No me han puesto nada los reyes, menos
mal. La propaganda subliminal del orden establecido deja bien grabado en la
mente de l@s más pequeñ@s que hoy “los Reyes” (no lo presidentes de la
República, no; los Reyes, así, con mayúscula) traen regalos en la “noche
mágica” por antonomasia, pasados ya los días del consumo a discreción. Los
magos, los portadores de magia son “los reyes magos”. Aún recuerdo mi sorpresa
cuando, al visitar la catedral de Colonia (Alemania) me topé con ¡la tumba o el
relicario de los reyes magos! Malo es que haya habido alguien con la maquiavélica
mente de afirmar que un montón de huesos reunidos en el medioevo pertenecen a
los “reyes magos” (los armenios creen que fueron doce: ¿Los doce signos del
zodíaco?; los católicos romanos creen que tres: ¿los tres continentes conocidos
por entonces: Europa, África y Asía?). Peor aún es que sigan venerados esos
huesos en 2015 en una catedral católica.
La
cosa es que la monarquía tiene subliminalmente las de ganar: nos hace niños,
nos vuelve a transformar en súbditos, no tenemos nada que opinar o que elegir,
el rey mago, Baltasar, Melchor o Felipe, lo llevan en su sangre (azul, como el
fondo de las gaviotas del PP), que nada tiene de plebeya, roja, comunista.
¡Viva Cristo Rey! o El Reino de Dios. Siempre monarquía, siempre.
En una mañana tan fría como era de
esperar unas cuantas personas que no hemos recibido regalos de rey alguno
(¡menos mal!) hemos acudido al portal de la Consejera de Educación del Gobierno
de Aragón.
Día festivo, sí, pero allí hemos acudido,
cada un@ con sus propias motivaciones. Personalmente, lo dejé ya claro ayer:
reivindicando la escuela pública y laica, denunciando los recortes, en homenaje
a Marisol Ibáñez y también porque rechazo que haya días festivos de corte
confesional para toda la ciudadanía.
Hemos estado en el portal de 11 a 12 horas, hemos cantado el Canto a la
Libertad y después nos hemos ido a tomar un vermú al que que no se ha dignado invitarnos
ningún rey y ningún mago.
Antes, se nos acerca un hombre nórdico
que saluda en farfalloso castellano: “Hola,
soy Ólafur, va por tod@s vosotr@s, y especialmente por vuestra compañera
Marisol, que hoy cumple años”, y se pone a cantar:
Hasta mañana
Un fuerte abrazo para Marisol por su cumple y su persona,
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