Diario de un perroflauta motorizado, 596

              Mañana espléndida de tiempo meteorológico y de tiempo existencial. Teresa ha tenido la deferencia de traer una guitarra para Marisol, que el profeflauta motorizado ha afinado un poquillo. Toda la plana mayor del PP aragonés y zaragozano han entrado en la sede del PP mirándonos de reojo al pasar.

Hoy quiero contar una historia preciosa, aunque algo triste. Cuentan que Joseph Jefferson Jackson, apodado "Shoeless Joe" (Descalzo Joe), fue un famoso jugador de béisbol estadounidense a principios del siglo XX. Pasó una vida difícil de pobreza en el sureste, nacido en una familia pobre de un pequeño pueblo, donde no tuvo acceso a la educación, permaneciendo analfabeto hasta su madurez. El apodo (Descalzo) proviene de que sus pies se llenaban de ampollas al ir con zapatos y tacos, por lo que siempre prefería jugar descalzo. Ocho jugadores del equipo donde jugaba y triunfaba Joe, fueron acusados de vender algunos partidos. En septiembre de 1920  fue juzgado por ello y Joe Jackson admitió haber participado en el arreglo de partidos y haber aceptado 5.000 dólares como pago parcial por su cooperación (suma que después alegó haber tratado de devolver en dos oportunidades). De igual forma admitió haberse quejado a los demás jugadores compinchados de no haber recibido aún su parte completa.

Se cuenta que el segundo día del juicio un grupo de niños aficionados, que admiraban enormemente a Joe Jackson,  le preguntaron a la salida a gritos si era verdad que había vendido los encuentros, pidiéndole que dijera que eso no había sido así (¡Di que no es así, Joe!, "Say it ain't so, Joe!"), grito que Murray Head hizo famoso al convertirlo en exitosa canción.

Llevamos ya bastante tiempo lanzando el mismo grito en nuestro país, cada vez que nos enteramos de un nuevo escándalo, de otro desmoronamiento más de lo que creíamos todavía limpio y digno. Por eso esta canción sigue teniendo plena vigencia.

Escucha Say It Ain't So Joe, de Murray Head

Hasta mañana