Hoy
planea, muy bajo, sobre mi cabeza la citación al juicio penal del día 3 de
julio. No temo nada, pues nada tengo que perder y sí todo que ganar, pero el
mundo legal y judicial sobrepasa las lindes de mis cotidianas pautas mentales y
mis pautas de acción. Continúan las muestras de apoyo y de solidaridad. ATTAC
ha emitido un Comunicado
sobre la represión política. ¡Gracias!
Esta
noche, entrevista radiofónica en una emisora local. Otro pasito…
La
política en general y la instrucción en particular (a la educación se la
nombra, pero no se la piensa) están regidos por presuntos expertos oficiales.
Ni siquiera por técnicos, que saben al menos por propia experiencia el porqué
de sus medidas y sus decisiones, sino por presuntos expertos, afines a la
ideología oficial, agarrados al clavo ardiendo de las órdenes recibidas y de
unas supuestas líneas operativas adquiridas bajo el principio del ensayo el
error. La teoría le viene primordialmente de fuera al experto, que desvaloriza frecuentemente
las ideas, para subrayar el valor sobre todo de la cataplasma y del recorte. Wert y Serrat son flagrantes ejemplos de ello.
El experto
oficial, llamado también “asesor” del presunto experto en el poder, se acomoda
sin cuestionamientos a los programas partidarios, que a su vez apelarán al
argumento de autoridad para su legitimación. Por eso casi todos los sistemas
dibujan por definición un círculo cerrado, vicioso. Sin embargo, frente a tales
expertos oficiales hay otro tipo de experto no oficial y no institucional: el
intelectual. Por definición, el intelectual es un tipo marginal (no por estar
marginado, sino por estar al margen de o fuera de –incluso en ciertos casos en
contra de- los cauces institucionales de legitimación del sistema).
El
intelectual difícilmente se integra dentro de los cauces teóricos oficiales e
incluso a menudo aparece como la contrapartida del experto oficial a la hora de
definir la realidad, el mundo, la vida, los derechos, las libertades y las
necesidades del mundo educativo, sanitario, cultural, laboral etc. Por eso las
comisiones de “asesores” y “expertos” convocadas por los Gobiernos son un
rebaño de secuaces que concluyen lo que previamente se les ha indicado.
Al
intelectual se le presentan varias opciones: a) teorizar, pero sin salir de su
despacho, su cátedra o sus ruedas de prensa (haberlos, haylos, y no pocos); b)
circunscribirse a una sociedad intelectual al margen de los cauces oficiales e
institucionales, donde desarrollar un aparato teórico de importancia, carente
de intención de ser llevado a la práctica (abunda igualmente esta especie de
intelectuales); b) llevar sus ideas a la vida del pueblo y, si es el caso, optar
e invitar al cambio, a la rebelión: en este caso, emprende la realización de
sus ideas y proyectos para la sociedad dentro
de la sociedad (por ejemplo, Bertrand Russell o José Luis Sampedro).
Hoy ha
estado muy concurrido el portal de la Consejera aragonesa de Educación. Juan ha
concertado una entrevista con nosotr@s para Radio Topo, Arancha y Javier han
traído nuevos aires de arte y de belleza con sus fotos y sus ánimos, Carlos,
Palmira y Sergio siguen en pie de lucha ilusionada desde Podemos, Jonatan ha llegado también al final de la mañana.
y sobre todo
la gran alegría de la mañana ha sido Marisol, viéndola ya recuperada ya animosa.
Hasta mañana
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