Diario de un perroflauta motorizado, 432

Tsipras y Syriza toman sus primeras decisiones económicas y políticas a la velocidad del rayo, en 48 horas. ¡Qué envidia (mal)sana! ¡Cuánta añoranza de los tiempos que están por llegar! (¿Llegarán? ¿Realmente llegarán?).

Desde el portal de la Consejera aragonesa de Educación voy madurando análisis y decisiones políticas personales:

a) mi estómago político no podrá aguantar el panorama de diferentes fuerzas políticas desperdigadas al albur de sus respectivas cúpulas;

b) en consecuencia, votaré en las elecciones municipales y autonómicas (igualmente en las generales) si y solo si hay un “Frente Popular” (¿o se prefiere el nombre traducido de Syriza: Coalición de Izquierda Radical)?) que aglutine a todas las fuerzas políticas progresistas;

c) entretanto, mi identidad política primordial es ser un perroflauta motorizado cada mañana del año en el portal de una Consejera de Educación donde caben tod@s y tod@s los militantes de todas las fuerzas políticas que tengan a bien estar allí por la escuela pública y laica.

Mañana, festivo en la ciudad. Vacaciones. No habrá portal hasta el viernes. Inma estaba allí, en el portal, ya cuando he llegado. Much@s escolares estaban reunidos en la Plaza del Pilar para celebrar el Día de la Paz. Delicioso responder a l@s alumn@s de los colegios públicos que pasaban por allí, cada un@ portando una banderita en forma de paloma. Mila nos ha prometido que el viernes trae pastas y moscatel. Mañana, descanso.

Anecdotario de la semana:

1.                    Nos han confundido con repartidores del 20 Minutos, añadiendo  que si le guardábamos un ejemplar nos daría “una propinica”.

2.                    El perroflauta motorizado lleva dos cartas enviadas por correo postal a su nombre con la dirección c/ Alfonso I, nº 26, bajo.

3.                    Desde mis últimos Diarios del perroflauta viene menos gente otrora habitual en el portal (¿Qué te parece, Jorge?).

Hace unos días, Antonio y Ana compartieron conmigo un delicioso marmitako y me dijeron que Talking Heads aseguraban el cielo. A ver si es verdad

Hasta el viernes