Ryanair ofrece vuelos por 12 euros para visitar el ya tristemente famoso
eccehomo de Borja. El papanatismo se ha visto elevado así a los cielos entre
los nimbos de un triunfo sin apenas precedentes: una señora del pueblo obtiene
el permiso del párroco para restaurar un eccehomo del siglo XIX, se va de viaje
a medio ultimar la chapuza artística, alguien señala que eso es un bodrio muy
interesante, y miles de papanatas más se quedan mirando el dedo del desocupado
mental de al lado y viajan hasta
allí para hacerse una foto con el eccehomo devotamente emplastado, vitorean a
la presunta pintora y piden que el cuadro se quede como está o que lo restauren
respetando tanto el original como el emplaste.
Entretanto, nadie habla de lo único que debería importar: el patrimonio
artístico del pueblo, masivamente en manos de la iglesia católica, no parece
tener el mínimo cuidado exigido para su conservación y mantenimiento. De hecho,
no tiene explicación que la iglesia católica reciba anualmente 300 millones de
euros de la CCAA y la Administración central para el sostenimiento, reforma y
conservación de su ingente patrimonio artístico e inmobiliario (280 museos, 103
catedrales o colegiatas con cabildo y casi mil monasterios).
El patrimonio eclesiástico es del pueblo y debe ser devuelto al pueblo,
que lo pagó, construyó y mantuvo hasta nuestros días, mientras que la anécdota
del eccehomo de Borja es una pantagruélico mezcolanza de frikis, devotos, escapularios,
nacionalismos baratos y defensores
a ultranza de la propia localidad.
El pueblo de Borja puede regalar cuantos caballetes, lienzos, pinceles y
pinturas tenga a bien donar a la anciana pintora. Sería conveniente que a la
vez reclamase con el mismo celo el cuidado real de su propio patrimonio
artístico, que la iglesia católica debería finalmente reconocer como propiedad
de la ciudadanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo deseas, puedes hacer el comentario que consideres oportuno.