lunes, 7 de abril de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 221

Comienza la 46ª semana en el portal de la vivienda de la Consejera aragonesa de Educación, Universidad, Cultura y Deporte. El buen tiempo parece haberse asentado en la ciudad. ¿Dónde han quedado los días de un frío congelante en la calle Alfonso? ¿Dónde tantas vivencias, encuentros, personas, alientos y desalientos? Panta rei, decía Heráclito cada vez que se bañaba en el mismo río distinto, todo fluye, el mundo y la vida son devenir. Somos devenir. Caminamos ya sobre el 11º mes allí, cada mañana, de lunes a viernes. Hemos decidido escribir allí y así un año de vida.
Hoy Marisol y el perroflauta motorizado han estado con Cristina y con muchachas jóvenes y maravillosamente alegres del Instituto público de Motsoriu (en la falda del Montseny, cerca de Sant Celoni)


Aristóteles, en cierto modo, y sobre todo los empiristas británicos del siglo XVIII ya decían que nuestra mente, todo nuestro yo, es como una página en blanco, donde tantos y tantas escribirán, donde yo mismo iré modelando mi propia biografía. (Sí, sí, la palabra es exacta: “biografía” = escribir la vida desde la vida misma).
“¿Has escrito algo? ¿Tienes escrito algo?”, pregunta alguno, pensando en novelas, poemas, cuentos o vete a saber qué. Y la respuesta es pronta y rápida: no paro de escribir, escribo cada minuto de cada hora de cada día de mi vida. Me escribo, me escriben, escribo en la vida de los demás… Algunos trazos son leves y apenas les prestamos atención; otros, en cambio, troquelan lo más hondo del alma de una persona. Un buen ejercicio para la salud anímica de uno mismo es repasar con serenidad y cariño las páginas que llevamos escritas de nuestra autobiografía. Y también aprender a querernos y comprendernos mejor en esa lectura de uno mismo, pues de este modo querremos y comprenderemos más y mejor también a los demás. Eso procuramos ser y hacer en ese portal…
En realidad, no somos exactamente una página en blanco al nacer, pues nuestros genes, nuestro entorno familiar y social, ya nos están escribiendo en el vientre mismo de nuestra madre. Sí, somos protagonistas de la vida que nos ha tocado vivir, cuyo guión o rumbo podemos modificar, al menos en parte. Somos, pues, responsables de lo que hacemos con nosotros mismos, de lo que resolvemos escribir y no escribir en esa autobiografía (ese “no escribir” es a veces tan o más importante que lo materialmente escrito). Deberíamos cuidar también no torcer la escritura deseada por otra persona que está en contacto con nosotros. Incluso hay ocasiones que una retirada en clave positiva puede ayudar a otra persona a escribir alguna página de su autobiografía de la que puede sentirse tranquila, orgullosa o simplemente en paz.
46 semanas, 10 meses y pico… ¡Bien!
Pedro y Begoña, nieto e hija de Marisol, han confeccionado esta bonita imagen de Marisol y el perroflauta motorizado. ¡Gracias!

El Concierto de Brandemburgo nº 3 de J.S. Bach plasma de manera maravillosa la fluencia de la vida.

Hasta mañana

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