lunes, 4 de noviembre de 2013

Diario de un perroflauta motorizado, 113


Jornada pasada por agua al principio. Después, personas agradables, juntas en el portal de la Consejera. El perroflauta motorizado ha estado tomando alguna cosilla después con Marisol y dos futuros profes de filosofía, Indira y Adrián.

 El perroflauta motorizado no estará físicamente presente en el portal de la Consejera desde mañana, martes, 5 de julio hasta el jueves, día 7, inclusive. Si todo va según lo previsto, volverá a estar allí el viernes, día 8 de noviembre. Estará en Toulouse, donde su primer niet@ abrirá los ojos al mundo y su abuelo podrá estrecharl@  en sus brazos y prometerle emplear todas sus energías en hacer un poco mejor el mundo y mostrarle hasta el acabamiento de su vida que otro mundo es posible.
Hoy quiero ser breve. Aquí te dejo el 5º movimiento de la Sexta Sinfonía de Beethoven (raro es el día que no lo escucho, pues para mí es un icono, además de ayudarme a recuperar diariamente mi equilibrio y mi identidad), para que lo escuches, si quieres,


mientras lees el maravilloso poema de Víctor Hugo “Deseo”, dedicado a es@ niñ@ que está al llegar, a ti y a tod@s quienes tengan a bien leerlo:

DESEO. Víctor Hugo

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen
y que te rodean seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por muy minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez al año
 pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.


Hasta mañana

2 comentarios:

  1. Ese movimiento me acompañó hasta las lágrimas mientras visitaba en Heiligestadt la casa del genio. Dale con su música un abrazo a tu nieto. Salud.

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  2. Cada vez que lo escucho (cada día) me sigue emocionando y siento una maravillosa opresión en el pecho, ¿te lo quieres creer? Por supuesto, daré ese abrazo a mi niet@. Lazarillo le hará sonreir

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