En un discurso
hay –larvados- ideas agazapadas que subliminalmente tienden a depositar en
nuestras mentes un mensaje distinto. Hoy y aquí quiero mostrar algo de ello.
Empezaré por un discurso de Rajoy, pero tengo intención de hacer lo mismo con
Sánchez, Iglesias o quien fuere.
El 10 de enero de 2016 Rajoy sostenía que el discurso del Presidente catalán Puigdemont está basado en una “ilegalidad” y advierte de que está vigilante. Analizo la noticia, sacada en el Huffington Post de Agencias, que se limita básicamente a transcribir párrafos enteros de Mariano Rajoy (en negro, la noticia del periódico; en rojo, mis comentarios).
El 10 de enero de 2016 Rajoy sostenía que el discurso del Presidente catalán Puigdemont está basado en una “ilegalidad” y advierte de que está vigilante. Analizo la noticia, sacada en el Huffington Post de Agencias, que se limita básicamente a transcribir párrafos enteros de Mariano Rajoy (en negro, la noticia del periódico; en rojo, mis comentarios).
El
presidente Puigdemont ha dado un discurso basado en una "ilegalidad" (¿cuál? No la
especifica. ¿Razona por qué es ilegal? ¿Reivindicar la independencia de un
territorio es ilegal? ¿Anticonstitucional? “Ilegal” suena a más “delictivo que
“anticonstitucional), su proceso es contrario al sentir de
España (España es una entidad abstracta que no tiene capacidad
alguna para “sentir”. Y Rajoy no posee ningún instrumento para detectar o medir
ese “sentir”. Seguramente, “sentir de España” pretende identificarse con la
gente que comparte las ideas de Mariano), el estado se mantendrá vigilante y
la unidad de los demócratas (con “unidad de los demócratas” pretende
decir indirectamente que quienes no comparten las ideas denominadas
“constitucionalistas” no son demócratas) será la respuesta. Esos han sido
los ejes de la comparecencia del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en la que
ha valorado el discurso del
que va a ser el nuevo presidente de Cataluña, el convergente Carles Puigdemont.
Rajoy ha prometido que cumplirá con su obligación de velar por el cumplimiento
de la ley y de la Constitución (¿en su literalidad, tal como ahora está?
¿Superar la ley y la Constitución con otras leyes y otra Constitución puede ser
legal, constitucional?) ante
el desafío (realmente es una reivindicación, no un desafío) soberanista.
"Tenemos más instrumentos que nunca
para defender nuestra unidad, (¿“nuestra”?= ¿tod@s l@s que no participen
de las fórmulas de Rajoy ya no defienden la unidad u otra tipo de unidad (vg.
federalismo, confederalismo)?), las principales (“principal” = ¿el resto carece de importancia o pertenece a la
marginalidad?) fuerzas políticas estamos de
acuerdo en ello" (¿ello?), ha dicho Rajoy, quien ha explicado que ha dado
instrucciones (instrucciones puede englobar al
ámbito político, jurídico, policial o militar)
para que cualquier actuación que adopte el nuevo Govern que suponga la
vulneración de la Constitución y del ordenamiento jurídico (no es de recibo identificar o meter en el mismo saco la
Constitución y el ordenamiento jurídico; por ejemplo, pertenece al ordenamiento
jurídico la “ley mordaza” o la Ley de Reforma Laboral) tenga la respuesta del Estado de derecho (estado de derecho es la organización política de la vida
social sujeta a procedimientos regulados por ley en el cual los actos del
Estado están limitados estrictamente por un marco jurídico supremo guiados por
el principio de legalidad y el respeto absoluto de los derechos fundamentales.
No hay que olvidar, pues, que o cualquier legalidad se fundamenta en los
derechos fundamentales o puese ser más que discutible).
Rajoy ha confirmado que ha hablado con el
líder socialista, Pedro Sánchez,
y con el de Ciudadanos, Albert Rivera,
que le han dado su respaldo para que vele por que se respete la ley (de
nuevo, una introducción masiva, generalista, anfibológica de “ley”),
y espera hablar con el de Podemos, Pablo Iglesias, con el que
ha intentado hablar y no ha podido, dice (no aclara por
qué no ha podido, cómo lo ha intentado, y que significa “espera hablar”; ¿está
subliminalmente responsabilidad a Iglesias de no hablar? ¿Deja en la mente del
lector un mensaje con caramelo envenenado).
(…)
Aunque esté en funciones, sostiene, sus
cualidades son plenas para actuar ante un presidente basado en una
"ilegalidad" (¿incumple la ley, se convierte en “ilegal”,
porque, por mucho que desde hace meses lo haya intentado -vg. solicitando
democráticamente un referéndum, previsto por la Constitución-, no se ha dado
otra vía que cumplir lo ya escrito, sin la posibilidad de escribir cosas
nuevas?), "sin aval democrático" (¿en qué
consiste tal aval? ¿es democrático pedir una consulta? La alevosa reforma del
artículo 135 de la Constitución tuvo el aval del cumplimiento literal de la legalidad,
pero tal aval fue muy poco democrático)
y que habla de votaciones como la del 9-N que "no existe",
porque jurídicamente fue desactivada (¿si unos fiscales o un tribunal
“desactivan” unas votaciones, dejan de existir? “Batasuna dejó de existir al
ser declarada “ilegal” y fuera de la “Ley de Partidos”?).
"El Estado funciona siempre (una
cosa es que un Estado sea un Estado, y otra muy distinta que funcione; una cosa
es decir que funciona siempre y otra bien distinta decir que funciona bien)
y la democracia tiene siempre la misma validez (la
democracia es poco compatible, por ejemplo, con los cuatro años de mayoría
absoluta del PP con Rajoy, legislando por decreto-ley y recortando a mansalva
los derechos y las libertades de la ciudadanía, ¿tiene un significado unívoco “la
misma validez”?) aunque el Gobierno esté en
funciones", ha dicho Rajoy, quien ha reiterado que el Ejecutivo sigue
contando con los instrumentos que le da la ley y el Estado de derecho y ha
asegurado que no le faltará "ni firmeza ni determinación para seguir
defendiendo la unidad de España" (siempre la manía de dar a entender
subliminalmente que hay que defender la unidad de España solo como ellos
piensan; ¿una federación de Estados previamente soberanos atenta también contra
la unidad de España?).
"Los españoles pueden estar
tranquilos" (¿otra insinuación quizá de que hay motivos de
intranquilidad?), ha subrayado Rajoy, quien ha garantizado
que "ni se abrirá un proceso constituyente" (esto quizá
sí que produce una cierta intranquilidad, pues un demócrata puede desear, admitir
o impulsar un proceso constituyente. Rajoy no tiene derecho alguno a dictaminar
que habrá o no habrá proceso constituyente) ni se
crearán instituciones catalanas al margen de la ley (la creación
de las instituciones catalanes pertenece en buena parte a los catalanes; la
“ley” de la que no se puede quedar “al margen” en estos momentos se ha
convertido en un estrecho corsé; se necesitan nuevas fórmulas, nuevas
instituciones, a través de la negociación y del diálogo).
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