martes, 14 de octubre de 2014

Diario de un perroflauta motorizado, 359

          Se acabaron las Fiestas del Pilar. Se acabó la marabunta de gente curioseando entre mil puestos de artesanía y baratijas de la gente nómada y pobre. Ayer presencié en pleno centro de Zaragoza la incautación de todo lo que tenían dos personas (italiana y sudamericano) sin contar con el permiso (previo pago del impuesto) del Ayuntamiento. Cuatro policías locales uniformados, Tres policías de paisano. Una furgoneta repleta de mercancía requisada (vete a saber qué harán con todo ello). Yo iba con gente muy joven a mi cargo, hijos de unos amigos y no pude meterme en el fregado (seguramente me hubieren identificado, sancionado  y quizá llevado a comisaría), para no dejarlos solos en la calle. Me acerqué a la pareja una vez que se fueron los esbirros de la policía (dicen que hacen huelga de celo; ¿por qué no se quedarán en sus casas para dejar de aturdir a gente sencilla y quitarles el medio con el que ganarse la vida?). 400 euros de multa. Ni en el mejor de sus sueños, aquella pareja podría imaginar ganar 400 euros vendiendo sus cosillas de artesanía. No solo no ganan, sino que les multan con 400 euros. Deber cumplido. Órdenes recibidas. ¿Agentes del orden? ¿De qué orden? Maldigo ese orden. Lo rechazo y abomino de él. Ganarse la vida así, multando y requisando, es un vilipendio a la vida. Tengo cada vez más atravesado semejante trabajo de mierda.
Por lo demás, las fiestas del cachirulo, la ofrenda, la jota y el folclore no han existido para mí (basta con ponerse la correspondiente vacuna antifiestas). Me ha llamado especialmente la atención al respecto hoy la viñeta de El Roto (Catalunya, Aragón, España o Las Hurdes):


Me he acercado a la plaza del Pilar para ver la montaña de flores sobre la que se erige una imagen del Pilar. Me he llevado la sorpresa de que en un costado, la Guardia Civil ha dejado otro esperpento más con su escudo y la bandera de España, para que no falte de nada:

En fin, sigue habiendo en el portal muchas personas al pie del cañón. Quiero resaltar especialmente a Susana, que cada martes viene desde Huesca para estar en el portal, y a Jean Philipe, un profesor de castellano en Poitiers. La charla ha sido de lo más animada.





 Liszt te hace hoy este regalo:



Hasta mañana


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