viernes, 14 de febrero de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 185

Termina la 38ª semana en el portal de la Consejera aragonesa de Educación, Universidad, Cultura y Deporte.
Bego me ha enviado al poco tiempo de estar en el portal de la Consejera una preciosa canción, a modo de carta con todo lo que ella es dentro. Es esta
Precioso día, con Adrián, Víctor, Fausto, Dorina y Noemí (Marga: ¡ya tiene la bufanda!). Sabrosa conversación con Adrián, como todos los viernes.


Hoy, 14 de febrero, las tiendas recuerdan que es San Valentín, el “Día de los enamorados”, dicen. Hoy ante todo es la víspera de que expire el plazo para poder desalojar a las 36 familias, 100 personas, de la Corrala Utopía, en Sevilla. Pero, bueno, entremos en la harina de ese día de san Valentín.
Al parecer, el día de san Valentín o el Día de los Enamorados lo inventaron los anglosajones y su pragmatismo. Se celebra hoy, 14 de febrero, conmemorando a un personaje, de nombre Valentín, del que hablaré luego. Entre las teorías verosímiles de por qué los anglosajones celebran hoy tal evento, más allá de las postales de amor o las rosas, parece ser que en esos países es en estas fechas cuando “se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación” (cfr. Wikipedia).
También los griegos y los romanos rendían culto al dios o la diosa del amor (Eros, Cupido…) y celebraban una fiesta especial año, en la que “se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal”. Pero vino el cristianismo y en su afán de cristianizarlo todo, también se acordó del día del amor y de los enamorados. Para ello (¡alehop!), encontraron al personaje Valentín, san Valentín. Como para esto está Wikipedia, sigo recurriendo a ella para enterarme de qué o quién fue Valentín, san Valentín. Cito literalmente (el subrayado es mío):

“San Valentín era un sacerdote (¿casado o no? ¿sabía algo de amor y enamorados?) que, hacia el siglo III, ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras (en mi opinión, los mejores soldados son los jóvenes que se niegan a estar en cualquier ejército, por objeción o insumisión. ¿Para el cristianismo, con su ofrecer la otra mejilla y amar a los enemigos, no?).
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador (costumbre hace muchos siglos olvidada en la iglesia católica, particularmente la española). Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como san Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a palacio (dato tan inverosímil como literario; ¿desde cuándo llama un emperador a su palacio a un sacerdote de una religión contraria al imperio?). San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo (¿???¿). Aunque en un principio Claudio II mostró interés (¿???¿), el ejército y el gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza (¿???¿).
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín (eso es verosímil, en caso de que sea real la existencia de Valentín: tal hecho estaba penado con cárcel). Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y, en nombre del Señor, le devolvió la vista. (¿es que no puede haber un relato de alguien religioso, santo o no, sin endosarle unos cuantos milagros? ¿Es verosímil que un carcelero-oficial, en lugar de que sus esbirros lo metan en una celda profunda y oscura, se ponga a hablar, chancearse y pedir la curación de su hija ciega? ¿Por qué alguien es tan desalmado que cura a una sola ciega, dejando a oscuras a todos los demás ciegos?).
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia (¡faltaría más!), quienes se convirtieron al cristianismo (¡claro! Por eso los restantes miles de ciegos que había en Roma no se convirtieron al cristianismo: en lugar de ser curados, permanecieron ciegos). De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio (en mi opinión, con ese “débil”, el redactor de Wikipedia puede confundirse con Tiberio Claudio César Augusto Germánico, emperador en el siglo I y protagonista de Yo, Claudio, de Robert Graves)  finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos”.
Creo que huelga cualquier comentario. Para librarme de tanta caspa y tanta manipulación, me purifico ahora con una de las canciones más bellas sobre el amor: Woman, de John Lennon.

Hasta el próximo día.

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