domingo, 1 de mayo de 2011

1º de Mayo

Hoy es 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. La iglesia católica aprovecha la fiesta para beatificar a Karol Józef Wojtyła, conocido también por esos lares como Juan Pablo II. La palabra “beato” significa literalmente feliz  o bienaventurado (del latín beatus), aludiendo a la creencia de que esa persona está ya gozando del paraíso divino de ultratumba. Nada que decir a este respecto, salvo la cita, seguramente de procedencia gnóstica, que se encuentra en uno de sus evangelios: “dejad que los muertos entierren a sus muertos”. 


Sin embargo, hay un hecho más, el enésimo, radicalmente criticable: Los Príncipes de Asturias encabezarán la delegación española formada por una veintena de diputados y autoridades institucionales que acompañará a la "misión oficial" española en dicha beatificación de Wojtyła. 

Concretamente, cinco miembros de las altas instituciones españolas, además de una delegación formada por cerca de una veintena de diputados y autoridades institucionales. Así, en representación del Gobierno de España, acudirán el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui y la embajadora de España ante la Santa Sede, María Jesús Figa. También formará parte de la delegación el vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández Díaz; y la vicepresidenta del Gobierno de Cataluña, Joana Ortega, entre otros. Desde el PP asistirán, entre otros, la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, el ex ministro y el diputado Cristóbal Montoro. Son representantes de todos los españoles, pagados por el dinero público de todos. A título individual pueden hacer lo que deseen, pero no asistir a un acto exclusivamente confesional privado en calidad de sus cargos, incumpliendo así el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado.
Por otro lado, no hay que olvidar que el Día internacional de los Trabajadores, 1º de mayo, proviene de las reivindicaciones y luchas obreras acaecidas a finales del siglo XIX. Entre otras cosas,  los trabajadores exigían la jornada laboral de 8 horas bajo el lema: «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa».  

 El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga para conseguirlo. En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peores que en otras ciudades del país, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. El día 2 la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos. Por la tarde del día siguiente, se  concentraron en la plaza de Haymarket más de 20.000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un número desconocido de obreros. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.
El 21 de junio 1886, se inició un juicio contra 31 trabajadores, que luego quedaron en 8. Las irregularidades en juicio fueron muchas violándose todas las normas procesales de forma y de fondo. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

A finales de mayo de 1886  varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros, medida que fue extendiéndose por otros lugares del mundo.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) Por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, se estableció el Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores como una jornada reivindicativa y de homenaje a los “mártires de Chicago”, si bien fue día festivo en años posteriores.

El 1 de mayo de 1955, fagocitando una vez más toda festividad que se precie, la iglesia católica, por medio de Eugenio Pacelli, conocido como Pío XII, instituye la fiesta de “san José Obrero”, para que, según sus propias palabras, «el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias». Huelgan (nunca mejor dicho) comentarios…

1 comentario:

  1. pues si Antonio, si eso es asi, es verdaderamente vergonzoso. Las sectas han de financiarse con dinero propio, no con el de todos los ciudadanos

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