Me llega a las inmediaciones del portal
de la sede del PP en Aragón alguien muy parecido a Óscar Wilde, me pide un
cartel y, mientras se coloca a mi vera, me dice: “Los solteros deberían pagar más impuestos; no
es justo que algunos hombres sean más felices que otros”. “Díselo a Rajoy o
Rivera, que lo pongan en su programa”, contesto. Otro hombre, que
porta un violín en su mano derecha, tercia en la conversación sin mediar saludo: “Estoy enamorado de
la misma mujer desde hace 40 años... si mi esposa se entera me mata”,
comenta. “¿Y cómo
se llama usted?”, pregunto. “Henny Youngman,
para servir a mi yo y a usted”, responde. Llegan Beatriz, después
Marisol, y ellos se callan ya durante toda la mañana.
Es sorprendente cómo puede variar tanto
la temperatura en la Gran Vía según la fuerza mayor o menor del cierzo. Esta
mañana Marisol, Beatriz y yo hemos pasado ratos cercanos al frío intenso. Nos
quedamos sorprendid@s a veces de algunos viandantes que se detienen a comentar
algo. En ocasiones, incluso estupefactos y/o entristecidos. De tanto hablar,
mirar y comentar nos hemos olvidado de hacernos alguna fotografía. Me queda
esta de ayer:
Sade nos deleita hoy con Fear
Hasta mañana
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