también la explicación de que el poder no quiera medios de comunicación independientes y saneados, sino lo más dependientes de las arcas subvencionadoras del poder instituido, en cuyas manos se hallan de facto, afirma el komandante Carlos.
- No obstante, cabe la posibilidad – asegura Palmira- de que personas rebeldes puedan intercambiar simplemente sus universos de legitimación a través del diálogo a escala interpersonal, grupal y asociativo. Las revoluciones sociales están casi siempre precedidas de revoluciones ideológicas, sostenidas, a su vez, por revoluciones interiores de cuantos están dispuestos al cambio social en oposición abierta al poder.

Tras de lo cual, nos ponemos a cantar el Canto a la Libertad, que son las doce en punto y los monaguillos del Pilar están a lo suyo, cantando su Bendita y Alabada. Remata la faena Ella Fitzgerald


A Lora y Nacho les espera una buena vida y una vida buena, lo sé. ¡Gracias, de paso, Jose!


Hasta mañana

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