En pleno Paseo de la Independencia, hacia
las 10,30 he recibido una llamada telefónica: me han comunicado que debo
personarme mañana en el Juzgado de Instrucción nº 9 de la Ciudad de la Justicia
(Edificio Fueros de Aragón) para comparecer en juicio de faltas inmediato el 2
o 3 de julio (no lo recuerdo bien, mañana lo veré con seguridad al retirar la
citación) por Desobediencia a la autoridad (imagino que a la policía). Hasta
mañana no podré asegurar plenamente la exactitud de estos datos.
Otro paso, salto cualitativo, para
desalojarme del portal de la vivienda de la Consejera de Educación,
Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat Moré.
Tengo la sensación de que estoy pasando por unos caminos interpretados por el
poder como ilegales y que mi conciencia me traza como indispensables para mi
supervivencia ética como ser humano y como ciudadano. No sé qué pasará, pero
por encima de la ley está la conciencia.
En la Grecia clásica, no son pocos los
pensadores (Aristóteles, por ejemplo y eminentemente) que afirman que las leyes
no pueden contemplar todas las situaciones posibles, pero el ciudadano cuenta
con una virtud de la prudencia o de la sensatez (epiqueya, en griego) capaz de
interpretar y aplicar las leyes (incluso ir en contra de las leyes) en
circunstancias peculiares. Por ello, contravenir en tales casos la literalidad de una ley significa en el fondo
entender y ajustarse al espíritu de la ley. Aristóteles llega a decir que si el
cumplimiento de la ley es justo, mucho más justo aún es conducirse en la vida
mediante la buena aplicación de la epiqueya.
No hay ni hombre ni dios que me mueva de
ese portal por la defensa de la educación pública y laica y por la denuncia de
los recortes perpetrados en educación. Seguiré allí mientras me resten fuerza y
vida. Dice Nietzsche en su Zaratustra:
“¡Si queréis subir a lo alto emplead
vuestras piernas! ¡No dejéis que os
lleven hasta arriba, no os sentéis sobre espaldas y cabezas de otros!”. Con
mis piernas tullidas y mi silla motorizada seguiré subiendo hasta el final, vea
o no vea cumbre.
Un fuerte abrazo, herman@, amig@, compañer@.
Hasta mañana
Tu conciencia es mi conciencia, Antonio.
ResponderEliminarTu conciencia es mi conciencia, Antonio.
ResponderEliminarQuerido Antonio: La ley no es la Justicia, estamos contigo, dí a los jueces que nosotros también hemos estado varios días contigo, y que somos igual que tú. Perdona, ya quisiéramos, ser como tú. que nos tomen nota, que ya nos pidieron vbarias veces la documentación Te queremos 1000 docenas de huevos S
ResponderEliminaralud y Repúblika Laika y Libre. 16 Pekos.
Cuando concretes fecha y hora allí estaremos. Y, además, hago un llamamiento a todos/as las que compartimos la causa, aunque en mi caso sea a Kilómetros de distancia, para que nos concentremos allí, para que los señores jueces sepan que su actuación sobre tu persona causa alarma social. Una gran alarma social. Un abrazo
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